{Crítica} «Fifty Shades Darker»: Más Aburrida Que La Primera


***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***

Antes de hacer la crítica de «Fifty Shades Darker», decidí leer mi pasada crítica sobre «Fifty Shades Of Grey» y me percaté que tenía casi que las mismas observaciones, solo que esta, realmente —y con el permiso de las fanáticas de la saga literaria—, está peor que la anterior a nivel narrativo. Y hago la salvedad de que no desprecio los chic flicks, porque de hecho hay unos muy buenos como «Love Actually», «The Fault In Our Stars», «The Notebook» y «Easy A», simplemente es que esta segunda película basada en la trilogía de E. L. James es realmente cursi, mal actuada y, sobre todo, profundamente aburrida. De hecho, y para empezar la crítica con algo positivo, lo único que se rescata de esta producción es la canción «I Don’t Wanna Live Forever», interpretada por Taylor Swift y Zayn Malik. ¡Y eso es mucho decir!

En primer lugar: el erotismo. Esta es una historia que desde sus libros hizo suspirar a millones de mujeres por su cuento de hada moderno/erótico, y estoy seguro que la escritora detalló cada encuentro sexual (sigo sin leerme los libros y no va a pasar), pero el director falla transmitir eso en la pantalla. Tal como dije en mi crítica de la primera película, «Fifty Shades Darker» se queda en un tipo de soft porn de la más baja calidad, con actuaciones pobres, en las que incluso las nalgadas se veían falsas. Lo que supuestamente debía ser sexualmente kinky, al final era más aburrido y repetitivo que los escasos momentos sexuales de una pareja que tiene 40 años de casados. Christian (Jamie Dornan) y Anastasia (Dakota Johnson) son dos jóvenes veinteañeros, y él disfruta el sexo violento y dominante, pero esa vivacidad y fetiche no se transmite. Parecen dos aficionados. En varias escenas Christian advierte que será rudo, pero al final solo la ata y hace lo mismo que hizo en las escenas sexuales anteriores. Genera anticipación, pero el cumplimiento de esa anticipación no va acorde… ¡Desanima! El mejor ejemplo de esto es en una de las escenas cercanas al final, cuando luego de la insistencia de Anastasia, Christian accede a llevarla al cuarto rojo… No sé si se han tomado el trabajo de ver la ambientación del cuarto rojo, pero hay gran cantidad de juguetes sexuales que se veían dolorosos, y estoy casi seguro que muchos no sabían que existían. Sin embargo, cuando finalmente entran, él solo la ata con un tipo de palo desplegable. No es que pretenda una escena XXX, pero sí que se ahondara más en la psicología de Grey, un chico que revela que busca mujeres que se parecen a su difunta madre drogadicta. O sea, eso es enfermizo, pero el personaje no lo transmite.

El problema, además, es que hay un exceso de escenas sexuales. Tal como sucedió en la primera película, la estructura narrativa se basó en: un evento cotidiano + escena sexual + otro evento cotidiano + un evento sexual y así repetidas veces hasta el cansancio del espectador. El hecho de que la película tenga como detonante el fetiche sexual de uno de los personajes, no es motivo para toda la trama en el sexo. En ese caso, lo comparo con la película «Closer» (2004), el drama de infidelidades donde actuó Julia Roberts, Natalie Portman, Jude Law y Clive Owen, en el que se hablaba todo el tiempo de sexo, con un lenguaje bastante fuerte, pero las escenas estrictamente sexuales fueron nulas. Sin embargo, el espectador pudo entender y conocer los problemas de cada uno de los cuatro personajes y sumergirse en una historia compleja e interesante.

En «Fifty Shades Darker», además, los encuadres, planos y angulaciones tampoco fueron eróticos. La cámara no acompañó los movimientos de los cuerpos, no captó la intensidad de la escena, el sudor de los personajes… Si las tomas hubiesen sido más cerradas y hubiesen captado esas expresiones y detalles corporales, las sensaciones transmitidas al espectador hubiesen sido más intensas sin necesidad de mostrar desnudos.

La trama es débil en sus puntos de giros y en su ritmo escénico interno. Los personajes no tienen fuerza dramática, el tono de su voz y sus ademanes son suaves, incluso en aquellos momentos en que supuestamente deberían expresar mayor enojo. La historia está enfocada en un personaje machista que somete a la mujer no solo sexualmente, sino también en su vida cotidiana. Por más que Anastasia se mostrara firme y supuestamente diferente a las demás mujeres sumisas con las que Christian había estado, al final siempre queda haciendo lo que él dice: a) el quería comprar la editorial donde ella trabajaba, ella dice que no, pero al final él lo hace y ella no reacciona; b) él quiere darle $24 mil dólares, ella dice que no, y él igual se los deposita, y ella solo opta por donarlos; c) él la lleva a conocer a Elena (Kim Basinger), ella se molesta, él le dice que discutan en la casa, ella dice que no, pero al final va. d) se hace la que no quiere su dinero, pero recibe vestidos, joyas, celular, computadora, etc. En otras palabras, la historia redunda en la actitud machista y poco equitativa que enfrenta la mujer actualmente en la sociedad. De hecho, mis escenas favoritas fueron dos: cuando Anastasia casi vence a Christian en un juego de billar y cuando demostró en una reunión de trabajo que podía hacerse cargo del puesto de editora de ficción. ¿Por qué me gustaron estas escenas? Precisamente porque Anastasia deja ver su potencial como mujer independiente que no necesita del apoyo ni protección ni aprobación de un hombre. Eso hubiese querido verlo más.

En definitiva, es una película con una trama mal sustentada, que revela los secretos más oscuros de su personaje sin ningún impacto narrativo, por el empeño de querer reforzar lo sexual. Está plagada de momentos cursis, como cuando Christian hace que una inestable examante (Leila) se arrodille y le entregue la pistola con la que amenazaba a Anastasia, utilizando su rol de dominante sobre una chica que disfrutaba ser su sumisa; o cuando Christian se levanta de una pesadilla y le pide matrimonio… ¿De verdad? ¿No pudo ser más original? Si a eso le sumamos la inútil escena de su breve desaparición por un accidente en helicóptero, nos damos cuenta que esta historia fue pésimamente adaptada. Ese accidente en helicóptero se hubiese suprimido y no hubiera afectado en nada la trama.

Ni las talentosas Kim Basinger («L.A. Confidential») y Marcia Gay Harden («Mystic River») pudieron salvar esa producción. Afortunadamente el suplicio se acaba el próximo 9 de febrero de 2018, con el estreno de su desenlace «Fifty Shades Freed» que, al menos que uno de los dos personajes muera y le aporte un verdadero drama a su final, terminará con un ridículo happy ending como si fuera hecho por una productora kinky de Disney.

Rating

Trailer:

Escrito Por: Enrique Kirchman

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