Creo que hemos vistos cientos de películas donde el conflicto gira alrededor de la corrupción policial, pero creo que pocas veces lo vimos enfocado de una forma tan alocada y una estética tan bizarra como la que expone el director escocés Jon S. Baird en la película «Filth». Protagonizada por James McAvoy («X-Men: First Class») y Jamie Bell («King Kong»), «Filth» cuenta la historia de un policía bipolar, drogadicto y corrupto de nombre Bruce Robertson (McAvoy), caracterizado por estar envuelto en relaciones sexuales abusivas y el consumo de cocaína y alcohol, alimentarse de comida chatarra y su afición a los juegos de azar. Robertson está compitiendo para un ascenso y tratará de hacer todo lo posible para conseguirlo. Mientras que investiga un brutal asesinato y se ve amenazado por sus colegas policías en la competencia por el ascenso, como Ray Lennox (Bell), Robertson se encargará de arruinarlos tratando de poner a sus compañeros en su contra creando discordia al acostarse con sus esposas y exponiendo los secretos más íntimos de cada uno. Entre las drogas y los desengaños, Robertson perderá el control y su pasado lo empieza a acechar atentando contra su salud mental.

McAvoy, sin duda, muestra un lado actoral como pocas veces antes lo hemos visto. Le da vida a un personaje grotesco, desagradable, insano y despreciable, que seguramente resultará muy atractivo en pantalla, dándole la oportunidad de ser reconocido en futuras premiaciones por este personaje. Si bien el filme cuenta con momentos dramáticos y suspenso criminal, incluye también ciertos matices cómicos propios de las producciones inglesas.

Basada en un ‘bestseller‘ del escritor escocés Irvine Welsh,  esta adaptación cinematográfica tiene muchas escenas fuertes desde el punto de vista sexual, la violencia y el consumo de drogas. Además, es evidente el uso excesivo de lenguaje soez en sus diálogos. Su estreno está previsto para el 4 de octubre de 2013 en Reino Unido. Para más información, pueden ingresar a su Sitio Oficial – «Filfth».

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