«13 Reasons Why» Muestra Lo Cruel Y Cruda Que Puede Ser La Adolescencia


***Advertencia: Datos Importantes De La Serie Son Revelados***

Si alguien me pregunta hoy, a mis 39 años, a qué época de mi vida me gustaría regresar si pudiera viajar en el tiempo, probablemente elegiría algún momento después de mis 18 años, luego de haberme graduado del colegio. Mientras que muchos, usualmente, suelen decir que añoran sus épocas escolares, yo considero que fueron de las más difíciles de mi vida. Y, ojo, no es que haya sufrido nada ni remotamente parecido a lo que sufren los personajes de la serie «13 Reasons Why» («Por Trece Razones»), pero debo admitir que, debido a mi personalidad introvertida y tímida, siempre me consideré una especie de outcast o paria que desarrolló un tipo de personalidad sarcástica y cómica para amortiguar las situaciones más incómodas que puede llegar a atravesar un chico o una chica durante sus años de adolescente.

Como todo adulto debe saber, la adolescencia influye enormemente en lo que lleguemos a convertirnos en nuestra vida adulta. En esa época no solo nos hacemos una idea de aquello a lo que profesionalmente nos queremos dedicar —que por experiencia propia, termina siendo algo totalmente distinto a lo pensado a esa edad—, sino que también experimentamos y descubrimos nuestra sexualidad; exploramos todo tipo de relaciones interpersonales y, a tropezones, aprendemos a distinguir las buenas de las malas amistades; nos creamos una personalidad, con todos nuestros aspectos psicológicos y emocionales, expresados a través de nuestra apariencia física; reforzamos o resquebrajamos nuestra autoestima; pasamos por un período de rebeldía con nuestros padres, que se expresa de forma distinta de acuerdo a la personalidad de cada individuo; y así atravesamos una serie de condiciones, situaciones y problemas que le dan sentido a nuestra vida social, cultural, personal, familiar, entre otros ámbitos.

La serie «13 Reasons Why» expone de manera cruda y explícita —hasta el punto de ser impactante y perturbadora—, todos esos aspectos antes mencionados, enfatizando en las consecuencias que se derivan del descuido o de la mala orientación respecto a esos mismos aspectos. Algunos dirán que la serie es extrema en cuanto a los casos sobre el cual se alimenta la línea de acción principal de la trama, pero en cierta manera responden a los problemas psicológicos que afrontan los adolescentes actualmente, y cuál es el rol de las escuelas y de los padres. Esta serie, que empezó su primera temporada con la historia de Hannah Baker (interpretada por Katherine Langford), una chica que dejó varias cintas de cassettes donde cuenta las razones de su suicidio, mientras que su amigo/amante, Clay Jensen (interpretado por Dylan Minnette), intenta descubrir la verdad y los culpables, está basada en personajes adolescentes, mas no es recomendable que un adolescente la vea sin orientación o supervisión de un adulto. Es cierto que la trama puede darle ideas erróneas a los chicos que ven la serie, como la chica de 13 años en Inglaterra cuyo suicidio relacionan con la serie debido a que era fan, pero también es cierto que inspira a los jóvenes a buscar ayuda. Por tal motivo, me atrevería a sugerir que la serie debería ser objeto de análisis y estudio en los colegios, para abordar temas tabú: como el bullying, el sexo, la homosexualidad, las drogas, el suicidio, etc.

La Institución Familiar vs. El Sistema Educativo

Mientras que la primera temporada se enfocó primordialmente en el bullying físico, psicológico y cibernético en las escuelas, y cómo puede derivar en el suicidio de un adolescente con problemas de depresión, baja autoestima e inseguridades; esta segunda temporada hizo hincapié en el eterno dilema de quién es el responsable de estos trágicos sucesos en los adolescentes: una institución familiar cada vez más disfuncional o un sistema educativo más enfocado en el negocio que en formar futuros profesionales y seres humanos con valores. De allí que toda la trama en esta nueva temporada se recuesta sobre el juicio que inició Olivia y Andy Baker (los padres de la difunta Hannah) en contra del colegio Liberty High, alegando la negligencia del colegio en cuanto a ver las señales que llevaron a su hija al suicidio.

Es interesante ver la manera en que los guionistas expusieron el caso, revelando baches informativos que no nos dijeron antes: las otras relaciones amorosas de Hannah, por ejemplo. Todo esto sirvió para que el espectador se diera cuenta de que un adolescente es tan complicado, que resulta difícil achacarle toda la culpa a la supuesta negligencia escolar, cuando hasta la misma madre de Hannah desconocía gran parte de las acciones de su hija dentro y fuera de casa (ni hablar del padre, quien andaba en otro mundo de infidelidad), y sus amigos más cercanos desconocían muchas cosas que sucedían entre ellos mismos. Todos estos descubrimientos nos dan otra visión de Hannah y generan una disyuntiva: ¿quiénes son en realidad los responsables? ¿La escuela? ¿La familia? ¿Ambos?

Hannah expresó sus incomodidades e inseguridades a la madre, quien las tomó en todo momento como algo sin importancia o muy a la ligera, sin leer entre líneas lo que su hija en realidad estaba atravesando. Eso me pareció un mensaje crucial de la serie, para aquellos padres que muchas veces prefieren asumir o hacerse los de la vista gorda, antes que afrontar los problemas que aquejan a sus hijos, con la esperanza de que se resuelvan por sí solos. La misma situación se expresa claramente con Bryce Walker, cuyos adinerados padres pasan más tiempo de viaje y en eventos sociales, sin saber las andanzas de su hijo, quien aparentemente tiene una patología al sentir placer violando a chicas. En esta temporada conocemos la falta de cariño de Bryce de parte de sus padres, su vida al garete sin supervisión, acostumbrado a hacer lo que quiere sin reprimendas, y cuando la madre lo enfrenta, descaradamente le dice que disfruta abusar de las chicas, en un tono desafiante como diciendo «no te sorprendas ahora, luego de que me has ignorado toda tu vida». ¡Es fuerte, pero sucede! Pasa en familias de clase media como Hannah, en la clase alta como la familia de Bryce y, por supuesto, que en las clases sociales menos privilegiadas, como es el caso de Justin, quien quedó viviendo en las calles y consumiendo drogas, al querer huir de sus problemas y de una madre igualmente drogadicta y dependiente de un marido delincuente.

Pero en esta temporada, el tema más perturbador fue el del personaje de Tyler Down (interpretado excelentemente por el joven talento Devin Druid). Ya conocíamos a este personaje de la primera temporada. Lo dábamos por pervertido por aquella vez que le tomó fotos a Hannah semidesnuda desde afuera de la ventana de su cuarto. Lo dábamos por intenso y entrometido, por andar siempre husmeando con su cámara por dónde no debe. En resumidas cuentas, nos lo pintan como un loser a quien el espectador llega a detestar rápidamente. Pero en la segunda temporada, Tyler se redime al ser el único que en el juicio dice algo relevante a favor de Hannah. Al ver que el resto de sus compañeros prefieren omitir información para salvar sus secretos, Tyler empieza a llenarse de odio, alimentado también por el constante rechazo de parte de todos los que lo rodean. Esto lo lleva a juntarse con Cyrus, un chico punk que lo incita a hacer actos vandálicos, pero la falta de autoestima de Tyler y su odio al resto de sus compañeros, lo llevan por un camino más oscuro. Empieza a jugar con armas, va a un programa especial para reformarse, pero un suceso lo lleva al borde: cuando es golpeado y abusado sexualmente con un palo de escoba por el bully de su colegio, Montgomery de la Cruz. Esta escena es impactante, angustiante y dolorosa, pero también es la que nos lleva a empatizar con Tyler, a sentir su dolor, su rechazo, sus penas, y a temer por lo que hará después: entrar al baile del colegio con un arma y dispararle a todos sus enemigos (aunque afortunadamente no lo logra). Honestamente fue una escena estresante.

¿Pudo la escuela hacer algo más por Tyler, además de sugerirle el programa de ayuda al que asistió? Sabemos que el director del colegio ignoró las advertencias que le hizo el consejero Kevin Porter de prestarle especial atención a ciertos estudiantes, entre ellos Tyler. Por otro lado, ¿qué más hubiesen podido hacer los padres? Ellos se percataron del cambio de amistades de Tyler y de su comportamiento violento, pero parece que hicieron lo mismo que la madre de Hannah: asumieron que las cosas se arreglarían, sin prestarle mayor atención a un chico que de repente cambió su gusto por la música (escuchando punk), empezó a jugar con armas y a provocar incendios en el colegio. Crónica de una muerte anunciada…

Ser adolescente es complicado. Es difícil predecir el comportamiento de un chico y de anticiparte a sus acciones, hasta que simplemente suceden. El típico padre que dice que su hijo nunca ha sido violento o el profesor que siempre dice «él siempre fue muy callado», pero ese mismo chico que no mostraba signos de violencia y era callado, es el que un día entra a un colegio a disparar a quien se le pare por delante, porque en un momento sintió emoción y poder al dispararle a un cuervo (como le sucedió a Tyler). La familia es tan responsable como el colegio. Los valores se inculcan en el seno familiar, pero se refuerzan en el colegio. Si un chico pasa ocho horas fuera de su casa para asistir a una institución académica, yo espero que sus actividades estén monitoreadas en todo momento, que se le ofrezca un lugar donde se sienta seguro, no solo físicamente, sino también emocional y psicológicamente. Y si llega a casa con malas calificaciones, deprimido o golpeado, no es cuestión de solo regañarlo o castigarlo, sino de indagar (tal vez con ayuda profesional de un psicólogo o psiquiatra, dado el caso) qué problemas puede estar atravesando.

El Acoso Y Abuso Sexual

En el episodio final de la segunda temporada, «13 Reasons Why» hace honor a las innumerables denuncias de acoso y abuso sexual que han presentado mujeres en la industria del cine y la televisión. Los sonados casos del actor Bill Cosby y del productor Harvey Weinstein. En esta escena introductoria, casi que independiente de la trama, varios de los personajes femeninos de la serie, jóvenes y madres, cuentan sobre un suceso en el que fueron acosadas o abusadas sexualmente. El personaje de Olivia Baker dice, algo muy cierto:

«No conozco a una mujer que no haya sufrido agresiones sexuales, abusos o algo peor. Ni una. 

Esta frase deja claro que la mujer, aun en el siglo XXI, con todos los movimientos feministas y de empoderamiento que existen globalmente, está acorralada en un mundo machista que insiste en verla como un objeto, en una sociedad que considera permitido que un hombre lance sus piropos vulgares a una mujer y que esta tenga que soportarlos porque «así son los hombres». Y este comportamiento es avalado desde la casa, desde ese padre que le enseña a su hijo «cómo conquistar chicas»; en los medios de comunicación, con esas publicidades que insisten en reducir el rol de la mujer a mero adorno sexual para vender un producto; en los negocios, cuando aún el porcentaje de mujeres dirigiendo una empresa es muy bajo…

Sin embargo, la serie también aborda otro factor importante, y es que los hombres también son víctimas de abuso sexual —como fue el caso del personaje de Tyler—, y las denuncias de estos casos son mucho menores en comparación con el de las mujeres, no solo porque se dan en menor escala, sino porque los hombres omiten hacer las denuncias por vergüenza. De hecho, al final de ese episodio recomendaron ingresar al sitio web 1in6.org , que ofrece ayuda a hombres que han sido abusados sexualmente, y se basa en la estadística de que uno de cada seis hombres ha sufrido algún tipo de abuso.

Como dije anteriormente, esta serie original de Netflix, y producida por la cantante y actriz Selena Gomez, toca temas sensibles, algunos con bastante normalidad, como la homosexualidad, que a través de los personajes de Courtney, Ryan y Tony es vista como algo aceptado dentro del colegio y de la sociedad, excepto por aquel suceso en que Tony arremetió contra un homofóbico que lo criticaba al verlo besándose con Ryan (en un flashback) en un callejón. Y todo parece indicar que en algún momento podría explorar los descubrimientos sexuales de chicos, con la relación «bromántica» que surgió entre Alex y Zach, que puede ser un ejemplo de que dos hombres puede sentirse cómodos con su sexualidad y expresar su sensibilidad entre ellos, sin sentirse menos masculinos; o definitivamente en la tercera temporada veremos algún tras bambalinas de aquellas escenas sugestivas entre estos personajes: como aquella en que Alex tuvo una erección al pelear con Zach o cuando Zach le enseñaba a bailar.

La serie aborda muchas situaciones. Cada personaje representa un problema o una situación juvenil distinta: Bryce el violador, Jessica la víctima, Hannah la suicida, Montgomery el bully, Ryan el afeminado, Skye la de baja autoestima, Tyler el atormentado, etc… y si estos temas me llegan a impactar a mí, creándome todo tipo de emociones mixtas y angustias, para un adolescente debe ser aún peor, especialmente si llega a identificarse con algunos de los personajes. Sin embargo, a pesar de haber sido altamente criticada por supuestamente enaltecer el suicidio con un modo creativo y vengativo de cometerlo, considero que hay que ver el lado educativo que se puede extraer de la serie y enfatizar en eso. Incluso, al final de cada episodio colocan el sitio web 13reasonswhy.info para aquellos que puedan estar atravesando por problemas similares. Pero no podemos ignorar el hecho de que a través de esta serie, chicos y adultos podemos tomar conciencia, identificar las fallas que hay en la familia, en el sistema educativo, en el sistema penal y en la sociedad en general. ¡Todos somos parte del problema, y de su posible solución! Recuerden que no se pueden tomar los problemas de los niños y adolescentes a la ligera, lo que algunos podemos superar con chistes y sarcasmos, a otros les puede costar la vida.

 

***Otros sitios que recomiendo leer sobre la crítica a «13 Reasons Why»***

«Por Trece Razones» se reinventa para hablar de violación en la temporada 2

Crítica segunda temporada ‘Por Trece Razones’ de Netflix

 

Trailer de la Segunda Temporada de «13 Reasons Why»:

Escrito Por: Enrique Kirchman

 

 

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