Nicole: Sabes cuando la gente siempre dice «aprovecha el momento»? No sé, pienso que es al revés. ¿Sabes? Como que es el momento el que se aprovecha de nosotros. 

Mason: Sí, sí… Lo sé. Es constante. El momento es solo… Es como que siempre es «ahora mismo», ¿sabes?

Nicole: Sí.

Así reza el último diálogo en la escena final de la película «Boyhood», que resume en pocas líneas lo que el director Richard Linklater nos trató de decir por 2 horas y 45 minutos con el relato que le llevó 12 años terminar. «Boyhood» realiza un recorrido honesto por la vida de una familia sin grandes dramas. Una familia que puede ser como cualquiera, con las mismas cotidianidades que cualquier otro mortal. Aunque la historia pudo ser sobre la convivencia de una familia unida integrada por padre, madre e hijos, Linklater (quien también escribió el guion) elige lo que hoy día puede ser considerada una familia normal: una madre divorciada que cría a dos hijos. La historia no cuenta con grandes puntos de giro para nuestro protagonista Mason (el hijo), más que los giros inesperados y los obstáculos que puede tener cualquier niño y adolescente en su etapa de crecimiento. Conocemos a Mason durante su niñez, sus travesuras, la inocencia de querer ver a su familia unida nuevamente, su etapa adolescente, el bullying en la secundaria, los descubrimientos sexuales, los cuestionamientos religiosos, la rebeldía, las chicas, graduarse del colegio, elegir una carrera, las relaciones amorosas, las peleas, etc. Todos estos aspectos son fácilmente ubicados en la vida de cualquier ser humano, de alguna u otra forma nos podemos sentir identificados porque los vivimos. Y esa es la línea de acción principal de la película: la cotidianidad de Mason, un chico que simplemente experimenta las distintas etapas de la vida, sin buscarlas, sino por el solo hecho de existir. De ahí que está de acuerdo con Nicole de que «el momento se aprovecha de nosotros«, porque él en todo momento es víctima del momento y se deja llevar. Mason no parece tener un objetivo claro ni un antagonista definido. De hecho, puede pensarse muy de forma general que el objetivo es igualmente el antagonista: la vida en sí.

La subtrama de la película viene de la mano de su madre Olivia, quien no solo tiene que lidiar con criar a sus hijos por su cuenta, sino también con encontrar un buen trabajo para proveerles un futuro, las típicas mudanzas, intentar rehacer una familia con otro hombre, fracasar en ello, intentarlo de nuevo y volver a fracasar, y así hasta ver a sus hijos partir y atravesar el sentimiento del nido vacío. El director toma una familia y la desarma hasta mostrarnos entre cada elipsis, cada uno de sus detalles, sus momentos más relevantes en cuanto a la madre divorciada que cría a los hijos, el padre que trata de recuperar el tiempo perdido y enmendar sus errores con los hijos, la hija mayor que quiere hacer su vida y el hijo menor que busca a dónde pertenecer. Y luego de mostrarnos todo esto, de hacernos identificar con los personajes con los que compartimos al menos algún momento similar, Linklater nos hace cuestionarnos acerca de la vida…

Mason: Entonces, ¿cuál es el objetivo?

Papá: ¿De qué?

Mason: No sé… De esto… De todo.

Papá: ¿Todo? ¿Cuál es el objetivo? No tengo ni puta idea. Nadie la tiene. Todos improvisamos sobre la marcha. ¿Sabes? La buena noticia es que sientes cosas y debes aferrarte a eso. Debes hacerlo. Cuando envejeces ya no sientes tanto. Tu piel se endurece.

«Boyhood» nos muestra que la vida no necesariamente está llena de dramáticos puntos de giros, pero si de momentos decisivos, en los que debemos tomar partido. Su intención es hacer que el público se refleje en una historia común, que puede ser la propia como la de un conocido, y sacar de ella que al final de cuentas, de eso se trata la vida… Una acumulación de momentos que se aprovechan de nosotros y exigen que les demos una respuesta para superarlos y seguir adelante.

Uno de los aspectos atractivos de esta película, más allá de que el director tuvo que regresar cada año a convocar a sus actores y equipo para filmar algunas escenas hasta completar los 12 años transcurridos, fue la forma en que evidencia el paso del tiempo, aparte del evidente cambio físico de sus personajes: como cuando Samanta (la hermana de Mason) lo despierta cantando «Oops I Did It Again» de Britney Spears, un tema que estaba en boga a principio de la década de 2000; cuando están formando fila para ir a ver «Harry Potter And The Half-Blood Prince» en 2009; cuando mencionan el enfrentamiento en campaña de Obama vs McCain; cuando aluden al estreno de «Tropic Thunder» y «The Dark Knight» o los libros «cursis» de «Twilight»; la canción «Telephone» y el fenómeno Lady Gaga; hablar por Facetime en tu iPhone; escuchar canciones de Gotye y tomar tus fotos con el celular… Todos estos aspectos tecnológicos, políticos, musicales y cinematográficos nos ubicaron en el paso del tiempo y de alguna u otra forma hicieron entretenida la trama, porque nos hacen recordar y sentirnos identificados.

A propósito de la política, «Boyhood» deja muy en claro también la inclinación demócrata de Linklater y su apoyo a Barack Obama. Desde el inicio, se hace énfasis en la situación que se dio en Iraq y la culpa de George W. Bush por iniciar la guerra con su «grupo de fanáticos estúpidos» (los republicanos), cuando el padre de Mason y Samantha les habla del tema en la bolera, mientras ven una protesta en Iraq por televisión. Más adelante, Mason y Samantha hacen campaña a Obama junto con su padre, poniendo letreros en el patio y acera de las casas, removiendo los que son alusivos a McCain. Incluso, el papá se mofa de Sarah Palin y su hija que quedó embarazada a los 17 años. En otra escena, el terecer esposo de Olivia habla de la época en que fue soldado en Iraq y Bosnia, refiriéndose a la guerra como inútil y que los iraquíes estaban más que seguros que Estados Unidos fue solo por el petróleo. En otras palabras, el director utiliza el medio también para transmitir sus ideologías políticas y hacer una crítica a los republicanos, especialmente en épocas cercanas al final del segundo período presidencial de Obama (que técnicamente acabaría en 2016).

La película cuenta con las actuaciones de Patricia Arquette («Stigmata»), Ethan Hawke («Training Day»), Ellar Coltrane («Fast Food Nation») y Lorelei Linklater (hija del director), y definitivamente que los roles fueron demandantes por el simple hecho de que se haya filmado de a poco por 12 años. O sea, una película con un plan de rodaje normal puede tomar hasta tres meses en filmarse, con una frecuencia diaria de filmación, por lo que es fácil para un actor mantenerse en personaje. Sin embargo, para Arquette, Hawke, Coltrane y Linklater debió haber sido más difícil filmar unos cuantos días del año y no volver a interpretar el personaje hasta pasado otro año, porque prácticamente debieron madurar y crecer junto con el personaje, para poder volver a filmar unas cuantas escenas y saber que su personaje había envejecido un poco más: ¿Cómo sería ahora? ¿Qué le gusta ahora que es un año más viejo? ¿Qué música escucha? ¿Qué películas ve ahora? Desde ese aspecto, la actuación es demandante. Sin duda, mi favorito fue Ethan Hawke, por su naturalidad y realismo al actuar, a parte que fue el que le añadió esa chispa que nos permitía salirnos de la linealidad de la trama.

«Boyhood» es una buena película que merece el reconocimiento de su director por el reto de llevar a cabo algo que creo que nadie lo había hecho antes, o al menos que tenga yo conocimiento. Fue una película experimental aplicada a una buena histora, pero cuyo guion, de momentos, puede parecer demasiado plano, por la carencia de esos picos de acción que son tan necesarios para mantener el ritmo del relato. No creo que sea elegida como mejor película, considerando sus contrincantes, pero sin duda merece haber sido reconocida entre las nominadas.

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Escrito Por: Enrique Kirchman