{Crítica} «La La Land»: De Vuelta A Los Clásicos Musicales


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***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***

Este año, la película «La La Land» lidera los premios Oscar con 14 nominaciones, luego de haber arrasado en los Golden Globes, al ganar en las siete categorías en las que fue nominada. Pero, ¿por qué ha causado tanto impacto en los críticos y espectadores? Existen varios factores. El primero de ellos es, sin duda, la química de los american sweethearts Ryan Gosling y Emma Stone, a quienes vimos juntos en pantalla por primera vez en la comedia romántica «Crazy Stupid Love», haciendo clic inmediato con los espectadores; y posteriormente volvieron a trabajar juntos en «Gangster Squad» (aunque no generaron el mismo efecto). Otro factor es que Damien Chazelle ha resultado ser un excelente director y guionista en lo que a combinar cine con jazz se refiere. De hecho, Chazelle fue injustamente ignorado por la Academia en 2015 al no ser reconocido en la categoría de Mejor Director por «Whiplash» (aunque sí fue nominado en la categoría de Guion Original), un drama sobre el mundo del jazz que sin duda fue una de las mejores películas de 2014, y me atrevo a decir que de la década también. Como tercer factor, es que «La La Land» simplemente constituye un regreso a las raíces del cine, un flashback a la época dorada, que nos recuerda a las historias naive y aspiracionales que hacían énfasis en el famoso mito de las estrellas (el músico y la actriz que quieren llegar a la cima) y que inevitablemente nos recuerdan a bailarines y actores como Gene Kelly, Leslie Caron, Debbie Reynolds y Donald O’Connor, entre muchos otros.

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Chazelle no solo intenta rescatar la apreciación del jazz en su trama, sino también del musical como género cinematográfico. Esta referencia se aprecia en una escena en que Keith (interpretado por el cantante John Legend) le dice a Sebastian (Gosling) que la forma de salvar al jazz de su desaparición total, no es apelando al público viejo y tradicionalista, sino a los jóvenes, con una evolución del género musical, que en su caso era mezclando ritmos modernos con el jazz. La misma propuesta hace Chazelle con «La La Land» al mostrarnos una estética del cine clásico, con su estilo narrativo, sus movimientos de cámara característicos, las partituras musicales, las coreografías, los decorados, incluso la paleta de colores del diseño de producción, pero contados a través de una generación joven y talentosa, fácilmente identificable, que atrae igualmente a un público joven para disfrutar de lo que fueron los inicios del cine sonoro (incluso algunas escenas eran casi que del estilo del cine silente).

«La La Land» nos hipnotiza al entrelazar lo posible con lo surreal, una especie de melodrama (sin tanto sufrimiento) con lo que literalmente se conocía antes como «la magia del cine», precisamente por esos momentos idílicos, en los que la pareja baila flotando por un cielo estrellado. Para algunos cursi, para otros un desprendimiento de la realidad, unas horas de imaginación, que entre otras cosas retoma el sopeteado concepto del «sueño americano», con la diferencia de un «happy ending» no necesariamente tan «happy«.

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De las 14 nominaciones, en mi opinión, no creo que «La La Land» tenga el mismo éxito rotundo que tuvo en los Golden Globes, sin embargo, considero que Emma Stone sí está en la jugada para ganar como Mejor Actriz. Su papel fue cambiante, con un personaje que atraviesa un arco de transformación completo, que experimenta distintas facetas y emociones, que definitivamente demandaron todo su talento. Stone nos hace reír, empatizar, enamorar y a la misma vez, nos enoja, la resentimos al final, pero con aquella sonrisa que Mia le da a Sebastian en la última escena, medio que se reconcilia con el público. Todo esto la hace excelente. Ryan Gosling no se queda atrás. La escena en que su personaje discute con Mia durante la cena fue de las mejores de toda la película, porque acentúa la naturalidad, la química y la comodidad que hay entre ambos actores. Sin embargo, el papel de Gosling está más definido por la interacción con el trabajo de Stone que por el de él mismo, por lo que no le veo probabilidades de ganar como Mejor Actor.

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Chazelle entra duro como Mejor Director, porque aunque considero que a la historia le faltó puntos de giro más acentuados y picos de acción más dinámicos, la película me pareció excelentemente relatada. Por lo tanto, le veo grandes posibilidades de ganar como Mejor Director. Definitivamente, debe de ganar como Mejor Edición, porque para mí ese fue el significante estrella de la película. Me refiero específicamente a los resúmenes de montaje, que eran casi que un leitmotiv, especialmente el último que hacen de la historia perfecta de amor que Sebastian se imagina al tocar el piano en su bar Seb’s, cuando se encuentra cinco años después con Mia y su esposo. Ese resumen desde que se conocieron hasta lo que supuestamente sería el presente fue sencillamente genial, y un gran bonus en el clímax.

Igualmente, y me parece más que justo, que la película gane por mejor partitura musical y mejor canción, en este caso por el tema «City Of Stars», que fue un dúo, seguramente inmortalizado para la posteridad del cine. En cuanto a si gana Mejor Película, todavía es muy apresurado para decirlo porque me quedan varias por ver, pero no me parece que reúne todos los requisitos; aunque ese análisis se los daré más detallado en otro artículo.

Ratings: 07

Trailer:

Escrito Por: Enrique Kirchman

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