El director taiwanés Ang Lee es realmente impresionante desde su versatilidad para contar historias. Te puede contar una película dramática de época como “Sense And Sensibility” (1995), luego mostrarte una historia épica de romance y guerreros como “Crouching Tiger, Hidden Dragon” (2000), aventurarse con un superhéroe con problemas de humor como “Hulk” (2003), presentarte un romance controversial entre dos jóvenes conservadores en “Brokeback Mountain” (2005) y terminar con una búsqueda espiritual en “Life Of Pi” (2012). Eso es simplemente admirable y poco son los directores que pueden lograr con éxito ese paso a través de varios géneros cinematográficos.

En “Life Of Pi”, lo que parecía ser una historia de aventura según el trailer, terminó siendo algo muchísimo más profundo e interesante. Es una metáfora religiosa aplicable a cualquier creencia, no solo a la católica, que profundiza en el poder de la fe y la elección de cada quien de creer en algo.

Piscine Patel, mejor conocido como Pi Patel, (cuya historia de cómo sus padres eligieron su nombre y cómo tuvo que hacer para que solo le conocieran como Pi es muy gracioso) es un chico que vive en India con sus padres y su hermano Ravi. Su padre es dueño de un zoológico, pero luego de algunos problemas económicos, decide emprender un viaje en barco a Canadá con toda su familia y sus animales para venderlos y hacer una nueva vida. Durante el viaje, una tormenta eléctrica hunde el barco y Pi Patel es el único que logra escapar en un bote salvavidas junto con una cebra, una hiena, un orangután y un tigre bengala conocido como Richard Parker. De ahí en adelante vemos cómo el joven sobrevive en su travesía, conviviendo con estos animales.

Lo interesante, a nivel guion, es cómo nos van presentando poco a poco, durante la introducción o paradigma de la historia, los elementos que necesitamos conocer para poder entender lo que sucede después, durante el naufragio de Pi. Estos datos los vamos conociendo a través de un Pi adulto, que le cuenta la historia a un escritor a quien Pi asegura que al final de la historia creerá en Dios.

Otro detalle interesante en la historia es el interés que muestra Pi, desde chico, por distintas religiones. Por naturaleza pertenece al hinduismo, pero luego se interesa por el cristianismo, el islamismo y el judaísmo. Y todas estas creencias que en algún momento practicó, terminan por poner a prueba su fe durante su naufragio.

La historia es en definitiva una gran metáfora espiritual y religiosa. Pi (adulto) cuenta una historia de su convivencia con los animales. Cuando finalmente lo rescatan en las costas de México, donde el bote termina su naufragio; dos representantes de la aseguradora del barco en que viajaba su familia lo fueron a visitar al hospital para que les contara qué había sucedido en el barco. Pi contó su versión con los animales, pero no le creyeron. Luego contó otra versión que no involucraba a los animales, sino a cuatro sobrevivientes, entre los que se encontraban un cocinero del barco, un marinero, su madre y él. Pi explica cómo uno a uno fueron muriendo hasta que sólo quedó él en el bote.

Al final, Pi (adulto) le pregunta al escritor que acaba de escuchar dos historias sobre el mismo evento, cuál de las dos historias le gustó más, y el escritor responde que la primera con los animales, porque fue más interesante. Seguidamente Pi le dice, que lo mismo sucede con Dios.

¿Qué quiso decir el personaje? Pudieran haber distintas interpretaciones, pero lo más evidente es que todos tenemos libre albedrío para elegir la dirección que queramos basada en las creencias que decidamos adoptar. Algunos optan por una visión más real y cruda, otros eligen una visión más fantasiosa e impregnada de esperanza, que nos alienta a seguir adelante y a luchar por sobrevivir.

Protagonizada por Suraj Sharma (joven Pi Patel) y la participación de Irrfan Khan (adulto Pi Patel), Tabu (Gita Patel), Rafe Spall (escritor) y Gérard Depardieu (cocinero); “Life Of Pi” cuenta con 11 nominaciones a los Oscar 2013, entre los que se encuentra como Mejor Película y Mejor Adaptación. Entre sus talentos actorales sobresale Suraj Sharma, quien pudo haber sido un gran contrincante en los Oscar como Mejor Actor por su papel. Fue una especie de Tom Hanks en “Cast Away”, solo que reemplazando a Wilson (la pelota) por Richard Parker (el tigre bengala).

Una fotografía increíble, apoyada por magníficos efectos visuales que, en su mayoría, nos mostraban aspectos de la naturaleza que nos enternecen y nos impresionan con aquellos detalles de la Tierra (animales, flora, etc) que tal vez nunca lleguemos a conocer. La experiencia de ver esta película es definitivamente un paseo espiritual en su máxima expresión, tanto para los creyentes, como para los que no lo son. Es simplemente una manera de conectarnos con algo que va más allá de lo físico. Se las recomiendo.

Rating: 

(El máximo de pantallitas es 10)

Escrito por: Enrique Kirchman