{Crítica} «The Equalizer 2»: Excelente Drama De Un Héroe De Acción


Escrito Por: Enrique Kirchman

***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***

Hace cuatro años, cuando el director Antoine Fuqua («Training Day») estrenó «The Equalizer», fui al cine atraído por el hecho de que se trataba de la adaptación de la serie ochentera del mismo nombre y me daba curiosidad saber de qué manera la ambientarían en la actualidad, mas no esperaba mayor cosa de lo que parecía ser una típica película de acción con todos sus códigos estilísticos. Sin embargo, a pesar de ciertos aspectos en la trama y en la caracterización del protagonista que yo hubiese expuesto de forma distinta, quedé bastante sorprendido (para bien) con la película y, este año, «The Equalizer 2» superó aún más las expectativas.

En esta segunda entrega, Robert McCall (interpretado por Denzel Washington) sigue manteniendo ese porte de héroe imbatible, que todo lo tiene pensado, siempre un paso por delante de sus oponentes. Y a decir verdad, aunque critiqué esta condición en la primera película, en esta segunda la he llegado a aceptar. Es como un James Bond urbano y afroamericano. Pero McCall también es una especie de héroe intelectual… Violento, pero intelectual y compasivo. En el combate cuerpo a cuerpo es mortal y sanguinario, pero con sus protegidos siempre tiene ese toque moral, tratando de dejarles una enseñanza, mostrándoles literalmente el camino del bien. En la primera película fue Teri (Chloë Grace Moretz) y en esta segunda es Miles (Ashton Sanders). Tal vez no me llega a molestar su condición de superioridad frente al antagonista, porque Fuqua logra jugar muy bien con el suspenso durante el relato. Nos mantiene tensos durante toda la trama, esperando lo peor. Tal vez McCall es imbatible, pero no lo son quienes lo rodean: Miles, Susan, Brian ni Sam… Y esa es realmente la debilidad de McCall: no poder protegerlos a todos. Y una vez que vemos que uno de sus seres queridos sufre, entonces queremos que él acabe con todos y no nos importa que sea prácticamente inmortal, porque al final todos deseamos que exista un McCall que haga justicia, y eso crea la empatía en el espectador.

Al igual que en la primera película, el detonante de la historia (entiéndase por detonante el momento o situación que nos define el objetivo del protagonista) demora en aparecer, casi pasados los 40 minutos de la trama, lo cual es un gran riesgo, principalmente en una película de acción en la que todos esperan que las cosas sucedan de inmediato y de manera constante. Casualmente, hace poco escribí la crítica de «Braven», la película de acción con Jason Momoa en la que se da la misma demora en el detonante, pero lo que en «Braven» fue un error garrafal que afectó todo el guion, en «The Equalizer 2», esa demora se compensa con las distintas subtramas que McCall va desarrollando mientras llega la línea de acción principal. Por un lado, la primera escena nos lo muestra resolviendo un caso en Turquía, lo cual ya nos recibe con una excelente secuencia de acción. Luego, en el paradigma (o introducción) de la historia, nos presentan: al anciano Sam y su relación de amistad con McCall como su conductor designado de Uber a quien le cuenta sobre una pintura de su desaparecida hermana que desea recuperar; el caso de Amy, la chica que fue violada por un grupo de jóvenes en un hotel; Fátima, la señora del edificio a quien le destrozaron el jardín; y el caso de Miles, a quien contrata como pintor y trata de alejar del mundo del pandillerismo. Todas estas historias se dan antes de que se presente el detonante, que viene siendo (spoiler alert) la muerte de Susan, y se van desarrollando en simultáneo, hasta resolverse todas al final. O sea, aunque su objetivo era encontrar al asesino de Susan, su superobjetivo era ayudar a todos esos personajes que lo necesitaron en algún punto… ¡Y McCall les cumple!

El relato tiene escenas magistrales, desde los diálogos paternales y cómicos entre McCall y Miles, hasta aquella secuencia en casa de Dave, en la que una cámara subjetiva nos sugiere que los asesinos vienen por Dave y sus familia, pero en realidad es McCall, por lo que sentimos un alivio, hasta que nos presentan el revés de esa escena al revelarnos (spoiler alert) que Dave es el gran villano detrás de la trama y que, por supuesto, McCall ya lo sabe.

Con fabulosas actuaciones de Pedro Pascal («Narcos»), Ashton Sanders («Moonlight») y Melissa Leo («The Fighter») —cuando su personaje Susan se enfrasca en una pelea con sus dos atacantes en el hotel— «The Equalizer 2» se destaca porque a pesar de ser una película de acción, con excepcionales escenas de combate cuerpo a cuerpo, está contada desde un tono dramático potenciado por las características psicológicas y emocionales de su protagonista y ese pasado que poco a poco nos han ido revelando. No es un simple soldado entrenado en pelea, como los héroes que solían interpretar veteranos como Van Damme, Schwarzenegger y Stallone; McCall tiene una calidez y gran toque humano que lo hace entrañable, y por eso aceptamos que a pesar de su edad, acabe con cuanto matón se le cruce por delante. ¡Recomendada!

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