«Chilling Adventures Of Sabrina»: Una Serie Que Representa A Los ‘Millennials’


Foto: Kiernan Shipka es Sabrina Spellman en la serie «Chilling Adventures Of Sabrina», que puedes ver en Netflix.

Escrito Por: Enrique Kirchman

***Advertencia: Datos Importantes De La Serie Son Revelados***

La primera vez que escuché del personaje de Sabrina —la bruja del universo de Archie Comics— fue, tal vez de niño, con las repeticiones de los dibujos animados de «Sabrina, The Teenage Witch», que se hizo entre 1971 y 1974. Esta fue una versión tan inocente como la serie homónima de personajes de carne y hueso que se hizo dos décadas después, en 1996, con la entonces joven actriz Melissa Joan Hart en el papel de Sabrina Spellman, que representó a la bruja adolescente durante siete temporadas, atrayendo a un público meramente infantil. Era el siglo XX, la televisión seguía siendo naïve en muchos aspectos, especialmente cuando se trataba de historias extraídas de un cómic. Actualmente, todos esos universos, desde DC hasta las distintas temporalidades de Marvel y ahora de Archie, han ido evolucionando en tramas un poco más complejas, explorando la psicología y emociones de sus personajes, derivando en aspectos más oscuros, audaces y, sin duda, interesantes.

El pasado 26 de octubre, Netflix estrenó la nueva serie «Chilling Adventures Of Sabrina», y antes de ver los avances, debo admitir que no me atraía para nada verla, pensando que sería un remake de la serie que hizo Hart en los 90, con historias adolescentes, atontadas y superficiales. ¡Error! Para mi sorpresa, esta serie creada por Roberto Aguirre-Sacasa —quien creó también «Riverdale» y, además, ha sido productor ejecutivo de series como «Supergirl» y «Glee»—, a pesar de estar dirigida a un público adolescente, no apunta a un espectador inocente e ignorante, sino a ese millennial que tiene el conocimiento al alcance de su celular, a esa generación que todo lo cuestiona, que es reflexiva, tolerante e inclusiva, pero a la misma vez egocéntrica y banal en ciertos aspectos.

Protagonizada por la encantadora Kiernan Shipka, Sabrina Spellman viene a ser lo que tal vez hubiese sido ver la historia individual de una Hermione Granger sin Harry Potter. En esta nueva versión, Sabrina no es necesariamente una brujita traviesa y buena, sino que representa a una chica que está dejando su niñez para convertirse en mujer, con todo lo que ello acarrea: relaciones sentimentales, el sexo, las decisiones sobre su futuro profesional, los cuestionamientos a las creencias, la búsqueda de libertad, el libre albedrío y ese deseo incontenible de todo adolescente de experimentar por su propia cabeza, a riesgo de cometer errores una y otra vez.

«Chilling Adventures Of Sabrina» mantiene un lado oscuro y muchas veces escalofriante cuando trata con los aspectos fantásticos de la trama. Para empezar, en todo momento hay un continuo homenaje a Satanás y un rechazo a la Iglesia Católica, catalogándola como la iglesia del Dios falso. Si a eso le sumamos la imagen recurrente de Baphomet, tanto la estatua (por la cual la iglesia Satánica demandó a Netflix por $40 millones, por supuestamente plagiar la imagen de su estatua en la serie), como el mismo personaje en sí apareciéndose en las minas con su apariencia bestial y demoníaca. Aunque mantiene un tono cómico, mostrar estas imágenes satánicas y adorar constantemente al archienemigo del Dios católico, ya sienta una curiosidad en los chicos que ven la serie y, tal vez, confusión en uno que otro que no esté muy definido en sus creencias. Pero esas continuas alusiones a Satanás siempre están amarradas con la simbología de libertad y poder, aunque cuesta un gran sacrificio, como el que han hecho las tías Zelda y Hilda. De ahí que la serie representa esa nueva generación millennial, que efectivamente tiene todas las herramientas, que tiene el poder innegable de la información y que han reconvertido las interrelaciones y el modo de comunicarse a tal forma que les ha otorgado una libertad imparable e ilimitada.

Foto: Chance Perdomo interpreta al brujo Ambrose Spellman, el primo alcahueta de Sabrina.

También, habla de una generación juvenil activa, tanto en temas sociales y culturales que importan, como en temas personales e íntimos, como la orientación e identidad sexual, y el acto sexual en sí. La serie hace referencia a situaciones que atañen a la población LGBTI+, por un lado, a través del personaje de Ambrose, que es homosexual y tiene una relación abierta con un brujo llamado Luke, sin tabúes ni secretos; como también, a través del personaje de Susie, una chica que cuestiona su identidad de género, y por ello debe enfrentarse al rechazo y al bullying de parte de otros compañeros del colegio. Pero ahí nos presentan nuevamente esa característica tolerante e inclusiva del millennial, que a pesar de que siempre existirá la figura del bully en los colegios, el groso de los adolescentes aceptan e integran a su compañero homosexual o su amiga lesbiana o a la chica transgénero. De hecho, se marca una diferencia generacional de cómo era visto el tema de la identidad sexual antes y cómo es visto ahora. Ese ejemplo se da con Jesse, el tío de Susie que estaba poseído por un demonio y cuya historia lo enmarcaba como un hombre homosexual que sentía afinidad por el travestismo, pero lo había reprimido toda su vida. Sin embargo, Susie expresa su sexualidad en su comportamiento y forma de vestir, y aunque amedrentada al principio y temerosa por las agresiones del resto, se siente segura de lo que es.

El personaje de Sabrina, en sí, viene a representar el rol de la mujer actual. Y no necesariamente desde un punto de vista feminista, sino de igualdad. De ahí que siempre esté influenciada por la profesora Wardwell que en realidad es Lilith, la primera mujer creada por Dios y que se le reveló, por lo que fue expulsada del Edén (luego se sacó a Eva de la costilla de Adán… hablemos de machismo). Sabrina desafía a Satanás y su inclinación por poseer a cada bruja que a los 16 años se entrega a él al firmar su libro. En una escena, Prudence se refiere al deseo imposible de Sabrina de no firmar el libro de Satanás, y aún así tener poder y libertad, añadiendo que el Señor de la Oscuridad no lo permitirá: «Es un hombre, ¿no?«. En otras palabras, se hace clara referencia al pensamiento machista y tradicional de tener siempre a la mujer en un segundo plano social. Y esa comparación se deja clara en los sacrificios que han hecho las tías Hilda y Zelda, siguiendo los parámetros machistas de Satanás, versus el plan de Sabrina de derrocar al maligno.

Pero Sabrina también cuestiona las creencias religiosas, y eso es aplicable en la realidad a todas las religiones. Cuando en una escena su tía Zelda habla de que en la ceremonia del Festín de Festines se sacrifica a una bruja para comérsela, como símbolo del sacrificio que hizo una antigua bruja para que sus compañeras no murieran de hambre, siglos atrás; Sabrina inmediatamente cuestiona la utilizad de esa ceremonia si «ya nadie se está muriendo de hambre«. De esa misma forma, se pueden cuestionar tradiciones judaicas, cristianas o musulmanas, por mencionar las religiones más importantes, que en nada se adaptan a la actualidad y su evolución sociocultural.

Foto: Miranda Otto y Lucy Davis son las tías Zelda y Hilda Spellman.

Estos y más temas se abordan a lo largo de los 10 episodios que componen esta primera temporada de «Chilling Adventures Of Sabrina», que efectivamente tiene momentos violentos, como cuando una joven Lilith asesina a la verdadera profesora Wardwell con unas tijeras en el cuello para poseer su cuerpo, o cuando unos niños fantasmagóricos lanzan un hechizo que ahorca a Prudence, Agatha y Dorca, o cuando Zelda le da el martillazo en la cara a su hermana Hilda, simplemente porque la disgustó, o cuando practican el canibalismo al comerse a una bruja suicida en el Festín de Festines. Estas son todas escenas impactantes, que definitivamente crean un contrapunto en el tono narrativo de la serie, alejándola de lo tontamente juvenil.

Indudablemente, es otro éxito más de Netflix, que sigue experimentando con aquellos híbridos de géneros narrativos, audaces y atrevidos, que dan resultado, porque nos atrae su morbo. No puedo concluir el análisis crítico sin antes elogiar la excelente participación de Miranda Otto («Homeland») y Lucy Davis («Wonder Woman») como las tías Zelda y Hilda, cuyas escenas son realmente apreciables, tanto por la gran química en pantalla, como también por aportarle equitativamente la comicidad y el drama a la historia. ¡Su presencia le da peso a la serie!

Trailer:

 

 

 

7 comentarios en “«Chilling Adventures Of Sabrina»: Una Serie Que Representa A Los ‘Millennials’

  1. Solo vi el primer episodio y no me motivo a continuar con ella. Creo que es causa de que aun tengo las sensaciones de The Haunted of Hill House. Sabrina no me logra convencer desde su primer episodio.

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    1. No he visto «The Haunted of Hill House» aun, pero por los avances, definitivamente que no va con la onda de «Sabrina»… La de Sabrina es un target más adolescente, pero dentro de ese target, hay cosas un poquito subiditas de tono (violentas y sexuales). Supongo que no es para todo el mundo tampoco. Pero a mí me gustó!

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