«American Crime Story: The Assassination Of Gianni Versace»: Édgar Ramírez Y Ricki Martin Decepcionan Con Sus Actuaciones


Foto: Édgar Ramírez es Gianni Versace en la segunda temporada de «American Crime Story: The Assassination Of Gianni Versace».

Escrito Por: Enrique Kirchman

***Advertencia: Datos Importantes De La Miniserie Son Revelados***

Mucha expectativa generó la segunda temporada de «American Crime Story» cuando se reveló que entre el elenco que contaría la historia del asesinato de Gianni Versace se encontraba el venezolano Édgar Ramírez («Hands Of Stone») como Versace, el cantante puertorriqueño Ricky Martin como su amante Antonio D’Amico, la actriz española, ganadora del Oscar, Penélope Cruz («Vicky Cristina Barcelona») como Donatella Versace y Darren Criss («Glee») como el asesino Andrew Cunanan. No solo la historia que se iba a contar era interesante al representar uno de los hitos de la cultura pop de los años 90, sino que tiene una mezcla de talentos bastante prometedores.

«American Crime Story» ya había dado de qué hablar con su primera temporada dedicada a «The People vs. O. J. Simpson», que fue realmente genial, abordando uno de los casos criminales más mediáticos de la historia y que, de hecho, resignificó el tema de los medios de comunicación y su influencia sociocultural. Sin embargo, «The Assassination Of Gianni Versace» se queda a medio camino respecto de la temporada anterior, aunque tiene algunos aciertos por los que vale la pena empezar el análisis crítico.

Foto: Darren Criss interpreta a Andrew Cunanan, el asesino de Versace.

Por un lado, el joven talento Darren Criss, un chico a quien he seguido desde sus inicios en la serie de comedia musical «Glee», que aunque siempre ha demostrado gran talento, me vuelve a sorprender en esta miniserie en la que realmente se destaca por encima de todo y de todos. Criss se despega totalmente de cualquier otro personaje en el que lo hayamos visto y demuestra su gran versatilidad. Atemoriza, nos pone los pelos de punta solo con su mirada de psicópata en la que uno no sabe si reaccionará violento o lo dejará pasar. Por como la historia está contada, la temporada debió llamarse The Assassin of Gianni Versace (El Asesino de Gianni Versace), porque la trama gira alrededor de él y de todas sus víctimas. Versace es solo el detonante por ser la celebridad, pero antes había dejado un rastro de cuatro víctimas cuyas muertes fueron tal vez más mórbidas y violentas. La forma en que mató a su amigo Jeff Trail (interpretado por Finn Wittrock) fue de las más impactantes, sobre todo por la relación tan íntima que tenían. Las escenas son supremamente violentas y perturbadoras, pero lo que más nos crea incomodidad y temor es el hecho de que es una historia real de una persona que no tenía un motivo claro para cometer sus asesinatos, más que sus ansias de ser recordado, de vivir una fantasía y de poseer todo lo que se proponía a cualquier costo. Criss logra transmitirnos esa sensación de vulnerabilidad que tenían sus víctimas y cada vez que sale en escena nos hace sentir nerviosos por lo que pueda llegar a hacer.

Foto: Édgar Ramírez y Penélope Cruz son Gianni y Donatella Versace en la segunda temporada de «American Crime Story».

Durante sus nueve episodios, Ryan Murphy no pierde oportunidad para mostrarle al espectador el contexto sociocultural de la época. El SIDA estaba en su apogeo, nuevos medicamentos más eficaces estaban saliendo al mercado, la homosexualidad seguía siendo un tema delicado y mítico, y específicamente hace hincapié en el nivel de homofobia que había en la milicia estadounidense. Por otro lado, se ahonda en un aspecto más psicológico y emocional, como el tema de la crianza. En el episodio ocho, hay un gran flashback a la infancia de Versace en Calabria, Italia, en el año 1957 con su madre, que también era diseñadora y lo exhortó para que él también lo fuera y sin sentir vergüenza. Mientras tanto, nos muestran años después, en la década de 1980, a Andrew Cunanan y la relación enfermiza que su padre tenía con él, hasta el punto de que compartían la misma cama matrimonial y la madre dormía en otra habitación; mas no tenía nada que ver con abuso sexual. El papá sentía una afinidad anormal por Andrew, uno de cuatro hijos, y concentró todos sus esfuerzos para educarlo bien. La miniserie parece querer mostrarnos el efecto negativo de restar la relación maternal de un niño, como sucedió con Andrew, a quien su padre le envenenó la cabeza sobre su madre. Mientras que Versace creció con la protección, aliento e inspiración de la suya.

El problema con «The Assassination Of Gianni Versace» es la elección de la estructura narrativa. Esos ir y venir en el tiempo, entre flashbacks y flashforwards, contando la historia casi que como «Memento», pero que al final se volvió un poco tediosa. Soy fanático de estructuras narrativas distintas a las clásicas, pero esta fue escrita lineal y luego alternaron el orden para buscar originalidad en el relato. Se entiende perfectamente, pero creo que ciertos momentos dramáticos pierden fuerza. Por ejemplo, la muerte de Jeff Trail. En la miniserie, primero sale cuando Andrew lo mata y luego nos muestran la historia de cómo se conocieron y lo tan amigos que eran. Si me hubiesen mostrado eso primero y luego la forma tan brutal como lo asesinó, mi shock hubiese sido mayor. Además, el lazo de Versace y Andrew fue muy breve, por lo que incluso la historia de Versace pierde fuerza, solo con uno que otro aspecto que quisieron resaltar, como su relación con Donatella y la relación de esta con el amante.

Foto: Ricki Martin y Édgar Ramírez en una escena de «The Assassination Of Gianni Versace».

El tono dramático nos recuerda al clásico de 1950, «Sunset Boulevard», tiene ese mismo código estilístico en la ambientación, propio de una historia basada en una tragedia mediática. Los decorados de la casa de Versace son alucinantes, la fotografía juega un factor clave; enaltece la aparición de Gianni y de Donatella, con grandes planos generales en el balcón, por ejemplo, pero también sirve para enfatizar en la inseguridad de los personajes cuando están frente a Andrew Cunanan.

A parte de Darren Criss, rescato las actuaciones de Finn Wittrock («The Big Short»), Max Greenfield («New Girl») y Judith Light («Transparent»), quienes entregaron actuaciones que se vieron bastante naturales y convincentes. Mientras que Wittrock obtuvo una merecida nominación al Emmy, al igual que Criss y Light, considero que Greenfield también debió ser nominado como actor de reparto, por su excelente interpretación del enfermo de SIDA y amigo de Andrew, Ronnie. Al contrario de Édgar Ramírez y Ricki Martin, que fueron nominados, pero en mi opinión dieron terribles actuaciones, con personajes forzados, casi que teatrales. Todavía Penélope Cruz logra destacar un poco más, pero tampoco fue mi favorita. No entiendo por qué si hay tantos actores y actrices italianas de gran calibre (Monica Bellucci como Donatella hubiese sido genial) eligieron un pastiche de venezolano, puertorriqueño y española para representar a tres italianos. Desde el acento se veía falso.

Aún así, vale la pena ver la miniserie, porque respeta mucho los detalles de la realidad y seguro los hará hacer búsquedas en Google cuando terminen de verla.

Rating

Trailer: 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s