Las películas de zombies siempre han sido un buen tema para desarrollar en el género del terror o thriller (según el enfoque del director) con películas como «28 Days Later» o hasta en la comedia, con películas como «Zombieland». Sin embargo, en pocas películas se orientó una historia con estos decrépitos personajes a un género de comedia romántica como género dominante y principal como lo hizo el director Jonathan Levine («50/50») en «Warm Bodies».
La historia de la película es muy sencilla. Luego de un inexplicable suceso que transformó a la humanidad en zombie, los sobrevivientes cercaron parte de la ciudad para separarlos del área infectada y poder hacer una vida, mientras que trataban de extinguir al resto. Cuando un grupo de jóvenes recién ingresados al grupo militar defensor de la ciudad, entre los que se encuentra la hija del líder de la milicia, ingresan a la zona restringida para buscar medicinas, son atacados por un grupo de zombies hambrientos, entre los que se encuentra «R», un chico que en voz en off nos cuenta el por qué él y sus compañeros muertos vivientes se comportan como tal. En el ataque solo sobreviven dos chicas: Nora, que se escondió para no ser mordida y luego pudo escapar y Julie quien fue salvada por «R», luego de haberse enamorado a primera vista de ella y comido a su novio. Durante el resto de la historia muestran cómo a raíz del amor y los sentimientos, «R» va saliendo de su estado de zombie y cobrando vida, lo cual inspira al resto de los cadáveres a que sientan lo mismo. Pero deben combatir contra los esqueletos, que son zombies en estado crítico, que se comen todo lo que tenga latido; y quieren acabar con «R» y Julie por tratar de convertir a los cadáveres de vuelta en humanos.
Con una historia original, aunque dentro de los limites del género de comedia romántica y de las películas de zombies, este film tiene muchas lecturas e interpretaciones, que se pueden comparar con la dirección actual de la humanidad, con relación a su comportamiento sociocultural.
De por sí, el tema de los zombies, al igual que el vampiresco, hace alusión a la inclinación del hombre por destruirse a sí mismo: las guerras, los crímenes, los genocidios, la violencia en general y esa oculta veneración de la humanidad por la muerte. Luchamos contra nosotros mismos, por ideales absurdos y por poder. Nos atrae la sangre. Nos llena de morbo los cadáveres. Estas películas, nos muestran la naturaleza humana, puesta de manera más cruda.
Por otro lado, en el caso de «Warm Bodies», el protagonista, «R», nos va explicando lo que hace en su vida diaria como zombie. Nos habla de su mejor amigo, los lugares que frecuenta, etc, y hace una comparación de cómo fue antes de que todos se convirtieran en cadáveres. Estas imágenes al inicio de la película hacen referencia al modo mecanizado en que vive el ser humano actualmente. El que vive en una gran ciudad como New York o París o Buenos Aires se puede percatar con solo pararse en una esquina de las grandes avenidas, la forma tan mecánica en que vive el ser humano: sumidos en sus celulares, en sus aparatos de audio, mirando hacia al frente sin siquiera importarle lo que le pase al que esté al lado. Estamos en una era en que todos supuestamente estamos más «conectados», pero en realidad no lo estamos. Si no es por Facebook, Twitter, What’s App; la gente no siente la necesidad de verse frente a frente. Nos estamos aislando. El personaje dice: «¿Por qué no puedo conectarme con nadie? ¡Ah, claro! Es porque estoy muerto«. ¿Le quiso decir algo a los espectadores? Pensamos que tenemos un rumbo, porque obviamente vamos a algún lado, pero emocional y psicológicamente tenemos la vida de un zombie. Hacemos las cosas porque tenemos que hacerlas para seguir viviendo; tal cual como un zombie que debe comerse a un humano porque tiene hambre y no porque necesariamente lo quiere hacer. Nos hemos adaptado a un sistema (al cual muchas producciones cinematográficas como «The Matrix», «Equilibrium» y «Avatar» han hecho referencia) del cual no podemos salirnos. Vivimos en un mundo capitalista y el que no se adapta se queda por fuera y fracasa. Vivimos en un mundo de boom tecnológico y el que no se adapta se queda por fuera y fracasa igualmente. Por más ideológicos y altruistas que pretendamos ser, pertenecemos a ese sistema y tenemos un límite de crítica hacia el mismo, porque estamos conscientes que sin él no podemos seguir y no podemos vivir (o al menos eso pensamos). Esto lo podemos observar no sólo en «Warm Bodies», sino también, en películas con la misma temática como «Resident Evil», en la cual se habla directamente de una compañía que controla todo: Umbrella.
Otras de las lecturas que se puede hacer de este film es la integración. Al final de la película, Julie, Nora y «R» tratan de convencer a Grigio (el padre de Julie y líder militar) de que los cadáveres están cambiando y quieren ayudarlos a acabar con los malévolos esqueletos. Grigio no está convencido, pero al final, al ver que era cierto que estaban cambiando, los aceptan y los incluyen en su sociedad. Cuando acaban con todos los esqueletos, derrumban la muralla que separaba la ciudad de la zona restringida y construyen, junto a los cadáveres, una nueva sociedad. El derrumbe de la muralla puede recordarnos al muro de Berlín, pero metafóricamente simboliza la integración de todas las minorías a la sociedad. Aceptar la diferencia y adaptarla a la cultura. Me refiero a la diferencia en todos los ámbitos: distintas religiones, etnias, preferencias sexuales, discapacitados, grupos sociales, etc.
Protagonizada por Nicholas Hoult («X-Men: First Class»), con las actuaciones adicionales de Teresa Palmer («I Am Number Four»), John Malkovich («Red»), Analeight Tipton («Crazy, Stupid, Love») y Dave Franco («21 Jump Street»), «Warm Bodies» es una película distinta con un tema original pocas veces explorado por el género. Se las recomiendo.
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Escrito por: Enrique Kirchman