La Novena Temporada De «Shameless»: Defiende A La Mujer De Los Acosadores Y Explotadores


Escrito Por: Enrique Kirchman

***Advertencia: Datos Importantes De La Serie Son Revelados***

La serie «Shameless» es una de esas pertenecientes al género híbrido del dramedy que siempre se ha caracterizado por criticar todo lo que está mal con Estados Unidos, haciendo eco en la sociedad mundial, y su novena temporada no es la excepción. Siempre con un toque satírico —que se puede apreciar desde el afiche promocional (superior)— se percibe claramente que la familia Gallagher y sus amigos más cercanos (Veronica y Kevin) se mantienen desafiando a la sociedad, sus normas, la doble moral y la justicia. Y es que, aunque sea una familia grotesca en todo sentido, vándalos y delincuentes, la mayoría de las veces, Frank y sus hijos tienen algo de razón… En ellos se encarna aquella frase maquiavélica de que «el fin justifica los medios».

Esta novena temporada recién lleva cuatro episodios estrenados (que se transmiten los domingos por Showtime) y desde la escena inicial del primer episodio dejan algo muy claro: «el que la hace la paga». Me refiero a aquella escena en que una rata abusa sexualmente de una más pequeña, y luego de obtener su breve placer, sigue su camino solo para ser aplastada por una patrulla. ¿Será un simbolismo para las ratas acosadoras y abusadoras sexuales en Hollywood a las que finalmente les cayó la justicia? Bueno, tiene algo de sentido, porque en estos cuatro episodios, «Shameless» da la cara en favor de la mujer y al movimiento #MeToo, condenando los abusos, en todo sentido, a los que se enfrentan cotidianamente. De hecho, los episodios dos y tres fueron dirigidos por mujeres: Erin Feeley y Kat Coiro, respectivamente; aunque en temporadas anteriores también han habido mujeres directoras, como la actriz Regina King («American Crime») y Emmy Rossum, quien interpreta a la protagonista de la serie, Fiona Gallagher.

La crítica a los acosos y abusos sexuales vino con la historia de que el bar de Veronica y Kevin, The Alibi, había sido nombrado el bar «más violador» del área, sugiriendo que no era un sitio amigable ni seguro para mujeres, por lo que Kevin se dedica a eliminar afiches, adornos y mensajes sexistas y vulgares de todo el bar, para que las mujeres se sintieran seguras y lo sacaran de la lista. En el episodio cuatro, Kevin hace una lista con los asiduos al bar, de cómo sus comportamientos sexuales pueden ser clasificados entre los casos más sonados: a uno lo clasificaban como un Kobe, haciendo alusión al caso de violación del jugador de baloncesto, Kobe Bryant en 2003. Obviamente, en la lista estaba el productor Harvey Weinstein, a quien tildaron de «manipulador y patético«; el comediante de «Master Of None», Aziz Ansari, a quien calificaron de «simplemente imbécil»; el director de «Toy Story» y ganador de un Oscar, John Lasseter; el comediante Louis C.K.; el recién condenado Bill Cosby y el director, escritor y también ganador del Oscar, Woody Allen. Ante todos estos nombres de personalidades famosas acusadas de abuso y acoso sexual, Veronica y Kevin dejan muy claro a sus clientes que tiene que haber «un consentimiento claro y verbal para participar de una actividad sexual«, un aspecto clave en muchos de los casos de los mencionados, y que cuando la mujer diga «¡Detente!«, hay que detenerse.

La serie también aborda otro tema controversial en la industria del cine y la televisión: la igualdad de género y un salario equitativo. Esto se manifiesta a través del personaje de Debbie Gallagher, interpretado por la increíblemente talentosa Emma Kenney, quien al darse cuenta que sus compañeros en la fábrica ganan $18 dólares por hora y ella $15, va y reclama a su jefe, quien se excusa diciendo que ella toma muchos permisos para ir al baño. Desde entonces, Debbie monta una protesta para exigir igualdad salarial, en un trabajo pesado en el que predomina la figura masculina. Esto hace una clara alusión a la pelea actual de muchas actrices, directoras, guionistas y productoras, que buscan un trato igualitario en el cine y la TV. Tal fue el caso de la actriz Michelle Williams, a quien le pagaron mucho menos dinero que a su colega Mark Wahlberg, por volver a filmar algunas escenas del bio-pic «All The Money In The World» (2017).

Además de apuntar su cañón a las injusticias cometidas contra las mujeres, la trama critica otros aspectos socioculturales que pueden aplicarse a cualquier país. Por ejemplo, los costos elevados para meter a un hijo a una guardería, como le sucedió a Kevin y Veronica, quienes visitaron tres guarderías de las cuales una era excesivamente cara, la otra ofrecía condiciones paupérrimas y la tercera solo tenía un solo cupo, por lo que sus gemelas Amy y Gema tendrían que tomar turnos y hacerse pasar una por la otra, para poder asistir ambas al colegio. ¡Son unos genios!

Mientras tanto, Frank se mofa de los cultos y religiones jóvenes como el taoísmo, la cienciología, la ciencia cristiana y líderes espirituales como Deepak Chopra, afirmando que la religión no es una start-up:

Si quieres que dios te hable, debes quedarte con los clásicos: budismo, judaísmo y cristianismo.. si rompes las reglas, ardes en el infierno por toda la eternidad«.

Luego Frank hace una referencia política a la situación actual bajo la administración de Donald Trump, diciendo la frase «Lets make Chicago white again» (hagamos a Chicago blanca nuevamente), que es claramente la interpretación de los comentarios racistas de Trump cuando dice «Hagamos a Estados Unidos grande nuevamente«, proponiendo, posteriormente, la prohibición de entrada a grupos musulmanes, por ejemplo, e incitando el resurgimiento de grupos neonazis. ¿Y a quién propone Frank para que sea su congresista de elección? A un abusador sexual y pedófilo condenado, llamado Mo White, cuyo comportamiento sexual desviado nos recuerda a Trump y sus comentarios vulgares contra las mujeres.

Aunque las nuevas historias de los Gallagher pueden rayar a veces en el absurdo, como el caso de Ian y su culto religioso de Gay Jesus, o algo cansonas, como que Karl siga intentado entrar a la milicia; lo que nos mantiene adictos a los Gallagher es ese desafío a la sociedad actual, y cómo de alguna u otra manera muchas veces nos sentimos como esa rata abusada al inicio del primero episodio de la novena temporada. ¡Quien no ha visto «Shameless», no sabe de lo que se pierde!

 

 

 

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