El 5 de julio de 1952, una joven soltera Philomena Lee dio a luz a su hijo Anthony Lee en el convento de la Abadía de Sean Ross, al sur de Roscrea, condado de Tipperary en Irlanda. Cuando Philomena quedó embarazada, su padre la abandonó a su suerte en el convento por vergüenza, de donde ella solo podría salir después de cuatro años de servicio o pagando cien libras esterlinas. Al no tener el dinero, Phil, como le decían sus allegados, se quedó en el convento donde le permitían ver a su hijo una hora al día —al igual que a muchas otras chicas del convento que habían quedado embarazadas—; sin embargo, las monjas del convento daban a las criaturas en adopción sin siquiera consultarle a sus madres, cobrando altas sumas de dinero. De hecho, la reconocida actriz Jane Russell, antes de estrenar su película «Gentlemen Prefer Blondes» en 1953 con Marylin Monroe, adoptó a un pequeño niño en la misma abadía en diciembre de 1952.

Foto: Philomena Lee (izq) junto a la Dama Judi Dench, quien la interpretó en el filme «Philomena».

Pero no fue Russell quien adoptó al hijo de Philomena. Anthony Lee sería dado en adopción a los tres años, en 1955, junto con la hija de su mejor amiga Kathleen, a una familia de esposos —Marge y Doc Hess— de Missouri, Estados Unidos; país al cual iban a parar la mayoría de los niños adoptados.  En su nuevo hogar, Anthony adoptaría el nombre de Michael Hess, y su madre Philomena no lo volvería a ver jamás. Apenada y convencida de haber pecado por concebir un hijo producto de un encuentro casual con un chico en una feria, Philomena nunca volvió a mencionar lo sucedido en los próximos 50 años, incluso, lo ocultó a su nueva familia, hasta que un día decidió que era mayor pecado mantenerlo en secreto.

Fue entonces cuando el periodista y escritor Martin Sixsmith fue contactado por la hija de Phil, convenciéndolo de investigar a fondo y publicar el caso de las explotadoras monjas que sacaban dinero de la adopción de las internas de su convento, sin su consentimiento, y las hacían realizar trabajos forzosos; además de la cantidad de mujeres y bebés que murieron durante el parto, por no prestarles las condiciones médicas más óptimas. Sixsmith, quien recientemente había perdido su trabajo, decidió tomar el caso y se embarcó en esta aventura junto a Philomena a Irlanda y luego a Washington.

La historia se dio a conocer en 2009 por Sixsmith en su libro «The Lost Child Of Philomena Lee», que en 2013 sirvió de inspiración para el guionista Jeff Pope y el productor, guionista y actor Steve Coogan («Tropic Thunder»), quien interpretó el papel de Martin Sixsmith en «Philomena», junto a Judi Dench («Skyfall»), en el papel protagónico de Philomena Lee. La película se centra en la búsqueda de su hijo, 50 años después, cuando contacta a Sixsmith. Esta historia es magistralmente contada, llevando hacia delante la línea de acción principal, que es encontrar a Anthony, profundizando en la relación entre Phil y Martin, una química que combina el sarcasmo, la ironía y la poca paciencia de Martin, con una ingenua, religiosa, amable y hablantina Philomena. Su viaje juntos, en busca de su hijo, a pesar de tener grandes momentos dramáticos, también está lleno de momentos jocosos y divertidos entre ambos personajes, cuya relación evidentemente va mutando de un simple trabajo periodístico, a una amistad con una misión personal para ambos.

Impresiona el nivel de talento de la Dama Dench. Después de verla tan imponente y decidida como M en las sagas de James Bond, hace un cambio de 180° al verla tímida, desorientada, pero a la misma vez, de mente ágil en sus respuestas como Philomena, que aparentaba ser una anciana conservadora, pero nos mató de risa cuando incomodaba a Martin al hablar de lo mucho que disfrutó el sexo con el padre de Anthony, añadiéndole que en su momento ella no sabía que tenía clítoris; cuando dijo que usar condones le quitaba la sensibilidad a los hombres en el sexo; y cuando al enterarse que su hijo había sido gay, dijo que ella lo supo desde que lo vio a los tres años con un overol en una foto, pero tenía la esperanza que fuero un curioso bisexual… jajajaja… Demasiado simpática. El actor Steve Coogan no se quedó atrás y fue quien le aportó el mayor dinamismo a la historia como Martin, con sus comentarios odiosos y groseros, sus chistes que Philomena no entendía y sus constantes cuestionamientos acerca de la religión. Definitivamente que fueron una pareja de actores excepcional.

Poderosa historia que nos sacará tantas sonrisas como lágrimas. Tiene un nivel de suspenso que, cuando creemos que ya hemos llegado a resolver el conflicto, aparece algo más que si no estuviera avalado por la observación «basado en una historia real«, pensaríamos que era demasiada coincidencia. Una historia real increíble, que fue contada de manera atractiva y diferente. «Philomena» aparece en una época en que el Papa Francisco ha estado tratando de cambiar la imagen de la Iglesia, sin embargo, esta película hace una fuerte crítica a uno de los tantos crímenes cometido por los miembros de la iglesia católica.

Actualmente, la verdadera Philomena —quien estuvo presente en la ceremonia de los Oscar el pasado 2 de marzo, ya que el filme estuvo nominado a cuatro premios— fue recibida por el Papa Francisco en el Vaticano junto al guionista y actor Steve Coogan, quienes fueron a buscar el apoyo del papa, en representación de The Philomena Project, para pedirle al gobierno irlandés la promulgación de una ley que haga públicos los archivos de adopción de la época, para que los niños que fueron dados en adopción sin consentimientos de las madres puedan reencontrarse con ellas. Luego del encuentro con el pontífice, Philomena declaró:

Me siento honrada y encantada de haber estado hoy con el papa Francisco. Tal como muestra la película, siempre tuve mucha fe en la Iglesia y en la buena voluntad para enderezar los errores del pasado. Espero y creo que su Santidad el papa Francisco se va a sumar en la lucha para ayudar a las miles de madres y niños que necesitan poner un cierre a sus propias historias.

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Escrito Por: Enrique Kirchman