Iron Man 3: Deus Ex Machina


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***ALERTA – Datos Significativos de la Película son Revelados***

Finalmente pude ver la tan esperada película «Iron Man 3». Recuerdo que en un anterior artículo donde promocionaba este filme, había dicho que ésta prometía ser la mejor película de la trilogía de este superhéroe (por lo que nos mostraba el trailer), pero no saben QUÉ TAN EQUIVOCADO ESTABA. Empezaré mi análisis por el final de la película, que tal vez sea el mayor error de ésta.

IRON MAN 3

A los guionistas nos enseñan algo primordial en la carrera audiovisual: «El protagonista debe ser siempre quien resuelva el conflicto»; de lo contrario estamos cayendo en la expresión latina ‘Deus Ex Machina‘ (Dios de la Máquina), muy utilizada en el teatro griego cuando a través de una grúa se representaba a un dios que resolvía el conflicto de la historia (en vez de que fuera resuelto por el protagonista) como último recurso fácil. Este recurso (Deus Ex Machina) es mal visto por los buenos guionistas, ya que el escritor que sabe contar una historia, siempre buscará la forma de que su protagonista sea quien resuelva el conflicto (así sea que cumpla o no su objetivo). Dicho esto, podemos decir que, debido al nivel comercial de «Iron Man 3», sus guionistas decidieron usar este vergonzoso recurso para resolver no solo el final de la película, sino también, el final de la trilogía de un tan querido y admirado superhéroe. Luego que identificamos al villano de la película, o sea, al verdadero Mandarin, no es Tony Stark/Iron Man quien le pone fin a su vida, ni siquiera llega a proteger a la coprotagonista, Pepper Potts (Gwyneth Paltrow); por el contrario, es la misma Pepper Potts quien aparece como un Ave Phoenix para salvarle el pellejo a Tony, matando finalmente al Mandarin/Aldrich Killian (Guy Pearce), luego de haber adquirido un súper poder. Este es el peor error de la película. No puedes proyectar a Starks como un impulsivo y valiente superhéroe en las dos primeras películas, para que al final sea salvado por su novia. NO TIENE SENTIDO. Este fue el peor recurso al que pudieron haber recurrido sus guionistas Drew Pearce y Shane Black.

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En segundo lugar, casi en el mismo nivel que el punto anterior, me pareció de mal gusto y decepcionante el personaje de Mandarin interpretado por Ben Kingsley. En el trailer nos muestran lo que pareciera ser uno de los mejores villanos de los cómics de superhéroes. El Mandarin era proyectado como un implacable y temible terrorista, de hecho, así lo percibimos durante la primera mitad de la película. Sin embargo, cercano al segundo punto de giro importante de la historia, cuando Tony Stark localiza a Mandarin en Miami, nos encontramos con que el Mandarin era un actor pagado por Aldrich Killian, que en realidad era el terrorista. Mandarin era un simple actor inglés, a quien le habían hecho cirugía plástica para hacerlo pasar como terrorista, pero resultó ser un tonto, cobarde, borracho y payaso. (Todavía no entiendo cómo Kingsley aceptó interpretar ese papel). Un protagonista llega a ser tan interesante como lo sea su antagonista, o sea, el villano en este caso. Sin embargo, al toparnos con este falso villano, para luego pasar a Killian como el verdadero, la película y el personaje de Stark/Iron Man perdieron seriedad. Puedo llegar a pensar que lo hicieron de esta forma para mantener la película para un público infantil, que seguro encontraría esas escenas de Kingsley haciendo de tonto muy graciosas (porque a mí no me causaron gracia en lo absoluto), pero por otro lado, la película no llega a ser del todo infantil, dado que la primera mitad muestra escenas violentas de asesinatos terroristas. Por lo tanto, ni un público ni el otro, la película se quedó a mitad de camino y solo causó decepción con ese twist tan malo en el antagonista.

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Como tercer punto de los eventos desafortunados de esta película tenemos el personaje de Maya Hansen, interpretado por Rebecca Hall (gracias a Dios, Jessica Chastain renunció al papel y no dañó su carrera). Hall es una actriz que, en lo personal, a mí me gusta bastante. Disfruto ver su naturalidad en la actuación, como lo hizo en «The Town» e, inclusive, en una mala película como «Vicky Cristina Barcelona», pero cuyo papel fue lo único bueno. Sin embargo, en «Iron Man 3» no sobresalió. Su oscilación entre la bondad y la maldad me pareció mal llevada y poco creíble. El hecho de que fuera una examante de Stark me pareció forzado y ridículo.

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Ahora, analicemos al personaje de Robert Downey Jr.: Tony Stark/Iron Man. Yo soy de los que apoya la moción de que a los superhéroes actuales hay que hacerlos más vulnerables, tal como lo vimos con Bruce Wayne/Batman en la trilogía de Nolan, o con Peter Parker/Spider-Man en «The Amazing Spider-Man» o en la trilogía de «X-Men». Sin embargo, Tony Stark hizo el ridículo. Por un lado, sus ataques de pánicos no fueron tratados como conflictos internos serios del personaje, sino que lo llevaron a la comedia y la exageración. O sea, era el pequeño Harley Keener quien le daba las soluciones al hombre más poderoso y millonario de la Tierra. Eso fue humillante. En lugar de llevar al personaje al ridículo, hubieran podido profundizar en su psicología con luchas internas más profundas como las de Batman o las de Spider-Man. Por otro lado, si bien los superhéroes son conocido por la dualidad de sus personalidades, en esta película individualizaron ese dualismo Tony Stark/Iron Man. Pocas fueron las veces que vimos a Tony Stark completamente con la armadura de Iron Man puesta. La mayor parte de la película lo vimos como Tony haciendo papel de McGyver, creando armas caseras. Mientras tanto, él controlaba a Iron Man desde cualquier locación sin necesidad de estar dentro del traje, con lo cual separan al hombre del superhéroe, y eso no funciona. Es como que Thor le preste el martillo a otra persona para que realice actos heroicos. De hecho, todo el que pudo usar el traje de Iron Man en este filme, lo usó: se lo puso Pepper Potts, lo usó Aldrich Killian y hasta el presidente de Estados Unidos. Es como si de repente Iron Man se convirtiera en víctima de una triple violación. ¿Cuándo vimos a alguien que no fuera Superman con su capa roja? ¿O a Robin con la máscara de Batman? ¡Impensable! Por si fuera poco, Tony necesitó de su ejército de robots para que lo ayudaran a ganar la batalla final en la película, que en realidad terminó acabando Pepper. ¡Todo mal!

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Definitivamente, además de los efectos especiales, que no se le puede negar que son buenos, lo mejor de la trama fue el personaje del pequeño Harley Keener, interpretado por Ty Simpkins («The Next Three Days»), quien tuvo buena química con Tony Stark y nos brindó auténticos momentos de humor.

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Con respecto a si habrá otra secuela, todo parece indicar que no, pero igual surgen dudas. Aunque pareciera ser que luego de perder su mansión, de destruir todos sus prototipos de Iron Man y de operarse para removerse el nodo de energía de su pecho, Tony Stark no volvería a sus andanzas de superhéroe, al final de la película termina diciendo que él no necesita nada de eso porque «él es Iron Man«; con lo cual da a entender que encontró alguna forma de controlar los trajes sin tener el nodo de energía. Lo cierto es que no sabemos cómo este final de la trilogía se va a reflejar en «The Avengers 2», al menos que este sea el final de Stark en la franquicia como superhéroe principal y empiecen a ingresar nuevos personajes vengadores. Ya nos enteraremos.

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Trailer

Escrito por: Enrique Kirchman

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4 comentarios en “Iron Man 3: Deus Ex Machina

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