El domingo 22 de septiembre, luego de ocho años de mantenernos al filo del asiento, se transmitió el último episodio de la serie «Dexter», el asesino en serie protagonizado por el actor Michael C. Hall («Six Feet Under»), con las actuaciones de la esposa en la vida real de Hall, Jennifer Carpenter («The Exorcism Of Emily Rose»), en el papel de su hermana Deborah Morgan, David Zayas («The Expendables») como Angel Batista, James Remar («Django Unchained») como Harry Morgan, Yvonne Strahovski («Killer Elite») como Hannah McKay, Desmond Harrington («Gossip Girl») como Joseph Quin, Aimee Garcia («Robocop») como Jamie Batista, C.S. Lee («Chuck») como Masuka, entre otros.

Debo decir que me esperaba mucho más del final, algo más impresionante, más sorpresivo, más impactante. Siendo un asesino en serie, bajo una premisa de anti-héroe justiciero encubierto, esperaba más acción y suspenso, e inclusive, un final más siniestro. Sin embargo, analizándolo desde un punto de vista del personaje y su psicología, creo que esta resolución de la serie se apega al personaje, aunque uno como espectador espera un clímax más excitante. ¿Por qué era adecuado este final?

Las primeras seis temporadas de la serie se concentraron en la patología de Dexter y su necesidad de matar; aunque de momentos lo vimos batallar con sus demonios internos y con fantasmas de su pasado como su hermano de sangre (quien también era un asesino) y el narcotraficante que asesinó a su madre, cuando él era pequeño, dejándolo en un charco de sangre donde lo encontró Harry Morgan, quien luego lo adoptaría. Además, también lo vimos buscarse una novia pantalla (Rita) para simular ser normal, de quien eventualmente se enamoró y con la que tuvo un hijo (Harrison), pero quien luego fue asesinada. Sin embargo, las dos últimas temporadas (7 y 8) fueron mucho más allá de su patología y examinaron su vida personal. Recordemos que la temporada seis terminó cuando su hermana Deborah descubre que él es un asesino, justo cuando pensaba decirle que estaba enamorada de él (recuerden que Dexter es adoptado y no tiene relación sanguínea con Deborah, aunque ese giro de Deborah enamorada de Dexter me pareció innecesario y absurdo), por lo que toda la temporada siete se basa en el dilema de que su hermana sea teniente de la policía de Miami y esté encubriendo a un asesino en serie. En este punto, la serie experimenta qué tan importante es Debbie para Dexter y qué tanto es capaz de cambiar por ella. Luego, la historia se torna más siniestra cuando la capitana Laguerta, al final de la temporada siete, descubre que Dexter es un asesino y cuando trata de arrestarlo, Deborah aparece y mata a Laguerta para proteger a su hermano. Este fue uno de los momentos más impresionantes de la serie, en mi opinión, y le dieron un gran giro. Muchos llegamos a pensar que Deborah se uniría a Dexter en su caza personal de asesinos, sin embargo, en la temporada ocho nos damos cuenta que Debora está afectada por lo que hizo, renunció a la policía, se alejó de Dexter y trabaja como detective privado; sin dejar de lado que psicologicamente está completamente hecha un desastre.

Ahora Dexter no solo debe lidiar con lo que le ha hecho a la hermana, tratar de reconciliarse con ella y convencerla de que no es una mala persona como él; sino que también conoce a la Dra. Vogel, quien luego nos damos cuenta que fue quien ideó el código de asesinato de Dexter junto a su padre Harry. La Dra. Vogel pasa a jugar un rol materno en Dexter, ayudándolo a entender muchas cosas sobre lo especial de su patología y descubriendo que definitivamente Dexter no es como cualquier otro psicópata.

Dexter siempre fue mostrado como un hombre solitario, con su propio apartamento que era como su templo, donde guardaba sus trofeos (las plaquetas con las muestras de sangre de sus víctimas) luego de cada asesinato. Se incomodaba cuando recibía visitas y cuando espontáneamente llegaba alguien a irrumpir en la tranquilidad de su hogar. Usualmente, como cualquier otro psicópata, no tenía afinidad con nadie. Todo lo que hacía en su vida diaria era una pantalla para tratar de encajar (como llevarle donuts a sus compañeros de trabajo), mas no les podían importar menos. A pocas personas llegó a amar de verdad. Entre esas pocas están, obviamente, su padre Harry, quien lo entrenó durante toda su vida bajo el código, cuya regla principal era: matar solo a asesinos. Inclusive, luego que Harry muere, Dexter lo sigue viendo constantemente como un alter ego o una personalidad alterna (producto de su patología) que él desarrolló para no dejar ni un cabo suelto en sus procesos de asesinatos. Luego tenemos a su hermana Deborah, a quien al principio parece apartar de su vida, pero por su insistencia de ella, Dexter la deja entrar cada vez más en sus asuntos. Debbie era su anclaje a la vida normal, su única familia, por lo que la necesitaba, la amaba y la protegía. Después aparece Rita, como ya dijimos, como parte de una falsa identidad. A Dexter le costaba intimar con alguien, pero poco a poco Rita logró enamorarlo y así concibieron a uno de los seres más importantes para él: su hijo Harrison. Más adelante, luego de la muerte de Rita, Dexter conoce a Hannah McKay, una asesina en serie que mataba a sus maridos. Dexter no encuentra a persona más ideal con quien juntarse y se enamora perdidamente de ella. Por último, cuando conoce a la Dra. Vogel, encuentra en ella una ayuda, un instinto de madre, que crea un lazo fuerte entre ambos.

¿Qué sucede con estas personas? Su padre murió, aparentemente, por el estrés que llevaba encima por Dexter; Rita fue asesinada en vendetta de uno de los asesinos más peligrosos con quien se enfrentó; Deborah y la Dra. Vogel murieron por causa de la última víctima de Dexter. Todos murieron, menos su hijo y Hannah.

Dexter, a pesar de su apego con estas personas, está consciente que su presencia es dañina para todos aquellos a quienes ama. Tarde o temprano quedan afectados. ¿Qué sería de Harrison si tuviera que crecer bajo la crianza de dos asesinos en serie (Dexter y Hannah) en Argentina, como era su plan? Eventualmente, se vería afectado psicológicamente, porque Dexter y Hannah lo llevan implícito en su personalidad, y tal vez nunca se iban a poder aislar de sus personalidades psicópatas. ¿Cuál era la mejor solución? Llevar su yate hacia la tormenta, mar adentro, simular su muerte y empezar una nueva vida… Solo… Donde no pueda dañar a nadie a quien quiera y donde, según su mirada al final del episodio, probablemente siga asesinando. De ahí que, por más sonso que haya sido el final, tal vez era el más adecuado para nuestro querido Dexter: el único asesino de la televisión a quien llegamos a querer.

Promo – Episodio Final de «Dexter»: 

Escrito Por: Enrique Kirchman