Que Mel Gibson Dirija «Suicide Squad 2″… ¡Podría Salvar La Mala Racha De DC!


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Según noticias recientes, Mel Gibson está actualmente en conversaciones con los estudios Warner Bros. para dirigir la secuela de los heroicos villanos de Suicide Squad. Todavía no está escrito en piedra, porque de hecho hay otros prospectos considerados para el cargo, tales como Ruben Fleischer (director de Zombieland), Daniel Espinosa (quien dirigió a Denzel Washington y Ryan Reynolds en Safe House) y Jonathan Levine (quien ha dirigido comedias como Warm Bodies y Snatched, esta última a estrenarse en mayo con Amy Schumer y Goldie Hawn), pero de todos, el que en verdad puede darle una vuelta más siniestra a la franquicia es Gibson. Los otros directores han hecho buenas películas, pero tal vez les hace falta una visión psicológicamente más profunda para sacar al Escuadrón Suicida de la mediocre historia de su primera entrega.

DC Comics aparentemente quiere apelar a la fórmula Marvel de potenciar sus historias con personajes más simpáticos, debido a la química que inevitablemente atrae de los Vengadores, especialmente la de Tony Stark con su sarcasmo que saca lo peor y mejor de cada uno de sus colegas superhéroes. El punto es que Marvel ha sabido balancear el drama de sus historias con personajes muy bien caracterizados, que han sabido ganarse la empatía del público desde el inicio, hasta el punto de que los vemos enfrentarse en Captain America: Civil War y, seguramente, le íbamos a los dos bandos, sin tomar partido. En cambio, a pesar de que los superhéroes de DC tienen una base histórica más triste y dramática —Superman es un huérfano cuyo planeta explotó, Batman es un huérfano cuya familia fue asesinada y la Mujer Maravilla es hija de dioses (o sea, huérfana) que pelea en la época nazi, una de las más oscuras de la historia de la humanidad—, parece que los estudios nunca las han sabido explotar, salvo por las películas de Batman, que en su mayoría (menos las de Joel Shumacher) han sido buenas precisamente por profundizar en la psiquis del personaje principal. En otras palabras, elegir a Fleischer, Espinosa o Levine, significaría tratar de buscar el lado cómico y jocoso de los personajes de Suicide Squad, que no le sirvieron de mucho en la primera película, salvo por la atractiva personalidad de Harley Quinn (interpretada por Margot Robbie) que definitivamente se llevó todos los aplausos.

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Por el contrario, elegir a Mel Gibson sería un riesgo que vale la pena tomar. Al igual que Tim Burton le dio ese toque expresionista a Batman (1989) y Batman Returns (1992) por la estética usual de sus películas, y Christopher Nolan acentuó el desquicio de la sociedad en su trilogía del mismo superhéroe, por la compleja trama de sus filmes, Mel Gibson pudiera aportarle esa oscuridad, patología y algo del grotesco que va muy bien con la historia y estética de Suicide Squad, precisamente por su currículo como director.

Gibson tiene experiencia en historias épicas, algo que requerirá a nivel producción para dirigir una secuela de DC, gracias a su trabajo en Braveheart, con la cual ganó sus dos primeros y únicos Oscar, como director y productor al recibir también el galardón por Mejor Película de 1995. Ha sabido captar el morbo del espectador al representar de forma extremadamente gráfica la maldad, brutalidad y violencia del ser humano, con películas como The Passion Of The Christ (2004) y, posteriormente, con Apocalypto (2006), que fue la última película que dirigió hasta que en 2016 hizo su gran comeback con Hacksaw Ridge, una película con la que se adentra en la psicología de un personaje para contar una historia visualmente impactante y emocionalmente conmovedora.

Foto: Mel Gibson durante el rodaje de Apocalypto.

Gibson no tiene límites en cuanto a mostrar la crudeza de los actos más viles. Le gusta impactar con la imagen y pocas palabras, hasta el punto de que llega a ser prácticamente insoportable de ver. Recuerdo que cuando vi The Passion Of The Christ, hubo un momento en que tuve que mirar hacia otro lado durante la extensa escena de los latigazos. Algunos pensarían que fueron escenas innecesariamente largas, sin embargo cumplieron con su propósito de transmitirle al espectador la angustia, el dolor y el sufrimiento de Jesús en nombre de la humanidad, algo que tal vez los creyentes del Cristianismo nunca habían experimentado tan gráficamente antes. Lo mismo sucedió ahora con Hacksaw Ridge, donde las explosiones de carne humana, cuerpos quemados y desmembramientos eran imágenes repetitivas, que situaban mentalmente al público como parte del cruce de balas en la Segunda Guerra Mundial. Ese nivel de insania y barbarie, por más que sea de mal gusto visual para algunos, es con el que precisamente debe tratarse la estética de una historica con personajes tan dementes como los del Escuadrón Suicida, y para eso hay que buscar a quien sabe cómo representar eso en pantalla, y ese sin duda es Mel Gibson.

Escrito Por: Enrique Kirchman

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