Luego de haber visto excelentes películas épicas orientales como «Crouching Tiger, Hidden Dragon» (dirigida por Ang Lee, 2000), «Hero» (dirigida por Yimou Zhang, 2002) e, inclusive, aunque ni orientales ni épicas, «Kill Bill Vol 1» y «Kill Bill Vol 2» (dirigida por Quentin Tarantino en 2003 y 2004) es muy difícil ver «The Man With The Iron Fists» y quedar satisfecho con esta producción que da la sensación de estar viendo una película clase ‘B’.
La película fue presentada por Quentin Tarantino (el presentador es, por lo general, una figura célebre o respetable del mundo cinematográfico que hace la introducción de la película al público, a manera de ‘padrino’, pero que no necesariamente tuvo algo que ver con la producción), dirigida y protagonizada por RZA («The Next Three Days»), quien a mi parecer no tuvo clara la estética que quería manejar en la película en ningún aspecto: ni en la fotografía, ni en la musicalización, ni en el guion, etc.
La película está ambientada en la época de la China feudal, cuando un grupo de soldados enviados por el emperador transportan un cargamento de oro. La noticia del cargamento lleva a varios asesinos y guerreros a interesarse por el botín. Así vamos conociendo distintos personajes misteriosos, entre buenos y malos, con agilidades en las artes marciales y otros con poderes extraños. La historia se vuelve absurda cuando vemos aparecer a Brass Body (Dave Bautista), quien tiene la agilidad de convertir su cuerpo en oro para no ser herido en batallas. Luego, el herrero del pueblo (RZA), pierde ambos brazos cortados por Brass Body; pero con ayuda de Jack Knife (Russell Crowe), un inglés que trabaja para el emperador, le crean dos brazos de hierro que se los pegan al cuerpo y, a través de una historia bastante ridícula, explican cómo el herrero puede utilizar su chi para darle movimiento a objetos inanimados como sus brazos. Evidentemente, el herrero luego busca venganza contra Brass Body, siendo el único con el poder de enfrentarlo ahora que sus brazos son de hierro.
La historia en general carece de atractivo. El guion no tiene profundidad y los diálogos son realmente tontos. Esto empeora con unos efectos especiales que dejan bastante que desear. Siendo una película en donde la lucha es cuerpo a cuerpo con espadas, nos imaginamos que vamos a ver bastante sangre (tal cual como una película de Tarantino); sin embargo, el efecto de la sangre fue exagerado y malo. Si querían copiar las escenas de sangre de una película de Tarantino, debieron tomarse el trabajo de hacer bien el efecto, porque si bien Tarantino exagera con el uso de la sangre, como en «Kill Bill», esa exageración forma parte de la estética y queda bien. RZA, como no tiene una estética clara y no tiene un buen realizador de efectos visuales, los brotes de sangre en digital parecían de una mala película de 1980. Hasta algunas escenas de peleas se veían bastante falsas. En la secuencia inicial arrojan un hombre a unos perros que se lo devoran (foto inferior), esta imagen se vio totalmente falsa, con un croma mal realizado. Esto nos prepara para el resto de efectos visuales de bajo presupuesto.
A eso le sumamos la banda sonora. En muchas escenas se recurrió a música rap (de RZA) que no hacía ningún aporte a la parte visual, más bien produce confusión y desbalance entre lo que escuchamos y lo que vemos. Nos hace ruido y nos incomoda ver una película de época oriental con una musicalización moderna de rap. Ojo que Tarantino hizo lo mismo en «Django Unchained», pero su elección combinada con una historia que habla de la segregación afroamericana adopta el género de rap por obvias razones; a parte que su elección fue de mejor gusto musical, combinada con una banda sonora que alude al spaguetti western.
RZA eligió mostrar algunas escenas románticas y sensuales, cuyo recurso de fotografía, a nivel planos y colorimetría, daban la impresión de estar viendo una telenovela de samurais, en vez de una película. Esas escenas se salían de contexto en todos los aspectos. No quiero decir que no deben haber escenas románticas en películas de este género, pero sí que deben mantenerse dentro de la estética general del relato y éstas causaron un salto fotográfico en la continuidad de las escenas.
Las actuaciones, por otro lado, son pésimas. Casi teatrales. Y no me refiero a los personajes secundarios; me refiero a los personajes de Lucy Liu, RZA, Jamie Chung, todos los del clan de los leones, etc. Fueron sobreactuados. Creo que tiene mucho que ver el hecho de que el guion tampoco aportaba mayores exigencias a nivel actoral. El único que podría decirse que hizo una buena caracterización de su personaje fue Russell Crowe (y digo buena, dentro de lo que había, porque tampoco es que fue excepcional), pero aún así, no se salvó de decir las líneas más tontas de la película.
Otro recurso pésimamente utilizado fue el de la voz en off del herrero. Recurrieron a la voz en off de un narrador como recurso fácil para explicar lo que quedaría como un absurdo en la historia si solo lo mostraban y, aún así, no funcionó.
Lo único que delineó una estética fueron los decorados, resaltando principalmente el prostíbulo. La utilización del rojo (color cliché estereotipo de las casas de citas), las ambientaciones de las distintas habitaciones denotaron un buena dirección de arte, sin embargo, el resto de los códigos cinematográficos no lo acompañaron.
En definitiva, una mala producción y dirección, con una historia que desde el guion estaba mal estructurada, desembocando en un filme con malas actuaciones, malos efectos visuales, una pésima elección sonora (tanto en música como en efectos de sonidos) y una historia sin ningún atractivo.
(El máximo de pantallitas es 10)
Trailer:
Escrito por: Enrique Kirchman