Cada vez que pienso que me voy a encontrar con un buen thriller, tipo «The Sixth Sense», «The Others» o «What Lies Beneath», vuelvo a decepcionarme al darme cuenta que desde hace más de una década no se hace buen cine de suspenso y/o terror —salvo por «The Conjuring», el año pasado, que sí me gustó—, al parecer porque los realizadores se han quedado sin ideas originales, como lo fueron las películas antes mencionadas. Cuando vi el trailer de «Deliver Us From Evil» («Líbranos Del Mal»), aparentaba tener una trama interesante, no solo porque estaba basada en la vida real de un policía de Nueva York, sino también, porque las imágenes eran impactantes. Sin embargo, la experiencia no fue tan grata.
Tal como dije en un artículo anterior titulado {Próximo Estreno} «Deliver Us From Evil»: La Historia Real Del Detective Que Hace Exorcismos, la película está basada en la historia del detective Ralph Sarchie, quien mientras trabajaba en el departamento de policía de una de las áreas más peligrosas de Nueva York, se topó con casos sobrenaturales, que involucraban posesiones demoníacas, hasta el punto de que Sarchie terminó por dejar la policía para convertirse en demonólogo que realiza exorcismos junto con un sacerdote jesuita.
Dirigido por Scott Derrickson, el filme inicia con una escena de unos soldados estadounidenses en un campo de guerra, que ingresan a una cueva y se encuentran con unos escritos demoníacos, donde aparentemente fueron poseídos. Esta escena con explosiones militares y soldados nos deja un poco fuera de base, ya que da la impresión que veremos un drama bélico y no una película de suspenso. Sin embargo, brevemente nos muestran el por qué de la escena (aunque no deja de ser una forma rara de empezar una película de terror). Inmediatamente, Sarchie es llamado a la escena de un crimen junto con su compañero Butler, donde se topa poco a poco con sucesos extraños que le indican que está luchando con otro tipo de seres malignos, donde están involucrados aquellos soldados y lo que vivieron durante la guerra.
El problema de la película es la cantidad de clichés que utilizan para darle forma a la trama. Sé que es una adaptación de la vida real, aunque no sé qué tanto respetaron de la vida real y qué ficcionaron, pero estoy seguro que pudieron haberle dado la vuelta para encontrar una mejor forma de caracterizar a los personajes y de llevar adelante la historia. Por un lado, Sarchie es presentado como el típico hombre rudo que no cree en Dios desde que era niño. Este ya es un «super cliché» en este tipo de películas en las que el «héroe» nunca cree y luego terminan creyendo, como parte de su arco de transformación. Efectivamente así sucede. Continua con el personaje del sacerdote jesuita, un hombre con un pasado turbio, lleno de drogas y sexo desenfrenado, pero que se regenera en busca de una segunda oportunidad, aunque manteniendo dos vicios: el alcohol y el cigarrillo. Por lo general, en este tipo de películas utilizan uno de los dos clichés: o el hombre no creyente que luego cree o el sacerdote con comportamientos antireligiosos, sin embargo, en esta historia unieron las dos. Otro aspecto repetitivo de otras películas es agregarle al protagonista problemas familiares. En la trama, Sarchie tiene una esposa e hija, de quien se va distanciando debido a su obsesión con el misterioso caso de posesiones demoníacas, y por supuesto que al final, el villano utiliza a la esposa y la hija para atraer la atención de Sarchie, poniéndolas en peligro, lo cual sirve para unirlos con un final feliz en la resolución del conflicto. ¡Clichés de clichés!
En cuanto a las actuaciones, pensé que me iba a topar con excelentes interpretaciones… Nada más alejado de la realidad. Las actuaciones de todos estuvieron pésimas, exceptuando a Joel McHale (que interpretó al detective Butler), quien a pesar de que le agregó algo de comicidad a los momentos de estrés de las escenas, fue muy apreciada su participación. Tanto así, que hasta me afectó su muerte. Mientras tanto, Eric Bana (que interpretó a Ralph Sarchie) me pareció el peor de todos, con un acento neoyorquino que no llegué a creerme del todo, además de gesticulaciones y reacciones un tanto sobreactuadas o pobremente actuadas. Incluso Olivia Munn (como la esposa de Sarchie), que es increíble en la serie «The Newsroom», no ofreció un papel convincente, a pesar de que era un personaje terciario. En el caso de Edgar Ramírez, puedo decir que no lo hizo mal, pero creo que simplemente su personaje estaba tan mal caracterizado, que lo hizo perder atractivo.
«Deliver Us From Evil» queda como una historia de suspenso más, que se vale del fácil recurso de la música+largas escenas estresantes+imágenes repentinas que asustan, para generar el brinco temporal del espectador en su asiento, sin llegar a envolverlo en la trama y crearle ese miedo interno que sí sentimos con Kevin Bacon en «Stir Of Echoes» o con Linda Blair en «The Exorcist».
De hecho, la película se torna un tanto asquerosa, recurriendo a escenas muy sangrientas y violentas: charcos de sangre, un hombre que se arranca pedazos de piel con los dientes y se los come, una mujer que se lanza de un edificio y termina toda quebrada en el pavimento, entre otras imágenes que resultan grotescas, rayando en el horror gore, algo que en mi opinión fue de mal gusto, a parte de que a todas luces fue un recurso fácil para impresionar al espectador con imágenes fuertes, para maquillar la falta de una historia realmente interesante.
Trailer:
Escrito Por: Enrique Kirchman