Foto: Emma Watson en una escena de «The Bling Ring».
Prácticamente, desde que el cine adquirió sus características narrativas, los grandes estudios de Hollywood empezaron a utilizar un sistema de estrellas (o ‘star system‘) para promocionar sus películas. Aunque estamos hablando de principios del siglo XX, aún en la actualidad, se sigue utilizando el mismo sistema para atraer al público a las salas de cine y, como era de esperarse, para vender productos. Sin embargo, el término de ‘estrellas’, acuñado a personalidades del cine, la televisión, teatro, música y socialités, se ha ido desvirtuando con el pasar del tiempo.
Foto: La actriz Audrey Hepburn, conocida por la película «Breakfast At Tiffany’s».
Estrellas como Elizabeth Taylor, Audrey Hepburn, Marilyn Monroe, Humphrey Bogart, Frank Sinatra, entre muchísimos otros, vendían una imagen impecable, elegancia, alta costura, sensualidad, poder, exclusividad, todos aspectos que los hacían inalcanzables como dioses; de ahí que sean tildados de ‘estrellas’, porque están en lo alto. Si bien es cierto que muchos tenían problemas personales graves, como es el caso de Monroe con sus antidepresivos y baja autoestima, esa imagen no era la que se vendía en los medios. Las productoras y los comercios reafirmaban el lujo de estas personalidades, rodeándolas de un mito, que generaba ese morbo en los espectadores y fanáticos. Todas las mujeres soñaban con ser como Marilyn Monroe y todos los hombres deseaban tener todas las mujeres de Sinatra. ¡Ese era el propósito!
Foto: La actriz Lindsay Lohan en uno de sus tantos juicios.
Actualmente, esa concepción de estrellato ha sido manchada por varios factores que se le atribuyen no solo a las celebridades, sino también a los medios. Si bien existen estrellas que mantienen su estatus como tal, como los son Nicole Kidman, Meryl Streep, Robert DeNiro, entre otros; hay una gran oleada de celebridades que desvirtuaron el concepto y afectaron a las generaciones más jóvenes, que hayan en estos un modelo a seguir. Son personalidades que pasaron de ser famosos a convertirse en infames, cuyas vidas han sido enfocadas por los medios de comunicación desde sus errores y derrotas, más que por su talento y victorias.
Foto: Escena de «The Bling Ring».
Ese efecto que tienen las estrellas actualmente en la juventud, se aprecia en la película «The Bling Ring» de Sofia Coppola. Este filme, basado en la historia de un grupo de adolescentes que hurtaron más de $3 millones de dólares en efectivo, joyas y prendas de vestir de distintas celebridades a cuyas casas ingresaron premeditadamente, en realidad no cuenta con grandes halagos cinematográficos en lo que a su realización se refiere; sin embargo, sí da pie para analizar la situación en la que crecen y se desarrollan los jóvenes actualmente.
Los personajes de la historia eran jóvenes de familias con un estatus económico alto, quienes frecuentaban sitios de renombre a los que acudían distintas celebridades. Aunque no trabajaban, podían costearse ciertos lujos, sin embargo admiraban y ostentaban el ‘look‘ y el nivel de vida de otras estrellas jóvenes. ¿Quiénes eran sus modelos a seguir? Controversiales personalidades como Paris Hilton (a cuya casa ingresaron unas cinco veces, mientras ella no estaba, para robarle joyas, carteras, ropa, dinero y otros artículos), Lindsay Lohan y Audrina Patridge eran con quienes estos chicos fantaseaban, entre otros. Querían copiar su imagen, vivir su estilo, ser como ellos. Ninguna de estas tres personalidades se iguala en ninguna medida con mujeres como Grace Kelly, Liz Taylor o Katharine Hepburn para ser consideradas estrellas. Sin embargo, los medios de comunicación las han deificado, exponiendo sus descontroladas vidas, cuyo efecto en los jóvenes es querer tener la misma independencia y el mismo nivel de libertinaje que ellas.
Sofía Coppola logra disimuladamente retratar cómo estos hurtos son tanto culpa de los perpetuadores como de sus víctimas. Ambos grupos (delincuentes y víctimas) se movían en los mismos círculos sociales de Los Ángeles, en discotecas donde el alcohol y las drogas eran tan frecuentes como la música que bailaban. Los delincuentes se la pasaban navegando en internet, leyendo noticias tales como Lindsay Lohan fue arrestada por robar un collar en una tienda o que la actriz Mischa Barton fue detenida por manejar ebria. Ellos simplemente siguieron la misma línea de sus ídolos.
Recuerden que estamos hablando de una generación que llegó al mundo durante una revolución tecnológica, donde la información está accesible para todos, donde las amistades se consiguen a través de redes sociales y las noticias se pueden ver por Youtube. Esta nueva generación (tanto de estrellas como de jóvenes en general) no viene con la capacidad de discernir entre lo superficial y lo cultural o intelectual; para ellos se trata de tener las mejores cosas, si quieren llegar a ser alguien en la vida, por la sociedad se los ha inculcado así. Están educados para tener más, para consumir más, para gastar más.
Foto: La actriz y posterior Princesa de Mónaco, Grace Kelly (izq).
Hace 50 años, ver a Grace Kelly en un fabuloso vestido de alta costura era una fantasía para toda mujer, porque sabía que nunca podría tener un vestido ni remotamente parecido al de Kelly; actualmente, lo que sea que se ponga Miley Cyrus, Britney Spears o Selena Gomez, es completamente accesible a sus fanáticas.
La barrera entre mito y realidad se ha derrumbado entre las estrellas y los espectadores. En la película, estos personajes estaban en la misma discoteca con Paris Hilton y Kirsten Dunst; frecuentaban los mismos sitios y hasta tenían amistades en común. Claro que esto habla también del nivel social alto que tenían estos delincuentes, pero también habla de que ahora cualquiera puede ser famoso. La prueba está en que, en la vida real, estos delincuentes ganaron fama y fueron admirados por miles de personas desconocidas que celebraban la forma en que llevaron a cabo los robos. Los delincuentes que ostentaban ser como estrellas de cine de la talla de Orlando Bloom o Rachel Bilson, ahora se convertían en la fantasía de una generación que los veía a ellos como modelos juveniles a seguir… Y la historia se repite.
Video de Nick Prugo, uno de los criminales reales en quien se basó «The Bling Ring», y en cuyo video se basó una de las escenas:
Como dije al inicio, «The Bling Ring» no resalta mucho en su realización. A mi parecer, fue una película normal desde la dirección y la adaptación de la historia, sin embargo, el tratamiento y exposición que le da Coppola a la juventud y sus dilemas, preocupaciones y problemas (uno más superficial que el otro) es lo que salva a la película y nos lleva a meditar en lo que estamos dejando que la sociedad haga con las nuevas generaciones. Una sociedad que está comandada, en principio, por la invasión de los medios de comunicación y, cuyos líderes son, quieran o no, lo hayan elegido así o no, las estrellas.
«The Bling Ring» cuenta con las actuaciones de Emma Watson («The Perks Of Being A Wallflower»), Taissa Farmiga («Amercian Horror Story»), Katie Chang («Made In Hollywood»), Claire Julien («Made In Hollywood») e Israel Broussard («The Chaperone»).
Trailer – «The Bling Ring»:
Escrito Por: Enrique Kirchman
A mi esta peli me pareció malita malita, las actuaciones nefastas, sobreactuadas… en caso de que me equivoque y sean interpretaciones muy parecidas a la realidad, pues hay que prenderle fuego a ese país YA!
Me gustaMe gusta
Por cierto, dejando a un lado que no me gustara la peli, ha sido muy interesante este articulo.
Me gustaMe gusta
Para mí no fue tan mala… Aunque tampoco me pareció innovadora en ningún sentido…. Lo único que me gustó fue el tratamiento de la juventud que le dio la directora a sus personajes y cómo disimuladamente involucra a las «estrellas» como culpables (en parte) de los robos de los que fueron víctimas.
Me gustaMe gusta