Basándose en una historia de la vida real, el director y escritor Ben Lewin, quien ha dirigido episodios en múltiples series como «Touch By An Angel» y «Ally McBeal», nos trae una historia particular que nos invita a la reflexión de muchos aspectos cotidianos de nuestras vidas, tales como el sexo y la religión. Así como suena.

Lewin se inspira en el artículo «On Seeing A Sex Surrogate» escrito por el mismo Mark O’Brien, personaje protagónico de la película, para escribir la historia de este poeta que sufrió de polio a la temprana edad de seis años, aferrándose a vivir con respiración artificial, en una camilla por el resto de su vida, hasta la edad de 49 años. Esta historia hace un recorte de su vida cuando tenía 38 años, siendo virgen, y cómo despierta su curiosidad por tener relaciones sexuales y encontrar el verdadero amor; recibiendo ayuda de una terapeuta sexual y de un sacerdote.

Me llama fuertemente la atención cómo se juntan en esta película dos aspectos de la vida humana que pocas veces vemos ligados: sexo y religión. Nuestro protagonista, Mark, busca el consejo de un sacerdote para saber si hace bien en querer perder la virginidad a esa edad, en su condición y con una sustituta sexual. El Padre Brendan lo primero que pregunta es que ¿cuál es la diferencia entre una sustituta sexual y una prostituta? Esta pregunta se responde cuando Cheryl, la sustituta sexual y terapeuta, le aclara a Mark que una prostituta busca cierta frecuencia en sus clientes, mientras que la sustituta solo tiene un máximo de seis sesiones con el paciente. Es cómico y, a la vez, reflexivo ver cómo el Padre Brendan duda al darle su consejo a Mark, dándole al final el visto bueno, porque no se considera capaz de leccionarlo sobre el tema sexual. De hecho, se percibe cierto interés en el sacerdote de querer escuchar día tras día cada experiencia de Mark con Cheryl; sintiendo felicidad y satisfacción por Mark de que haya experimentado uno de los actos más naturales del ser humano.

El haber colocado en una misma historia a un sacerdote, un creyente católico, una mujer a punto de convertirse al judaísmo y una atea, no es casual. Dice mucho del mensaje de la película de querer envolver la búsqueda espiritual con la búsqueda sexual. Un tema tabú en las religiones que es expuesto con preguntas de Mark al cuadro de la Virgen María sobre cosas sexuales. No faltándole el respeto, sino con total inocencia e ingenuidad, producto de los nervios, buscaba cierto comfort.

Creo que lo más destacado de la película es la naturalidad. Por un lado, la naturalidad con que Mark habla con el Padre Brenan sobre estos temas en plena iglesia, con pocos días de haberlo conocido. La naturalidad con que también toca el tema con sus ayudantes Rod y Vera. Principalmente, la naturalidad con que Cheryl se desnuda, manteniendo una compostura y actitud tan común y normal, haciendo sentir a Mark cómodo. Cheryl es, tal vez, la que más transmite esa sensación por lo cómoda que se siente con su cuerpo al desnudarse frente a cualquiera. Recordemos la escena en que va a un Mikvah (un baño judío donde los creyentes asisten a una inmersión acuática como ritual de purificación o como procedimiento de conversión al Judaísmo) y la mujer que la atiende le hace la observación de la comodidad y naturalidad con la que Cheryl se desnuda.

Estos aspectos espirituales o religiosos, acompañados de la naturalidad con que se aborda la sexualidad, tratan de desmitificar un tema tan condenado por la iglesia como un acto morboso y banal cuando se realiza fuera del matrimonio; sin embargo, acá se presenta con tanta inocencia a través de Mark O’Brien, que nos hace reflexionar de la importancia que representa el acto sexual en sí. Un acto que la iglesia reprocha muchas veces y que, efectivamente, muchos seres humanos toman a la ligera.

«The Sessions» cuenta con la participación de John Hawkes («Identity») como Mark, Helen Hunt («As Good As It Gets») como Cheryl y William H. Macy («Boogie Nights») como el Padre Brenan. Helen Hunt fue nominada al Oscar 2013 como Mejor Actriz de Reparto por este papel, que seguro tiene muy merecido por la excelente interpretación. Es sorprendente como Hawkes no obtuvo una nominación por este papel que puede ser uno de sus mejores personajes interpretados durante toda su carrera y compite fuertemente contra muchos de los que sí lograron entrar a la categoría.

«The Sessions» te hará reír, de momento te sacará un lágrima, pero sobre todo te hará cuestionarte. No sabrás si reírte o no; porque el tema que trata es tan delicado y serio, pero bordea entre lo cómico y trágico, que te hará dudar.

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Escrito por: Enrique Kirchman