Escrito Por: Enrique Kirchman
***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***
Hace unos meses, cuando se publicaron los primeros avances de la película panameña «Congelado En Rusia», me llamó mucho la atención aquellas escenas filmadas en Rusia; en mi opinión, le daban otro matiz al relato panameño que en otras películas nacionales era visualmente monótono, con escenarios repetitivos como el Casco Antiguo, por ejemplo. Sin embargo, esta película dirigida por Arturo Montenegro (el director de «El Cheque» y «Donaire Y Esplendor»), le daba una nueva ambientación, aunque manteniendo la esencia panameña en sus personajes. Pero lo que pensé que podía salvar la película, cuya narrativa no me impresionó del todo en los avances, tampoco le sumó demasiado ni al relato ni a la estética, sino que la afectó negativamente.
Protagonizada por Joshua Blake, «Congelado En Rusia» hubiese funcionado mucho mejor si el relato hubiese sido limitado a un cortometraje en lugar de un innecesario largometraje. La película está guionada, dirigida y actuada como para un sketch, ya que definitivamente no cuenta con los códigos estilísticos y lingüísticos del género de la comedia. De hecho, no cumple siquiera con una estructura narrativa sólida. Como siempre he dicho, la comedia es de los géneros más difíciles de llevar a la pantalla, sobre todo en la actualidad en la que el espectador exige diálogos más dinámicos con personajes que tengan reacciones más naturales en situaciones cotidianas, y que entre los personajes haya química. No basta con vulgarmente hacer payasadas. El método del slapstick se quedó con Chaplin y Los Tres Chiflados, poco da resultado con espectadores tan demandantes, y eso es lo que sucede con esta comedia que cae en la exageración, con escenas y chistes forzados que se trataron de empatar azarosamente en un montaje bastante desprolijo.
La premisa de la historia gira alrededor de Jamal (Blake), un chico que jura al Cristo Negro pagar una manda si Panamá iba al Mundial: la manda consistía en ir a Rusia y casarse con una rusa antes de que empezaran los partidos. Ahí tenemos a nuestro protagonista y su objetivo, que si me preguntan, no veo nada de sacrificio en casarse con una rusa, pero digamos que al menos era difícil de lograr. El problema es que el único impedimento para lograr el objetivo era el mismo Jamal, o sea, un conflicto interno que pocas veces funciona en el cine, mucho menos en la comedia. Jamal simplemente se sentía inseguro de su capacidad de conquistar a las rusas, mas no había una persona ni un grupo social ni un ente cósmico que se le opusiera; él simplemente desistía y luego volvía a animarse. Las complicaciones que tuvo no le impidieron conquistar chicas, fueron simplemente situaciones fortuitas que se le presentaron y que resolvió sin problemas: como que no tenía dinero para viajar a Rusia y vendió el auto; no tenía donde dormir en Moscú y contactó a un amigo de una amiga; solicitó una prostituta que resultó ser una ladrona de órgano y fue salvado por la llegada de su amigo… En fin, nunca luchó por o suyo y, por si fuera poco, al final se casa con una rusa que él no conquistó, sino que ella se le acercó deliberadamente en una pista de patinaje sin que él la buscara. Fue un final deus ex machina (la mano de Dios), que se resuelve por intervención de un tercero. Al no haber un conflicto claro por la falta de una fuerza antagónica, más allá del tiempo que acechaba, no habían puntos de giros marcados. Nada forzó al protagonista a que tomara otro camino para lograr su objetivo. No tuvo suerte en Moscú y se fue a San Petersburgo, pero porque se rindió, no porque alguien lo forzó (conflicto interno por inseguridad).
Por otro lado, las situaciones cómicas, que deben contar con una escena que en guion se conoce como «anticipación» y otra inmediatamente después que se conoce como escena de «cumplimiento», no fueron aplicadas debidamente. La anticipación era tan larga que opacaba el punch final. Es como quien enciende un cohete que al final se funde y no explota. Si vas a anticipar un chiste, el cierre de ese chiste (o punch) tiene que ser mucho más fuerte y causar esa risotada, pero acá no se logra. Por ejemplo, la escena en que Jamal se va de rodillas hasta la iglesia del Cristo Negro: se pudieron haber elipsado tres tomas: de rodillas, de nalgas y cuando ya iba llegando agotado, y luego agregar el punch con la manda que le jura al Cristo pagar. Lo mismo sucedió con las escenas de la One Two, cuyo chiste repetitivo era decir obscenidades y mandar a las meseras vagas a trabajar. Ni hablar de la escena de la rusa que lo sigue por todo Moscú para luego reportarlo como sospechoso; alargaron esa secuencia de escenas para que luego Jamal simplemente se escondiera en su casa y ahí acabó todo, un cohete fundido sin buen punch.
El filme tiene escenas completamente forzadas e inexplicables, que no aportaron nada a la trama ni al cumplimiento del objetivo del personaje: como cuando un viejo le dice a la abuela de Jamal «vas a tener que pagar unos influencers«, una frase que todavía no sé a qué venía. El personaje de Elmis Castillo bailando ballet… El chiste del noticiero de darle «galaxia por cárcel» a un corrupto… Todo lo que sucedía en Panamá mientras Jamal estuvo en Rusia tampoco sumó nada a la trama, porque el que su familia y amigos lo estuvieran buscando no fue relevante ni para ayudarlo a resolver su conflicto. Se pudo omitir eso y la historia se hubiese entendido igual. ¿Y el ruso Igor que se acostaba con Jamal en el hostal todas las noches qué? Otro intento fácil de generar carcajadas sin justificación narrativa.
«Congelado En Rusia» intenta replicar un tipo de comedia como «The Hangover» («¿Qué Pasó Ayer»), en la que ocurrían cosas insólitas, pero la diferencia es que «The Hangover» se toma el trabajo de explicar astutamente cada situación insólita en los créditos finales con las fotos de lo que sucedió cuando los personajes estuvieron drogados. En «Congelado…», las escenas están colocadas al azar como un chiste que se les ocurrió y tenían que incluir, sin hilarlo necesariamente con la trama principal ni encontrarle una lógica.
En cuanto a la realización, desde el punto de vista técnico, el rodaje pareció casi que improvisado en las escenas filmadas en Rusia. Se ven imágenes reventadas y pixeladas, casi como que la imagen hubiese sido estirada forzosamente. En algunos casos no había continuidad en la iluminación ni en la colorimetría entre toma y toma de una misma escena, sobre todo en exteriores. Se notaron cortes abruptos entre tomas, no se respetó el eje de dirección con saltos muy evidentes que pueden llegar a confundir al espectador, y algunos encuadres y planos movidos que mostraron un mal manejo del enfoque. Definitivamente una dirección de fotografía muy descuidada.
Trailer de «Congelado En Rusia»:
Tal como Jamal debía casarse con una rusa antes de que empezara el Mundial, la producción de la película parece que estaba más enfocada también en lanzar la película antes de que empezara el Mundial para aprovechar la oportunidad comercial, que en realizar algo con un mayor nivel cinematográfico y artístico. Tanto así que no se logró disimular los product placements de Burger King y Seco Herrerano, precisamente porque aparecían de manera forzada en escenas narrativamente inútiles.
Al iniciar la película, la secuencia introductoria de la decepción de Jamal cuando Panamá pierde frente a Estados Unidos estuvo muy bien filmada, daba pie a pensar que veríamos una historia interesante, por ejemplo al presentar las reacciones de los distintos personajes afectados por el partido y el temor de que Panamá no fuera al Mundial (Gaby Gnazzo llorando en la ducha, la abuela de uno de los personajes que se intoxicó con seco, etc). Eso se vio narrativamente atractivo y fotográficamente bien filmado, pero luego de que aparece el título de la película, fue como que todo se desestabilizó en el relato. Cierto es que Montenegro hizo una gran hazaña en rodar y completar esta película en tan poco tiempo, pero eso le costó un producto satisfactoriamente terminado. Se desaprovechó el gran talento para la comedia de Joshua Blake y de Elmis Castillo (que personalmente pienso que le va mejor con la comedia que con los dramas), precisamente por una historia débil desde sus bases. Más efectivo hubiese sido que desde su llegada a Rusia, Jamal conociera a una chica que le costara conquistar, ganarse a su familia, adaptarse a su cultura, etc.; ya que ahí hubiese habido un antagonista más claro que pudo ser la misma rusa, el padre de la rusa que se opone a su relación o, incluso, involucrarlo en una situación con la tan conocida mafia rusa. Todas estas situaciones hubiesen generado igual carcajadas y tenido un conflicto claro, fuerte y fácil de llevar adelante. Definitivamente, muy lineal, la falta de puntos de inflexión claves la hizo una película desesperante de ver.
La película es relajante y tiene escenas francamente comicas, no pareció nada rebuscado ni payaso, más bien, bastante a lo panameño.
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Para nosotros esto es muy necesario. Gracias.
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Muy de acuerdo con tus puntos, de echo hubo algo que no tocaste y fue musicalización, cosa que tampoco se ve que le metieron mucho empeño, el echo de sonar la Rusa como 3 veces ya te deja mucho que decir, el color no se cuidó y la estética y dirección fotográfica muy mal cuidada.
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El inicio de la película no me gustó, considero que empezar con agresividad no es funny, tratándose de una película de comedia. Considero forzada la escena.
Estoy agotada de ver «product placement» en películas panameñas. Creo que ya debe haber un alto y creer que se pueden hacer cosas buenas, pero no se cuáles son los intereses detrás de esta industria en Panamá a fin de evitar que cada patrocinador salga con sus productos.
Si a la escena de las «ricochas» le pones en un cubetazo una marca de cerverza, tal cual podría ser un comercial de TV, me atrevo apostar que de Cerveza Balboa.
Sigo sin entender por qué Elmis Castillo desaparece de las historias sin sentido y sin decir «adiós» al menos. Lo mismo pasó con «Donaire y Esplendor.»
Considero que es un buen actor, que tiene mucho talento, pero igual, no estás actuando siempre en Youtube o en ig. No es lo mismo, no es el mismo público. Puede dar mucho más y él lo sabe.
No conocí nada de Moscú o St. Petersburgo en la película, más allá de la temperatura cuando hizo la visita. Creo que faltó un poco más de tiempo en conocer el comportamiento de los rusos, más allá de destacar que las chicas de St. Petersburgo les gusta que le regalen rosas. Hay que involucrarse cuando se trata de destacar algo del país a mi parecer, en este tipo de tramas. No siento que hubo intercambio cultural en este aspecto.
No entendí la búsqueda de Jamal en un mall, todos como hormiguitas.
Cuando salí del cine sin antes leer esta crítica, dije lo mismo a mi grupo de amigos: «siento que vi 20 videos de instagram seguidos»
Considero que le director debe esperar un poco y elaborar bien sus ideas, organizarlas y plasmarlas en un orden secuencial. Tiene mucho que rescatar de nuestras tradiciones y jocosidades, pero el apuro trae cansancio. ¿Por qué no aprovechar incluso, durante el Mundial 2018, para compartir «el sueño de todos los panameñosen Rusia»?
Definitivamente que hay aspectos que no domino, como técnicas en fotografía y la parte audiovisual, pero sí consideré que pudo haber un soundtrack mejor. No sé si se puede, pero abusaron de la canción de la Rusa y Miss Lonely. Ojo, no crítica a la canción, sino al aporte en escenas.
Yo le dí un 4/10, pues igual me entretuve.
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El cine panameño es como la selección, primera ves que vamos a un Mundial, jugamos con pasión, hacemos cine con pasión, porque amamos lo que hacemos, de repente no lo logramos pero morimos en el intento , pero creo que no morimos, creo que rompemos record de taquilla, creo que el panameño comienza a consumir cine panameño por encima de otras películas, panamá va al mundial y apoyamos nuestra selección, Panamá llena las salas de cine con películas nacionales.
Queremos y debemos hacer cine auto sostenible para que cada día sean mas y mejores las películas, queremos que Panamá valla al mundial y soñamos que algún día será el campeón, yo creo en el cine panameño, en el talento de mis compañeros de trabajo que veo como día a día crecen como profesionales, como mi selección. Creo que Panamá algún día sera campeón del mundial de futbol y creo que muy pronto ganaremos un Platino, pero tenemos que jugarnos el partido, la marea roja no deja de apoyar.
Cuando veo y escucho la sonrisa de las espectadores pienso: misión cumplida.
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