Roberto Bermúdez es un abogado penalista con años sin ejercer el derecho, mas es profesor en la Universidad de Buenos Aires, donde dicta un importante y exhaustivo seminario de ocho semanas. Durante el seminario, se encuentra con Gonzalo Ruíz, el hijo de un viejo amigo, que ahora es todo un abogado que ingresa a su seminario. Gonzalo parece ser un gran admirador de Roberto, ha llegado desde España para tomar su curso. Por algún motivo, Roberto detesta al chico. Detesta su cortesía, su rectitud, su agilidad mental e inteligencia, todo le disgusta. Un día, mientras dicta una de las clases del seminario, un alumno percibe luces de patrullas de policía en los estacionamientos de la facultad. Cuando se asoman todos a la ventana, descubren que una chica ha sido asesinada en los estacionamientos. Desde entonces, Roberto empieza a sospechar que Gonzalo es el asesino e intenta descubrirlo.

La película inicia con un nivel de suspenso bastante cautivante y prometedor. Un asesinato en la facultad de derecho resulta bastante interesante. El problema es que la motivación del protagonista (Roberto Bermúdez) no es lo suficientemente fuerte para llevar adelante la trama. ¿Por qué se ensaña Roberto con Gonzalo? Previo al asesinato, Roberto hizo la presentación de su libro «La Estructura de la Justicia», que habla acerca de los juzgados y las penas. Durante esa noche, Gonzalo se acerca a Roberto para que le autografíe su copia del libro y discuten acerca de los temas abordados en él. Esa simple conversación es la que lleva a Roberto a sospechar de Gonzalo, días después cuando ocurre el crimen. No me parece suficiente motivo como para que ésta sea la razón inicial de su sospecha. De ahí se dan otras situaciones, como el hecho de que la chica asesinada tenía un collar de mariposa y que la conversación de Roberto y Gonzalo incluía un ejemplo con una mariposa. Obviamente, después, el interés de Gonzalo de hacer su tesis final del seminario con el ejemplo del asesinato de la chica llevó a Roberto a pensar que Gonzalo está usando juegos psicológicos para tocar un nervio en Roberto.

El punto es que, la obsesión de Roberto contra Gonzalo y la de Gonzalo con jugar con la mente de Roberto están infundadas. No se entiende por qué el chico comete estos actos para llamar la atención del profesor, ni por qué el profesor (Roberto) le tiene tanta rabia como para inculparlo enseguida de cometido el crimen.

Más allá de eso, lo más decepcionante es que el protagonista no cumple su objetivo en esta historia. Nunca llega a probar ante la justicia que Gonzalo era el asesino. El director dejó que fuera el espectador quien juzgara por su propia cuenta. De hecho, dentro de la historia aparece la hermana de la víctima con la que tanto Roberto como Gonzalo se relacionan íntimamente. Roberto, por un lado trata de consolarla y darle esperanzas de descubrir lo que sucedió y a Gonzalo solo le interesó sexualmente. Llega un punto de la historia que llega uno a pensar que fue la hermana la asesina, porque inclusive adopta (casi al final de la historia) el look físico de su hermana (se corta el cabello igual).

Como dije anteriormente, la película inició con un buen detonante que prometía generar un buen suspenso por el resto de la trama, más se volvió aburrida y poco creíble, con artificios del guionista muy obvios para querer realizar una estructura narrativa clásica, fácilmente comprensible, mas no lo logró. Por ejemplo: incluirle al antagonista (Gonzalo) el hecho de que siempre come unas pastillitas de menta, que al final le dan la pista a Roberto para descubrir una pista importante en la historia. La implantación de un abre cartas también se ve forzado, siendo esta una prueba final en el crimen que luego nunca es encontrada.

«Tesis Sobre Un Homicidio» (2013) es una coproducción entre Argentina y España, bajo la dirección de Hernán Goldfrid («Tiempo De Valientes») y cuenta con las actuaciones de Ricardo Darín («El Secreto De Sus Ojos»), Alberto Ammann («Celda 211») y Calu Rivero («Casi Ángeles»). Si bien la actuación de Darín se mantuvo en un buen nivel, la de Ammann se vio bastante superficial, sin ahondar en la psicología de un personaje aparentemente psicópata (a pesar que su actuación en «Celda 211» fue genial). Por su parte, Calu Rivero no aportó absolutamente nada. Su actuación se vio forzada, falsa, incapaz de generar química con el resto de sus colegas.

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Escrito por: Enrique Kirchman