{Crítica} «Más Que Hermanos»: Un Avance En El Cine Panameño, Aunque Con Algunas Debilidades


***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***

«Más Que Hermanos» es otra de las películas panameñas que por meses se ha estado anunciando y generando expectativa, y que por fin podemos ver estrenada en nuestras salas de cine. Escrita y dirigida por Arianne Benedetti, esta historia, basada en las vicisitudes que atraviesan dos hermanos luego de perder a sus padres, viene a aportar un aire nuevo y fresco a lo que hemos estado viendo hasta ahora en producciones cinematográficas nacionales. Un drama distinto, alejado del resalte histórico, patriótico y nacional que tanto nos ha abrumado —con «Invasión», «Historias Del Canal», «Caja 25», «Hands Of Stone»—, para dedicarle tiempo de pantalla a relatos más mundanos; algo que en lo personal quisiera que el panameño se atreviera a contar más, sin caer en los clichés ni estereotipos.

Empezaré con los aciertos, y el primero de todos y más evidente, es el nivel de actuación. La encargada del casting, Marlene Ortega, definitivamente que hizo un excelente trabajo, porque me parecieron muy profesionales —y no me refiero a Eric Roberts ni a María Conchita Alonso—, y para nada teatrales ni expresionistas como he visto en otros filmes locales. En mi opinión destaca de forma impresionante el pequeño Mike Méndez, quien interpretó a Joshua niño, logrando unos momentos dramáticos interesantes y una compenetración con el personaje que nos hacía empatizar inmediatamente con él. Por otro lado, la colombiana Valerie Domínguez (como la Mía adulta), quien no solo es espectacularmente hermosa (tiene una aire a la «Wonder Woman» Gal Gadot), sino que expresa una naturalidad actoral que lastimosamente Robin Durán no supo complementar; y eso que me pareció que Durán mejoró mucho su nivel actoral en esta película, pero no me generó la química que sí se percibió entre Domínguez y el actor Drew Fuller (como Chris Vianni), quien hacía de su interés amoroso. Otro que destacó, aunque con poco tiempo en escena, fue Claudio Gallardou (como el abogado), aportando gracia y dinamismo a la trama. Pero debo decir que el personaje que más aprecié fue el de la misma Arianne Benedetti, como Mani. Benedetti hizo un gran trabajo como actriz de reparto, que en mi opinión ayudó bastante a que los actores principales entregaran un mejor performance, y ese es el verdadero propósito de los actores secundarios (de ahí que en inglés se les llamen «supporting actors«, porque en ellos se apoyan los principales). Mani es el tipo de personaje jocoso, que aporta ritmo interno a la escena, dinamismo y nos saca un poco de la seriedad de la trama y efectivamente lo logra, recordándonos a una Whoopi Goldberg en «Ghost» o a una Kathy Bates en «Titanic» (un ejemplo, no una comparación). Por ese lado, ¡felicidades Arianne!

Otro gran acierto fue la dirección de fotografía de Eduardo Enrique Mayén y Nathan Wilson, con movimientos de cámara sutiles, muy suaves, con composiciones y encuadres muy artísticos, tanto en sus planes generales como en sus planos más cerrados, y un trabajo de iluminación bien llevado. Todo esto se complementó bastante bien con la dirección de arte de Rocío Moore, tal vez uno de los aspectos más interesantes de la realización, ya que a pesar de haber muchos decorados naturales ya existentes, se notaba un buen trabajo de ambientación en los detalles. Arte y fotografía se llevan two thumbs up.

Ahora bien, «Más Que Hermanos» presenta algunas falencias respecto a su estructura narrativa y a la identificación de su protagonista. Esto no precisamente la hace una mala película, pero sí crea confusión en el espectador y, tal vez, en el efecto que se pretendía generar en él.

Empecemos por hacernos la pregunta: ¿Quién es el protagonista? Para ayudarnos a responder esta pregunta les enumeraré nueve formas de identificar al protagonista según expertos como Robert Mckee, Linda Aronson y Linda Seger, cuyos libros son esenciales para resolver cualquier tema del guion.

El Protagonista…

  1. No muere.

  2. Es aquel a quien le complican la vida.

  3. Es aquel en cuya cabeza estamos como espectadores.

  4. Es quien más cambia.

  5. Es quien generalmente lleva adelante la acción.

  6. Es quien generalmente habla en off.

  7. Es quien lleva adelante la trama principal y subtrama.

  8. Puede haber más de un protagonista.

  9. Y es central en los diferentes puntos de la estructura narrativa.

Teniendo en cuenta esto, veamos un momento la estructura. La película empieza con Joshua y Mía de niños viviendo en las calles, sin padres. Avanzada un poco su vida en las calles y el interés de Joshua de salir de ellas, es que conocemos lo que vendría siendo el detonante de la historia: la muerte de los padres que los llevó a las calles. En este primer acto, se enfatizó tanto en que Joshua tenía que cuidar a la hermana y en su objetivo de sacarla de las calles, que pensamos «Bueno, Joshua es el protagonista y su objetivo es buscar una mejor vida para ambos», sin embargo, en la mitad del segundo acto los presentan a ambos adultos y parece que ahora Mía es la protagonista, quien logra entrar en su escuela de psicología y conoce a su profesor por el que siente cierta atracción y de hecho entablan una relación, enfrentándose luego a una repentina muerte de su hermano. Joshua pasa a un segundo plano hasta que sale de la trama. Entonces pareciera que la película estuviera dividida en dos historias: la de chicos, cuando Joshua cuida a su hermana y la saca de las calles; y la de grandes, en la que Mía tiene que vengar la muerte de su hermano, a manos de un asesino.

Luego de casi una hora y sencillo de película, Joshua muere y ese parece ser apenas el primer giro de la película, que entra muy tarde en la trama (poco más de una hora de película). El segundo punto de giro viene siendo cuando agarran al asesino y Mía se niega a reconocerlo para idear su propia venganza, que viene siendo el clímax, resolviéndose cuando ella se suicida. Pero encima de todo, a lo largo de toda la película hay un narrador en off, que es el doctor Chris Vianni, que cuenta la historia de ambos en un libro que Mía le encomienda escribir; incluso, en su última línea de diálogo afirma que esa es SU historia. Entonces: el rol protagónicono es claro; oscila entre Joshua, Mía y Chris, a lo largo de la película.

Remitiéndonos a las nueve formas de identificar al protagonista, si este no muere, entonces no puede ser Joshua, pero sí puede ser Mía porque en realidad ella muere después de cumplir su objetivo, que es matar al asesino de su hermano. Como ocurrió en «Man On Fire», en la que Denzel Washington (el protagonista) muere, pero luego de asegurar el bienestar del personaje interpretado por Dakota Fanning. Por otro lado, a Mia es a quien más le complican la vida, porque le matan al hermano y es con ella con quien nos identificamos, y además es quien más cambia en la película (pasa de ser una chica jovial, a deprimirse, luego a  quitarse la vida). Definitivamente, Mía es la protagonista, pero empieza a serlo a mitad del segundo acto. La confusión está en la debilidad de la estructura narrativa, al dividirla en dos temporalidades, —en la historia de niños y la de adultos—, no supo darle el protagonismo a Mía, con lo cual confundió al espectador respecto a quien iba a liderar la trama. Todos pensaron que sería Joshua, hasta que este muere. Sumado a eso, la narración en off de Chris Vianni, lo hace más confuso, porque si bien lo vemos en la primera escena de la película, su intervención como personaje secundario llega más allá de la mitad de la película, con lo cual tampoco llegamos a identificarnos con él. Y respecto al punto 8 de la lista, de que puede haber más de un protagonista, esto solo funciona cuando se trata de un grupo de personas con un fin común, como por ejemplo en «Saw», cuando un grupo de personas es secuestrada y puesta a prueba y todos tienen el único objetivo de sobrevivir y escapar. En «Más Que Hermanos», Joshua ni Mía ni Chris tienen un único objetivo, por lo que esto de múltiples protagonistas no aplica.

Fuera de esa confusión narrativa del relato en sí, «Más Que Hermanos» no deja de ser una historia atractiva, distinta e interesante. Tal vez, y esto sí es una crítica, se abusó un poco con las obscenidades (el awebao, chucha, etc.), algo que no solo he visto en esta, sino en varias otras películas nacionales, que lo usan como recurso jocoso que a veces raya en el mal gusto. A veces queremos buscar naturalidad en los diálogos pensando que la mejor manera de representar al panameño es por sus insultos y obscenidades, pero quiero pensar que hay otras maneras de representarnos. De resto, me parece una buena recomendación para ver en salas, un gran avance y añadidura a nuestra filmografía.

Rating

Trailer:

Escrito por: Enrique Kirchman

 

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