Final De La Tercera Temporada De «Arrow»: 8 Aspectos Que Me Molestan De Esta Serie


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La tercera temporada de «Arrow» ha llegado a su fin con el episodio 23 titulado ‘My Name Is Oliver Queen’, y a pesar de que estuvo llena de acción, descubrimientos y nuevos personajes, todavía hay ciertos aspectos de la serie que me molestan a nivel narrativo, y que en mi opinión no permiten que tome un giro interesante. Sin embargo, antes de nombrar las ocho cosas que me molestan, creo que es preciso mencionar algunos aciertos de esta temporada.

Por un lado ha sido interesante cómo han mantenido una relación y continuidad con la serie «The Flash», combinando tramas y convocando cada tanto a Barry Allen/The Flash, al igual que a otros personajes como Cisco y Caitlin, para que apoyen a Oliver Queen/The Arrow, quien también ha hecho apariciones en «The Flash». Por ejemplo, fue Flash quien liberó a Diggle, Felicity, Ray, Malcolm y Canary de la prisión de Nanda Parbat, mientras que Cisco fue el que modificó el artefacto del canto del canario que utiliza Canary para atolondrar a sus enemigos. De la misma forma, Arrow y Ronnie Raymond/Firestorm (cuyo papel es interpretado por Robbie Amell, el hermano en la vida real del actor que hace de Arrow, Stephen Amell) ayudaron a Flash en un episodio a detener al villano Harrison Wells/Reverse Flash; mientras que Felicity y Ray Palmer/Atom también han ayudado a Cisco y Caitlin a mejorar su tecnología en Star Labs. Esto en cierta medida nos incita a ver ambas series para entender ciertos detalles, y hace más real la futura unión de estos personajes como una especie de liga de la justicia.

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Otro gran acierto fue la inclusión del personaje Ray Palmer/Atom, interpretado por el actor Brandon Routh, a quien recordarán por interpretar a Superman en el no tan exitoso remake «Superman Returns» (2006), dirigido por Bryan Singer. Routh le añade cierta picardía a la trama, con una evidente buena química entre él y Emily Bett Rickards, quien hace de Felicity Smoak. La forma en que poco a poco nos enteramos de que está desarrollando una tecnología para defender Starling City, el traje de A.T.O.M., hace su aparición y participación más real dentro del universo diegético de «Arrow». Su intento de ser superhéroe no se le da con facilidad, de hecho, pocos fueron sus momentos de gloria, por lo que se muestra su escalonado aprendizaje y mejoramiento. Ahora nos queda la gran duda de qué pasará con él en la cuarta temporada, luego que vimos que su traje estalló, explotando toda su oficina en Palmer’s Industries. ¿Habrá muerto o se convirtió en una especie de metahumano?

Hasta aquí puedo señalar los aciertos de esta temporada, que como verán fueron muy pocos. Ahora pasaré a enumerarles los desaciertos sin los cuales «Arrow» podría mejorar su narrativa.

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1. No cualquiera puede ser un superhéroe.

En «Arrow» parece que ser superhéroe es algo realmente fácil, como meterse a clases de yoga, solo te inscribes y ya. El hecho de que Oliver Queen se haya convertido en Arrow está justificado por todo lo que vivió antes de regresar a la ciudad, además de que tiene (o tenía) suficiente dinero (luego de perder la empresa, no entiendo de qué vive) para invertir en tecnología de punta y armamento que le ayude a mantenerse con vida y seguir combatiendo a aquellos que le «fallaron a la ciudad». Pero, luego vemos que Roy Harper se convierte en Arsenal y Laurel Lance en Canary y, finalmente, Thea Queen asume el vestuario de Arsenal para convertirse en Speedy. ¿En serio? ¿Qué es esto? ¿Un club al que todos pueden ingresar sin membresía? Todavía a Roy Harper le paso que se haya convertido en Arsenal, porque tiene una especie de fogueo de su vida en las calles de Los Glades, pero ¿qué saben dos exadictas como la exdrogadicta Thea (más allá de que su padre Malcolm la entrenó) y la exalcohólica Laurel? Se ven completamente ridículas, especialmente Canary con esa peluca rubia y un antifaz que nos recuerda a las series de superhéroes de los años 60. No es para nada veraz, aún cuando en la trama las hagan pasar como rookies.

2. Los flashbacks no aportan nada.

Si hay algo que realmente me molesta de la serie son sus flashbacks. Tal vez durante la primera temporada eran necesarios para explicar cómo había surgido la figura del ahora heroico Oliver Queen como Arrow, pero en las dos últimas temporadas, estas miradas al pasado han sido innecesarias. De hecho, lo que demoran toda una temporada en contar a través de este recurso, pudieran explicarlo en un solo episodio de los 23 que componen cada temporada, y dedicarse a desarrollar las historias del presente que están muy débiles. Esas miradas al pasado son tediosas y en realidad no hacen ninguna diferencia respecto a lo que sucede en el presente, solo reafirman la procedencia de algún personaje o situación, sin cuya explicación la trama puede avanzar sin problema. Por querer abarcar dos líneas de acción, terminan creando dos historias carentes de intensidad dramática.

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3. Como si no fueran suficientes los flashbacks, todos los personajes tienen algo que recordar.

Parece ser que «Arrow» sostiene su trama basada en sucesos del pasado, porque no conforme con los continuos flashbacks, cada vez que un personaje va a explicar o justificar una decisión tomada, recurren a recordar algún evento pasado. El detective Quentin Lance se la pasa recordando cuando sus hijas eran pequeñas, cada vez que quiere convencer a Laurel de que se aleje del peligro; Laurel siempre recurre a los años de angustia que pasó cuando creía que Oliver y su hermana Sara habían muerto en aquel accidente en el yate; incluso Malcolm recuerda sus épocas de hombre ejemplar para convencer a Thea de que es un buen padre. Es como que le hubiera sido más fácil a los creadores de la serie empezar a contar todo desde que nació Oliver, y así nos evitamos tantos viajes al pasado.

4. La inestabilidad romántica de Oliver Queen.

A lo largo de estas tres temporadas hemos aprendido no solo que Oliver estaba enamorado de Laurel, sino que también la engañaba con su hermana Sara, quien luego de regresar de su muerte retomó el amorío, brevemente, con Oliver. Y mientras estuvo en la isla secuestrado, se enamoró también de Shado, razón por la cual inició su rivalidad con Slade Wilson/Deathstroke. Pero también, desde que regresó a Starling City, Oliver estuvo enamorado de Helena Bertinelli/Huntress, intentó volver con Laurel, para luego darse cuenta que su único y verdadero amor es Felicity. ¿De verdad? ¿Felicity? No tengo nada en contra de ella (de hecho me parece uno de los personajes más atractivos de la serie), pero no me parece que Oliver y Felicity tengan absolutamente nada en común. Me divertía más la idea del sentimiento de amor platónico que sentía ella en la primera temporada cuando lo veía entrenar sin camisa. El hecho de que estén todo el tiempo junto, se conozcan al detalle y luchen contra el crimen como equipo significa que el romance va a tener un rol demasiado importante en una serie que se supone que ronda en el dualismo héroe/antihéroe del protagonista. Por algo Superman mantiene a Lois Lane al margen, o Spider-Man a Mary Jane… Incluso Pepper Potts le da cierto espacio a Iron Man cuando tiene que combatir el crimen con los Avengers. Felicity es la mano derecha de Arrow, su relación amorosa no puede convivir con la relación de justicieros, porque terminará en una trama empalagosa, tal cual como sucedió con este final de temporada en que los vimos irse a ambos de vacaciones con un ridículo happy ending. En mi opinión, era mucho mejor cuando Oliver pretendía ganarse el amor de Laurel, al menos allí había una relación dramática por todo el tema del engaño con Sara.

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5. La inestabilidad romántica de Felicity Smoak.

A pesar de que en la serie exponen la relación de Oliver y Felicity como real y pura, por otro lado la hacen ver a ella como una «player» que tantea el terreno para ver qué hombre cae primero. La vimos coquetear con Barry Allen/The Flash y con Ray Palmer/Atom, aún cuando intentaba conquistar a Oliver. En mi opinión, hacía mejor pareja con Ray, tenían mejor química y muchas más cosas en común (lo geeks que son), incluso con Barry, pero definitivamente que la relación con Oliver me parece bastante forzada y falsa.

6. Oliver es un «control freak».

Otro aspecto que no me termina de gustar de la caracterización de Oliver es su obsesión por tener el control de la vida de todas las personas que le importan. Es como dice el dicho: «no da leña ni presta el hacha». Quiere controlar a quién frecuenta Felicity sentimentalmente sin ofrecerle ningún motivo para que ella esté con él; dice proteger a su hermana Thea ocultándole información extra crucial sobre su padre y sus motivos ulteriores; entrena a Roy para que se convierta en Arsenal, pero no le permite que lo ayude en los momentos en que más lo necesita; y le oculta a Laurel también información sobre su hermana, con la excusa de mantenerla fuera de peligro… Sin embargo, vemos que la trama toma una complejidad innecesaria por decisiones mal tomadas por el protagonista, que terminan afectando a todos los que supuestamente intenta proteger. Incluso se enoja si estos actúan por su cuenta sin consultarle. Go, Team Oliver! Esta actitud medio paternal con todo su equipo es tan repetitiva en cada episodio, que se hace tediosa, retrasando la inevitable transformación de los demás personajes, a los que se les puede dar más profundidad si se les dejara actuar sin tanta intervención del protagonista. En otras palabras, el personaje de Oliver no permite que la serie desarrolle más a fondo los demás personajes, luciendo estos como superficiales y poco creíbles.

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7. Oliver y Diggle son el peor «bromance» en pantalla.

Cuando se trata de superhéroes cuyo background se reduce a un millonario soltero con afición por la tecnología y el armamento, por lo general tienen a un «sidekick» que hace las veces de mejor amigo y hermano, con el que se desarrolla una relación muy estrecha. Batman tiene a Alfred y Iron Man a Jarvis, por ejemplo, y en el caso de Oliver, tiene a Diggle, que empezó como su guardaespaldas. Diggle juega un papel importante, pero no tiene la conexión de años que tiene un Alfred con Bruce Wayne, a quien crió desde chico; ni la programación de máquina súper inteligente y analítica que tiene Jarvis para asistir a Tony Stark. Diggle es simplemente un exsoldado con ciertas habilidades físicas, pero con cero sentido de consejero y voz de conciencia, por lo que resulta molesto ver que cada vez que Oliver toma una mala decisión (que es bastante frecuente), Diggle le pida que hablen en privado para hacerle entrar en razón. En cada episodio vemos a Diggle darle un consejo a Oliver, como si los guionistas tuvieran interesados en reforzar ese papel de consejero de Diggle que al final no le luce por sus características psicológicas y sociales tan toscas y pragmáticas. Y al igual que se hace cansón ver a Oliver tratar de controlar todo, también sucede con Diggle tratando de hacerse pasar como su ángel de la guarda, cuando evidentemente aquel no lo necesita.

8. Lo surreal de la dichosa «fuente de Lázaro».

La fuente de Lázaro se refiere a la bañera (como le llamó el mismo Flash) que tiene La Liga de Asesinos en Nanda Parbat, que es un tipo de fuente de vida que cura heridas y revive muertos. Ahí fue donde sumergieron a Thea luego de que muriera en manos de Ra’s al Ghul, para obligar a Oliver a que tomara el liderazgo de la liga. Esta escena se sale de los convencionalismos de la serie y la estética que venía manejando. Arrow es un superhéroe que se va forjando como consecuencia del caos y la decadencia de su ciudad, manteniendo su mortalidad, y no ningún evento sobrenatural de otros superhéroes como Superman, Thor o Spider-Man. En otras palabras, Arrow es un hombre común y silvestre, pero cuando le añadimos esta fuente de vida y resurrección a la trama (aunque no haya sido Oliver el que se introdujo en ella), ya nos alejamos de las limitantes en que se desplazan los personajes: la muerte. Con la presencia de esta fuente sabemos que hay esperanza para cualquiera de la serie que muera: ya sea Canary o Diggle o Felicity, ya no será algo tan angustioso ni oscuro en la trama, porque sabemos que existe esta fuerza sobrenatural que los puede traer de vuelta. No tememos por nuestro personajes. Eso es un gran error narrativo.

La cuarta temporada de «Arrow» regresará en octubre de 2015.

Escrito Por: Enrique Kirchman

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