***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***
En 2013, la apodada «princesa del póker«, Molly Bloom, fue acusada por el FBI de sacar ganancias al organizar juegos de póker ilegales en Los Ángeles y Nueva York. Bloom, quien solía ser una esquiadora profesional, que por poco clasifica a las Olimpiadas, empezó organizando estos juegos privados de póker para su entonces jefe —cuyo nombre nunca ha revelado— en el Viper Room de Los Ángeles, al que asistían personalidades de la farándula hollywoodense como los actores Ben Affleck, Matt Damon (quien fue solo una vez), Tobey Maguire (que iba frecuentemente) y Leonardo DiCaprio; productores como Rick Salomon (exesposo de Pamela Anderson); directores como Todd Phillps («The Hangover»); deportistas como el beisbolista Alex Rodríguez; entre muchos otros acaudalados millonarios. Posteriormente, mudó su negocio a Nueva York, con mayor éxito, donde atrajo a poderosos hombres de Wall Street, como también a miembros de la mafia rusa, quienes al final mancharon su negocio, haciéndolo de mayor interés para las autoridades.
Esta extraordinaria historia es llevada al cine, escrita y dirigida por el magistral Aaron Sorkin, ganador del Oscar en 2011 por la adaptación de «The Social Network», además de haber construido estructuras narrativas complejas en otras películas biográficas como «Moneyball» y «Steve Jobs». En esta ocasión, Sorkin revive una historia bastante relevante al contexto social actual de Hollywood en el que se ha replanteado el papel de la mujer en el cine, su empoderamiento y búsqueda de igualdad, al exponer la vida de una mujer como Molly Bloom, quien supo controlar astutamente y de forma legal (contrario a sus acusaciones) un juego en el que predomina la figura masculina. La estructura es típica de Sorkin, que juega con las temporalidades diegéticas, apoyándose en el uso constante del recurso del flashback para explicar o ahondar en situaciones del presente narrativo, que se ubica cuando está con su abogado tratando de construir su caso frente a los tribunales. Gracias a las vueltas al pasado cuando Molly era adolescente y entrenaba para esquiar con su padre, es que podemos extraer sus características psicológicas y emocionales, y entendemos de dónde viene su determinación, su desafío a los hombres y su personalidad intrépida. Mientras que al mostrarnos los años en que fue organizadora de los juegos de póker, entendemos sus inicios, su ascenso y su caída.
Otro aspecto típico de Sorkin en el guion es el dinamismo interno de las escenas dado a través de los diálogos. Esto se puede apreciar claramente cuando Molly y su abogado discuten el caso, casi siempre en desacuerdo. Los diálogos son rápidos, agudos, sarcásticos muchas veces y elaborados de forma muy elocuente pero naturales, tal vez porque emanan de personajes cuya caracterización es evidentemente culta, educada e intelectual. Esto hace que las escenas de diálogos no sean cansonas, sino que resultan en la parte más divertida de la película.
Molly Bloom es interpretada por la feroz Jessica Chastain («Zero Dark Thirty» y «The Help»), una actriz que en poco tiempo a emergido como una «A-lister» de Hollywood, con papeles cada vez más complejos y profundos, y que ha sobresalido en la actualidad como vocera de los derechos de la mujer y su igualdad en el campo laboral; razón por la que su elección para el papel cobra mayor relevancia. «Molly’s Game» no solo narra la vida de una mujer astuta y perseverante que se coronó entre poderosos millonarios, sino también de una mujer con principios y dignidad, que prefirió declararse culpable antes de revelar información confidencial de sus clientes (los únicos nombres que menciona en su libro también llamado «Molly’s Game», en el cual se basa la película, ya habían sido revelados antes por otro de los acusados en el caso). También habla de la justicia y del buen criterio que debe tener un juez, que al evaluar el caso de Molly, a pesar de declararse culpable y que la fiscalía la quería ver presa por un mínimo de cuatro años, el juez decidió que lo que ella había hecho no se asemejaba a las fechorías que se cometían diariamente en Wall Street y que quedaban impunes, por lo que la condenó a un año de libertad condicional, servicio comunitario y una multa de $125 mil.

«Molly’s Game» es emocionante y hasta inspiradora. Chastain nos hechiza y seduce de la misma manera en que Molly debió hacer con sus clientes en aquella época de bonanza, no solo por su belleza y figura, sino también por su impresionante agilidad mental y talento. El guion y la dirección de Sorkin están muy bien acompañados de un montaje ágil, dinámico, que nos muestra mucha información (especialmente en los resúmenes que hacía la voz en off de Molly) pero que mantiene nuestra atención. Sin duda, Sorkin tiene merecida su reciente nominación al Oscar por mejor adaptación, aunque yo hubiera votado también porque la película estuviera nominada a mejor edición, mejor película y mejor actriz para Jessica Chastain.
La película también cuenta con las actuaciones de Idris Elba («Thor»), Kevin Costner («Man Of Steel») y Michael Cera («Superbad»). En la película, Cera es identificado como «Jugador X», pero en realidad hacía referencia al actor Tobey Maguire, quien según reveló Bloom en su libro, fue el que la llamó a las 2:00 a.m. para decirle a manera de burla «you are fucked» (estás jodida), luego que otro jugador se había apoderado de sus juegos de póker en Los Ángeles, obligándola a irse a Nueva York, donde empezó de cero y con mayor éxito.
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