***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***
Si Brendan Fraser ya había hecho con éxito «The Mummy» en 1999, a pesar de unas secuelas que no corrieron con la misma aceptación, no había necesidad alguna de que se hiciera un remake de esta historia, mucho menos atada a un actor supuestamente superior a Fraser en calidad, como lo es Tom Cruise. El resultado de esta nueva versión fue un híbrido de historias sin sentido, infantiles, ridículas y con interpretaciones bastante vagas por parte de grandes talentos.
De por sí, la trama es repetitiva, sin nada nuevo que aportar a su anterior versión. Se apoyaron en los mismos efectos visuales de las tormentas de arena con la cara de la momia dibujada y los ataques de arañas y otras alimañas. Mientras que en la versión de 1999, la aventura y acción eran complementadas por momentos jocosos que recaían atinadamente, en su mayoría, en el personaje Jonathan Carnahan (interpretado por John Hannah), además de la simpática personalidad del personaje de Fraser; en este remake se inclinaron por un personaje cómico y fantasmagórico (interpretado por Jake Johnson), cuyo comportamiento caricaturesco parecía sacado de los rincones de Hogwarts en la saga de «Harry Potter», restándole todo el suspenso y aventura a la trama. Ya era increíble la aparición de la momia, encima ¿había que agregarle un amigo fantasma al protagonista?

Sin embargo, esto no fue lo más vergonzoso de la película. La trama se torna aún más disparatada cuando intentan mezclar esta historia con el clásico de Dr. Jekyll & Mr. Hyde, cuyo personaje interpretó ridículamente Russell Crowe («Gladiator»), sin profundidad ni el drama que amerita un personaje de excelente construcción literaria como este. Pero esto no les bastó, por si fuera poco, al final de la película exponen al personaje de Tom Cruise como un supuesto dios que realiza un sacrificio para acabar con la momia y salvar a una chica con la que nunca se le vio lazo amoroso durante la trama.
O sea, «The Mummy» falla en desarrollar una subtrama romántica entre el personaje protagónico Nick y su coprotagonista Jenny (interpretada por Annabelle Wallis). En toda la película solo se sabe que Nick tuvo una relación con ella y que le hizo daño, pero eso se sabe solo por los diálogos entre ambos, mas no se muestra ninguna escena de qué pasó entre ellos ni se les vio química de que tuvieran un futuro juntos, entonces, el sacrificio final del protagonista no causa ningún impacto porque el espectador no logra identificarse con su relación. Al contrario de la versión de 1999, en la que sí se pudo apreciar esa línea de relación romántica entre los personajes de Fraser y Rachel Weisz.

«The Mummy» fue un intento fallido de despertar una franquicia basada en el ‘dark universe‘ de monstruos míticos como la momia, Drácula, Frankenstein, entre otros del estilo «Penny Dreadful». Su mayor error fue abordar personajes de terror en los que pudo haber ahondado dramáticamente (incluso restándole el carácter aventurero), dirigiéndolo a un público infantil con la comedia como punta de lanza. Al final solo cayó en una historia superficial, incoherente y en detrimento del prestigio actoral de Cruise y Crowe, cuya fama no salvó lo que Fraser supo vender como un éxito en taquilla en 1999.
Trailer:
Escrito Por: Enrique Kirchman