
***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***
«Unos 80,000 niños se pierden cada año en India». Esta frase es una de los códigos gráficos que utiliza el director Garth Davis para culminar la película Lion, basada en la historia real de Saroo Brierley, un chico de origen indio que fue adoptado por una pareja australiana, luego de que a la edad de cinco años se perdiera y divagara por varias ciudades de India, sin siquiera saber el nombre correcto del pueblo donde solía vivir con su madre, hermano y hermana. La historia alude a un problema real que aqueja al gran país asiático, que entre la sobrepoblación y la pobreza, tiene además a unos 11 millones de niños viviendo en las calles, enfrentándose no solo a las inclemencias del tiempo y el hambre, sino también a la maldad del hombre, expresada a través del tráfico de niños, trata de blanca, drogadicción, entre otros problemas sociales.
Lion es una adaptación del libro A Long Way Home, escrito por el mismo Saroo Brierley, en el cual narra su historia desde el momento en que se separa de su hermano en una estación de tren, hasta que vuelve, 25 años después, a su pueblo Ganesh Talai, en India, para encontrar a su familia. Es una historia impresionante, tanto por la forma en que Saroo va superando cada obstáculo de su travesía, especialmente en los primeros meses de estar perdido, como también por mostrar esa prueba del poder de los lazos familiares y de la esperanza que mantuvo en pie no solo a Saroo, sino también a su madre biológica, que luego, al final, nos enteramos que nunca quiso mudarse del pueblo donde vivían, porque tenía fe de que su hijo regresaría buscándola. En otro contexto pensaríamos que se trata de una historia fabricada, sin embargo, estamos hablando de algo que sucedió a penas unos 32 años atrás, y que tuvo su final feliz hace solo cinco años, cuando se reencontró Saroo con su madre.

Pero tal vez, uno de los mensajes más importantes de la película, con el cual algunos pueden o no estar de acuerdo, es aquel que da Nicole Kidman (quien interpreta a Sue Brierley, la madre adoptiva de Saroo) en la escena en que Saroo le pide disculpas por ella no haber podido tener hijos de forma natural, obligándola a adoptar. A lo que ella le responde que ella siempre pudo tener hijos, pero que con su esposo había decidido no tenerlos, porque era innecesario traer más niños al mundo, habiendo tantos en situaciones de peligro y vulnerabilidad que ella podía ayudar. Ella sentía que adoptar era lo correcto.
Uno solo podría desear que más personas implementaran la filosofía de Sue y John Brierley, o al menos que reflexionaran al respecto. Entiendo que las mujeres encuentran en la maternidad un complemento que cierra un círculo que las realiza como mujeres, precisamente por ese especial sentimiento que se debe experimentar al poder dar vida a un ser; sin embargo, la realidad mundial es cada vez más aterradora, por lo que muchas veces debemos replantearnos el hecho de «dar vida» y «cuidar una vida ya existente». En India, tal cual como hace alusión la película, hay un problema que los viene azotando desde hace décadas. Pero pensemos además en esos países como Siria, en donde cientos de niños se están quedando sin hogar, producto de la guerra. ¿Quién ayuda a estos niños? Esa fue la intención de Sue y John cuando adoptaron a Saroo y luego a Mantosh: alivianar un poco el dolor y el sufrimiento.

Y eso también nos lleva a pensar en la responsabilidad de ser padres. Porque aunque Saroo nunca se hubiera perdido, la vida de pobreza que le hubiera tocado enfrentar no iba a ser para nada fácil. De hecho eso fue motivo de su conflicto interno en la película, cuando se sentía asqueado por él haber vivido con tanto lujo sabiendo que su madre y sus hermanos habían estado pasando trabajo todo este tiempo. Su madre trabajaba como obrera, apilando rocas. Muchas veces dejaba de comer para que sus hijos pudieran alimentarse con lo poco que ellos mismos traían a casa. Ellos se jugaban la vida cada día y noche para traer el pan, de ahí que su hermano Guddu muriera arrollado por un tren poco después de que Saroo se perdió.
Saber que hay 11 millones de niños, solo en India, que viven en las calles, nos tiene que llevar a pensar en la gran responsabilidad que tenemos con la sociedad mundial, incluso quienes no tenemos hijos. Hay chicos allá afuera, durmiendo en túneles, con camas de cartón, pasando calor o frío, víctimas de la violencia y el maltrato social; niños que podrían estar estudiando, jugando o simplemente fantaseando en sus pensamientos más inocentes, en lugar de madurar forzosamente para poder sobrevivir.
Lion nos deja ese sinsabor, a pesar de que es contada amenamente a través del pequeño Sunny Pawar (Saroo niño), quien aplaca un poco la angustia del espectador respecto al riesgo al que se enfrentaba, distrayéndonos con su mirada enternecedora, carisma y astucia. Sin lugar a dudas, Pawar hace su debut en el cine con un papel que será recordado en la historia con la misma nostalgia con la que se recuerda a Enzo Staiola cuando debutó como Bruno en el filme neorrealista italiano de Vittorio De Sica, Ladri Di Biciclette; o a Salvatore Cascio cuando debutó como el adorable Toto en Cinema Paradiso.
Protagonizada por Sunny Pawar, con las actuaciones adicionales de Dev Patel (The Newsroom), Nicole Kidman (The Others), Rooney Mara (Side Effects), David Wenham (300: Rise Of An Empire) y Priyanka Bose; la película obtuvo seis nominaciones al Oscar: mejor película, fotografía, adaptación, partitura musical, actor de reparto para Dev Patel y actriz de reparto para Nicole Kidman. Sinceramente, le veo probabilidades de ganar en la categoría de partitura musical, ya que su musicalización realmente aportó no solo a la ambientación de la trama, sino también al acentuar ese sentimiento de nostalgia y melancolía en el espectador, reforzando las escenas. Otra categoría en la que le veo muchas fortalezas es en la de mejor fotografía, cuyos encuadres y composición no solo recogen los paisajes naturales muchas veces saturados de India, sino que dentro de ese caos, supieron exponer cierta belleza, ya sea por los colores y el contraste con el decorado, así como también por el impacto social que causaba cada imagen.
Aunque soy fiel fanático de Nicole Kidman, si la tengo que comparar con el resto de las nominadas, creo que el trabajo de Naomi Harris en Moonlight y de Viola Davis en Fences logran superarla. Kidman se mantiene en un papel aceptable, acorde al personaje, sin mayores riesgos dramáticos o actorales. Por su parte, Dev Patel, después de mucho deliberar, me parece que es la competencia más fuerte para Mahershala Ali por su trabajo en Moonlight. Patel ha evolucionado positivamente desde que hizo Slumdog Millionaire (por la que debió estar nominado al Oscar también), y sin duda muestra otra faceta, con una actuación fuerte que conmueve hasta las lágrimas. En cambio, respecto a si Lion gana por mejor adaptación y mejore película, debo decir que no creo que esté en la carrera para obtener estos dos galardones. Lion es una historia que inevitablemente te sacará lágrimas, o al menos te hará un nudo en la garganta, pero su guion de momentos se siente débil en el segundo acto. Primero nos presenta toda una historia con puntos de acción que van in crescendo, desde que Saroo se pierde y atraviesa por distintos peligros hasta quedar en aquel centro de huérfanos. Nos mantiene interesados y angustiados hasta cierto punto de lo que le pueda pasar al pequeño, pero luego cuando hay una elipsis de 20 años, la historia baja el ritmo narrativo y nos da un frenazo, para pasar a introducirnos al nuevo Saroo adolescente/adulto, con lo cual parece que empezara la película nuevamente y llega a aburrir al espectador al darle dos paradigmas o dos primeros actos, cuando ya veníamos acostumbrados con picos de acción importantes. En otras palabras, el guionista corrió un riesgo, tal vez necesario para poder contar una historia real que necesita ahondar en ambas temporalidades, pero creo que tal vez hubiera optado por utilizar una estructura narrativa de flashback, a través de la cual hubiese podido contar paralelamente ambas temporalidades de la historia, cuya expectativa fuera ascendiendo en cada acto a la vez, sin necesidad de frenar el dinamismo narrativo. Por este error en el guion, no le daría mejor adaptación ni mejor película, a pesar de que definitivamente es muy buena historia.
Los invito a que visiten el sitio Lion The Movie, en el cual pueden dejar su correo para recibir noticias sobre cómo la película está ayudando a distintas fundaciones de India, a través de su campaña #LionHeart para proteger a los niños que viven en las calles y que se han perdido. También pueden conocer de qué manera ustedes pueden aportar su granito de arena para estas fundaciones. No dejen de ir a ver la película.
Trailer:
Escrito Por: Enrique Kirchman