
Si alguna vez se hace una película sobre mi vida —aunque no haya nada que contar— quiero dejar por escrito que sea Aaron Sorkin quien escriba el guion. No importa si se trata de la persona más aburrida de la historia de la humanidad —que definitivamente no es el caso de Steve Jobs—, Sorkin se las arregla para extraer sus momentos más extraordinarios, de darle volumen a la personalidad y elaborar los diálogos más elocuentes, inteligentes, dinámicos, sarcásticos, divertidos y, aun así, naturales. Ya lo conocemos por otras bio pics, tales como «The Social Network», por la que ganó el Oscar a mejor guion, y «Moneyball», por la que estuvo también nominado; además de haber producido y escrito las cortas tres temporadas de la serie «The Newsroom», por la cual aun hoy suspiro con ganas de que nunca hubiera finalizado. Y definitivamente, con la película «Steve Jobs», dirigida por Danny Boyle («Slumdog Millionaire»), Sorkin se vuelve a lucir con una excelente estructura narrativa que oscila entre flashbacks y flashforwards, en donde la palabra destaca como significante estrella de la obra.

Protagonizada por el brillante Michael Fassbender («X-Men: First Class») como Steve Jobs, con las actuaciones adicionales de Kate Winslet («The Reader») como Joanna Hoffman, Seth Rogen («Neighbors») como Steve Wozniak y Jeff Daniels («Dumb & Dumber») como John Sculley, «Steve Jobs» se basa en la biografía autorizada del CEO de Apple, escrita por Walter Isaacson, repasando tres momentos cruciales de su vida.
Aunque una pensaría que la película centraría su premisa en la forma en que este genio de la tecnología y los negocios logró levantar una de las empresas más exitosas del mundo, Sorkin hace una excelente combinación de la personalidad impulsiva y muchas veces despectiva de Jobs con su relación laboral, pero sobre todo, apoyándose en gran medida en su relación paternal con la mayor de sus hijos, Lisa Nicole Brennan-Jobs, a quien al principio de su relación no reconocía como su hija. Este drama familiar es el que le da forma a la trama, porque nos presenta en detalle al hombre frágil detrás del genio, y lo humaniza.

La película destaca además por poseer una muy bien cuidada fotografía, con angulaciones de cámara atrevidas, encuadres perfectamente compuestos, y movimientos dinámicos a pesar de estar siempre confinada a espacios cerrados sin ningún atractivo particular en la escenografía. El montaje es otro aspecto que caracteriza a la película, elaborados de tal forma que el espectador se pueda orientar, aun cuando la temporalidad cambia constantemente.
De más está decir que Fassbender y Winslet tienen muy merecidos sus nominaciones a los Oscar. Mientras que Fassbender nos entregó una expresión fuerte, duplicando al detalle el físico de Jobs y su carácter, Winslet nos da un vistazo de otro tipo de personaje, un tanto distinto al que estamos acostumbrados a ver en ella, en donde el éxito es evidente por la gran química de ambos talentos al verlos juntos en pantalla, algo que se potencia, insisto, por el ritmo de causa-efecto en los diálogos. Es justo mencionar que las tres actrices que interpretaron a Lisa Brennan, la hija de Jobs: Makenzie Moss (Lisa a los 5 años), Ripley Sobo (Lisa a los 9 años) y Perla Haney-Jardine (Lisa a los 19), hicieron un excelente trabajo, aun cuando sus apariciones fueron breves.
Una película divertida, conmovedora, e incluso informativa… Los fanáticos de Apple y de Jobs, seguro la disfrutarán.
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Escrito Por: Enrique Kirchman