Escrito Por: Enrique Kirchman
***Advertencias: Datos Importantes Del ‘Stand-Up’ Son Revelados***
La primera vez que vi a Trevor Noah en un stand-up —si bien ya lo había visto, obviamente, en «The Daily Show»— fue con el especial original de Netflix, «Noah: Afraid Of The Dark», que en lo personal lo disfruté bastante, tanto por su habilidad con los acentos como por su explicación del éxito de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos, por su estilo y proyección oral. ¡Esa explicación fue genial!
Este año, nuevamente a través de Netflix, el comediante lanza «Trevor Noah: Son Of Patricia» en una presentación en la ciudad de Los Ángeles, en la que vuelve a hacer hincapié en algunos temas y chistes que ya había escuchado en su anterior presentación. En realidad, si bien Noah mantiene ese agilidad de mantener el hilo conductor durante toda la presentación, con buenos punch lines, siento que redundó en temas muy similares. Tanto así, que en algunos momentos uno podía intuir el remate del chiste.
Es casi que inevitable que hable de sus raíces africanas y el racismo, siempre dirigiendo una crítica fulminante a la gente de tez blanca, como cuando sugiere que debe haber un Trip Advisor para afrodescendientes, ya que los planes que la aplicación da son generalmente para personas blancas, que los negros no disfrutan en lo absoluto, como ir a acampar. Noah dice que lo que los blancos encuentran de exótico en un día de camping fue lo que él vivió en su tiempo de pobreza en África, por lo que no le parece para nada atractivo.
Luego, casi que como regla básica para todo comediante de la actualidad, no se puede dejar pasar el tema de Trump, que fue recurrente durante la hora de su presentación, en el cual básicamente concluyó en que el actual presidente de los Estados Unidos es un estúpido. No se escapan las comparaciones entre Trump y Obama, ni las referencias a la comunidad mexicana y la construcción del muro. De hecho, la situación de los inmigrantes también fue muy abordada en su stand-up pasado, por lo que, a pesar de ser gracioso, no fue tan sorpresivo. Aunque propuso algo muy cómico pero cierto:
«Puedes odiar a los inmigrantes todo lo que quieras, pero si lo haces no tienes derecho a probar su comida«.
Y más adelante le da otro golpe a la raza blanca cuando habla de la gastronomía en Estados Unidos, en la que los tacos mexicanos parecieran parte del menú típico, alegando que «una vida sin sazón era tan, pero tan dura, que hizo que los blancos navegaran alrededor del mundo para encontrarla«, refiriéndose al sabor de los latinoamericanos, africanos, indios, entre otros grupos minoritarios en la sociedad norteamericana.
Básicamente, Trevor Noah sale nuevamente a defender a las minorías, reforzando el orgullo por sus raíces y aliándose con los latinoamericanos, específicamente con los mexicanos. Expresa ciertas verdades, ridiculiza al típico blanco que se cree superior, aunque aclara que no todos son malas personas. Sin embargo, a pesar de sus críticas sociales y políticas, Noah es parte de un grupo de comediantes que ha abusado de los ataques a Trump y a la gente blanca, en defensa de los distintos grupos minoritarios que, a estas alturas, no estoy muy seguro que sigan siendo minorías, porque han alcanzado un poder e influencia global. Creo que es hora de cambiar el discurso y los chistes. ¡El mundo tiene muchos más problemas, a parte de Trump!
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