Escrito Por: Enrique Kirchman

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Antes de iniciar la crítica, quiero dejar muy claro que soy pro-mujeres al poder en la industria del cine: o sea, apoyo que hayan más mujeres guionistas, directoras, productoras e interpretando roles protagónicos con profundidad y complejidad. Sin embargo, no apoyo esa moción que hay últimamente en Hollywood de tomar películas interpretadas exitosamente por hombres y adaptarlas con un elenco todo femenino, solo por promover su inclusión de género. Ya lo hicieron con «Ghostbusters» en 2016, cuando un elenco de fabulosas comediantes como Kristen Wiig, Kate McKinnon, Melissa McCarthy y Leslie Jones pretendieron revivir la franquicia que popularizó Bill Murray, Dan Aykroyd, Ernie Hudson y Harold Ramis en 1984, y lo que obtuvieron fue un fracaso rotundo.

En esta ocasión, «Ocean’s 8» cuenta con la participación de actrices clase A como Cate Blanchett, Sandra Bullock, Anne Hathaway, Helena Bonham Carter y Sarah Paulson, acompañadas de favoritas de la televisión como Mindy Kailing y artistas de la música como Rihanna y Awkwafina; pero ninguna logra reavivar la trama que durante el primer acto y gran parte del segundo, fue bastante lenta y aburrida, con muy pocos momentos de verdadera comicidad. Los chistes eran bastante tontos, no había dinamismo ni se percibía la química que sí había entre George Clooney, Brad Pitt, Matt Damon, Don Cheadle, Casey Affleck, Elliot Gould y el resto de los personajes que componían «Ocean’s Eleven» (2001).

En esta nueva versión de solo mujeres protagónicas, por más que trataron de darle a cada personaje un distintivo, las únicas que parecían aportar un talento genuino y específico eran los personajes de Bullock (mente maestra), Rihanna (hacker) y Bonham Carter (la diseñadora), el resto no aportó algo particular al grupo. En «Ocean’s Eleven», los personajes estaban mejor caracterizados y sus aportes al equipo eran cruciales, tenían un rol específico, con un talento único. Esa fue una de las grandes fallas de esta nueva versión. No había suficiente background de estas mujeres, y para mí cualquiera era prescindible.

Por otro lado, en mi opinión, si quieren relanzar una historia originalmente interpretada por hombres, con un elenco exclusivamente femenino para demostrar que las mujeres pueden llevar adelante aquellos roles que usualmente son otorgados al sexo opuesto, pues lo lógico es que no caigan en historias clichés. ¿Por qué poner a las mujeres a robar joyas y no obras de arte o un casino o a una entidad gubernamental corrupta o a una empresa multimillonaria? ¿Por qué colocarlas a robar algo que las sigue encasillando en algo tan superficial como la moda y la obsesión de las mujeres por las joyas? Y encima de todo, representan al personaje principal, Debbie Ocean (Sandra Bullock), como una mujer resentida con sed de venganza contra su ex novio; otro argumento cliché y estereotipado de la típica mujer histérica. Esos detalles del relato empañan la intención de querer empoderar a la mujer y darle una posición más equitativa con el hombre en cuando a los roles que interpretan.

Por último, una de las carencias que evidentemente afectó la trama fue la falta de un antagonista. «Ocean’s 8» no tiene antagonista. Mientras que Terry Benedict (Andy García) le hizo la batalla a Danny Ocean (George Clooney) en la versión original, a Debbie Ocean nadie se le opuso ni le bloqueó su plan. Tal cual lo planeó, así salió, y quienes pudieron oponérseles —como el agente de la aseguradora John Frazier (James Corden) o la actriz Daphne Kluger (Anne Hathaway)— resultaron ser viejos conocidos y/o aliados. En consecuencia, quedó una historia realmente plana, sin barreras ni complicaciones ni reveses para los personajes, sin giros sorprendentes, nada que los pusiera en gran riesgo o en algún impedimento de alcanzar su objetivo, y esto derivó en muchos momentos aburridos y un final anticipado.

Debo admitir que fue divertido ver algunos cameos, como los de Elliot Gould y Shaobo Qin, quienes interpretaron a Reuben y Yen en la trilogía original, además de celebridades que hicieron de ellos mismos como la editora de ‘Vogue’, Anna Wintour, la modelo Heidi Klum, las Kardashians, la modelo Gigi Hadid, las actrices Katie Holmes y Olivia Munn, el diseñador Zac Posen, entre otros. Pero no fueron suficiente para salvar la historia. Esperemos que de existir la intención de hacer una secuela, consideren añadir un personaje antagónico interesante, fuerte e igualmente femenino (una Helen Mirren o Meryl Streep estarían geniales como villanas), que haga temblar a este grupo de delincuentes a las que todo les sale color de rosa.

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