
Escrito Por: Enrique Kirchman
Por algún motivo, en los últimos años, las ceremonias de premiaciones como los Oscar, Golden Globes y Emmys, por mencionar los principales, no han logrado un gran impacto entre los fanáticos del cine y la televisión. Se ha perdido la vistosidad y el glamour de celebrar el arte audiovisual, muchas veces por darle mayor protagonismo a denuncias y críticas sociales y políticas, que aunque merecen la pena mencionarse, por lo general empañan el verdadero sentido de la ceremonia. El público ha perdido la fe en la elección de lo mejor del año, donde no logran encontrar sus películas o series favoritas, según se trate el galardón, para toparse con filmes que aún no han visto en salas. En otras palabras, el público no se identifica.
Los ratings de las distintas entregas de premios han ido cayendo año tras año y esto tal vez tiene una explicación sociocultural que vale la pena analizar. En lo personal considero que las redes sociales y el internet han hecho tan accesible a las celebridades con sus admiradores que la gente ya no siente la necesidad de esperar hasta las entregas de premios para verlos. Antes, uno solía esperar la alfombra roja y la ceremonia para ver cómo iría vestida Julia Roberts o cómo se verían Brad Pitt y Jennifer Aniston juntos o quién sería el peor vestido, pero ahora, antes que E! Entertainment Television transmita la alfombra roja o que TNT presente la ceremonia, ya los admiradores han visto por Instagram o Twitter cómo sus ídolos se preparan para la gran noche. El modo de entender el star system (o sistema de estrellas) ha cambiado, porque ese mito de ídolos inalcanzables se ha ido disipando al tener acceso 24/7 a la vida de estos actores, actrices, cantantes y directores, con solo hacer scroll down en nuestras apps.
Antes, la noche de los Golden Globes o de los Oscar eran esperadas con ansias por cinéfilos, fanáticos y seguidores de la moda por igual; ahora, las redes y el internet han mermado en la audiencia, y si a eso le restamos quienes se sienten hartos de ver las mismas declaraciones sociopolíticas una y otra vez o de llevarse la decepción de no ver sus películas favoritas nominadas, pues, es inevitable la decadencia de estas ceremonias.

Este año, la 76ª entrega de los Golden Globes no ha sido la excepción. Recibió los ratings más bajos de los últimos tres años (aunque NBC quiere ver el vaso medio lleno diciendo que al menos subió su audiencia en personas entre 18 y 49 años), y no es para menos, porque ha sido tal vez la peor ceremonia de premiaciones que he visto en mucho tiempo, y eso que la de 2016 fue igualmente un desastre.
Empecemos por los anfitriones Andy Samberg y Sandra Oh, una dupla cuya elección nunca entendí. Me encanta Samberg, pero su combinación con Oh estaba destinada a ser tan pésima como cuando Anne Hathaway y James Franco fueron anfitriones de los Oscar. La verdad que extraño los buenos monólogos de apertura que hicieron Tina Fey y Amy Poehler en 2013, 2014 y 2015, que no daban chance a recuperar la carcajada entre chiste y chiste, sin embargo, Samberg y Oh lograron si acaso una leve sonrisa con uno o dos chistes aceptables durante toda la noche, además de haber tenido una participación bastante vaga durante la ceremonia. Creo que lo más gracioso fue cuando hicieron que Jim Carrey se cambiara de asiento de la sección de Cine a la de TV, y solo porque Carrey le añadió comicidad.
Por otro lado, la ceremonia se sintió nuevamente apresurada. Los presentadores casi que llegaban solo a decir los nominados y el ganador, y en varias ocasiones un mismo presentador entregaba dos categorías importantes como Mejor Actor de Serie Dramática y Mejor Serie Dramática, sin mucho preámbulo. Los pocos presentadores que llegaban a decir algo, leían del prompter un pésimo guion.

En cuanto a los ganadores, pues creo que la ceremonia se caracterizó por ser bastante diversa e inclusiva, con algunos merecidos galardonados de la comunidad afrodescendiente, como Mahershala Ali como Mejor Actor de Reparto por «Green Book», superando a mis favoritos Timothée Chalamet y Sam Rockwell por «Beautiful Boy» y «Vice», respectivamente. Mientras tanto, Regina King se llevó el mismo premio en la categoría femenina por «If Beale Street Could Talk». La comunidad latina también se vio representada por el director mexicano Alfonso Cuarón, quien se llevó dos galardones: Mejor Director y Mejor Película Extranjera. Sandra Oh es la primera mujer de ascendencia asiática que ejerce como anfitriona de los Golden Globes y es también la primera mujer asiática en ganar múltiples Golden Globes (el primero en 2006 como actriz de reparto por «Grey’s Anatomy» y el segundo en 2019 como mejor actriz drama por «Killing Eve»). Y, por si fuera poco, el británico Ben Whishaw (abiertamente homosexual) ganó como Mejor Actor de Reparto por su papel de Norman Scott en «A Very English Scandal».
Entre algunos de los pocos momentos gratos de la noche, se encuentra el homenaje a la comediante Carol Burnett, dando inicio a un premio habitual honorífico que se entregará en su nombre a partir de este año. Otro gran momento fue el discurso que dio Glenn Close cuando sorpresivamente salió elegida como Mejor Actriz Dramática en una categoría en la que todos esperaban que ganara Lady Gaga (aunque yo me inclinaba más por Nicole Kidman); Close, quien salió elegida por su papel en «The Wife» dio un mensaje a todas las mujeres, exhortándolas a no vivir bajo la sombra de un hombre, y perseguir sus propias aspiraciones. Y, por supuesto, ver a Rami Malek aceptar el premio a Mejor Actor Dramático también fue increíble, aunque yo estaba dividido entre su performance y la de Bradley Cooper por «A Star Is Born».

Los ganadores con los que no estoy de acuerdo son: «Bohemian Rhapsody» como Mejor Película, ya que a pesar de la excelente participación de Malek, narrativamente a la película le faltó un poco más de complejidad y profundidad (si bien mantiene un ritmo de atención sin baches aburridos). De las nominadas, creo que «Blackkklansman» y «A Star Is Born» tienen más potencial. Richard Madden como Mejor Actor de Serie Dramática también fue una gran sorpresa, yo hubiese elegido a Jason Bateman por su gran papel en «Ozark».
En general, las nominaciones de estos Golden Globes estuvieron bastante extrañas, casi que arañando lo poco bueno que se hizo, y siento que algo se quedó por fuera. En cuanto al cine, no creo que estos ganadores puedan predecir aún lo que sucederá en los Oscar; habrá que esperar a que anuncien los nominados el próximo 22 de enero.
Me parece que Bohemian Rhapsody fue una sorpresa. Malek es sin duda el gran favorito para el Oscar. Green Book o La Favorita serán las que peleen el Oscar. Lady Gaga se llevara el Oscar por que no creo que Glenn Close repita en el Oscar. Y en secundarios creo que esta disputado.
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Yo aun no me atrevo a hacer predicciones, porque para los Oscar siempre entra una contendiente nueva que no está en los Globos… Lady Gaga para mí gana en mejor canción, pero no creo que en mejor actriz… tampoco creo que Glenn Close, pero vamos a ver quiénes salen… los Globos tuvo nominados raros
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