{Crítica} «Vice»: Una Forma Atractiva De Repasar La Historia De Un Verdadero Hijo De P**a


Escrito Por: Enrique Kirchman

***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***

Definitivamente que el director Adam McKay es ideal para llevar a la gran pantalla momentos históricos y películas biográficas cuyas temáticas podrían estimarse un tanto aburridas, densas y muy complejas para el espectador común, como hablar de la caída del mercado hipotecario de Estados Unidos en 2006 – 2007 o de la vida de un político conservador como Dick Cheney. Puedo asegurarles que si estos temas fueran abordados por Oliver Stone (el director de «JFK», «Nixon» y «Snowden») o, incluso, por Steven Spielberg («Schindler’s List» y «Lincoln»), la estructura narrativa y el relato tuvieran un tratamiento mucho más serio y solemne, que el espectador común (entiéndase como el espectador pasivo que busca lo comercial) podría encontrar tedioso de ver. Y ojo, Stone y Spielberg son excelentes realizadores con un chip muy comercial y, a su vez, muy artístico, pero sus abordajes en cuanto a temas históricos y biográficos son mucho más dramáticos. En cambio, McKay, quien está creándose un sello de autoría muy identificable en sus obras, ha encontrado una forma más dinámica de captar la atención del espectador, casi como si se tratara de una «clase de historia para dummies (tontos)», todo gracias a un guion ágil, pero sobre todo, a un montaje rítmico, rápido y atractivo que nos obliga a mantener la atención en todo momento.

¿Quién iba a pensar que una historia de banca y finanzas sobre hipotecas y datos económicos iba a resultar tan excitante de ver como lo fue «The Big Short» (2015)? Eso mismo sucedió con «Vice», el trabajo cinematográfico más reciente de McKay, que ha sido nominado a ocho premios Oscar 2019, cuya trama resume brevemente el ascenso del ex vicepresidente de los Estados Unidos, Dick Cheney, durante la administración de George Bush (hijo). ¿Quién quiere conocer la historia de un vicepresidente? Por lo general, nadie la cuenta. La verdadera historia siempre está en los presidentes, por eso hay películas de Licoln, Kennedy, Nixon y Bush (y muy pronto veremos una de Trump, seguro), entre otros. Pero McKay se encarga de generar nuestro interés por Cheney desde el mero comienzo cuando aparecen los códigos gráficos que anuncian que la película es una historia real, pero seguidamente advierten que está más o menos apegada a la realidad «but we did our fucking best» (pero hicimos lo fucking mejor que pudimos). Cuando te diriges al espectador de esta forma, inevitablemente captas su atención.

Foto: A la izquierda, el verdadero George W. Bush, y a la derecha, el actor Sam Rockwell interpretando a Bush en «Vice».

Se nota que McKay utilizó al mismo editor de «The Big Short», Hank Corwin, porque el estilo es exactamente igual. Esos resúmenes de montaje alternados con imágenes de archivo que sirven para ilustrar una situación literal o como analogía de la escena, como aquella en la que Cheney se reúne con Bush y le presenta sus condiciones para aceptar su propuesta de unirse a su nómina como vicepresidente. En esta satírica escena, en la que el director se mofa directamente de la evidente inexperiencia e ineptitud de George W. Bush, se alternan imágenes de la conversación entre ambos con las de un pescador (que asumimos es Cheney) pescando en un río, y se ve cómo cae el anzuelo esperando a que un pez lo muerda; justo cuando Bush acepta las condiciones de Cheney, la analogía termina con la toma del hilo de pescar siendo halado por un pez… En otras palabras, Bush cayó redondo ante el maquiavélico plan de Cheney. Este tipo de analogías visuales se repiten en varias ocasiones, reforzando —sin necesidad de la palabra y con imágenes extradiegéticas— la idea y el mensaje subliminal de la escena, que se percibe claramente. De hecho, McKay se vale de esas imágenes extradiegéticas para hacer referencias a la actual administración presidencial de Estados Unidos, como por ejemplo, cuando se ven imágenes de archivo de un discurso del expresidente Ronald Reagan, que termina con la frase «lets make America great again» (que América vuelva a ser grande), una frase que se popularizó con Donald Trump, pero que fue utilizada por primera vez por Reagan. Y en otra secuencia, durante un resumen de montaje con imágenes históricas, se incluye una foto breve (menos de un segundo de duración) de un joven Donald Trump sosteniendo fajos y fajos de dinero. Estas referencias no son casuales ni aleatorias, tienen la finalidad de que el espectador haga las conjeturas y asocie la manipulación y los motivos ulteriores de Cheney con los de Trump en la actualidad.

Foto: A la izquierda, la verdadera Lynne Cheney (esposa de Dick); a la derecha, la actriz Amy Adams interpretando el papel de Lynne.

Entre la ironía surreal del narrador (Jesse Plemons), la comicidad de las situaciones y de las analogías, McKay hace un repaso de la vida de Cheney desde su descarrilada vida de joven, hasta cuando su esposa Lynne (Amy Adams) le empuja a ser lo que llegó a convertirse, teniendo una influencia importante durante toda su carrera política. Sin embargo, cabe recalcar que a pesar de que nos queda ese sinsabor respecto al tipo de persona fría y calculadora que fue Cheney, McKay también muestra su lado íntegro. Un hombre de familia que defendió a su mujer de un abusivo padre que protegió celosamente a sus hijas, aunque al final de la historia antepone las aspiraciones políticas de su hija Liz, haciendo que esta niegue públicamente su apoyo a la población LGBTI para tener oportunidades en el Congreso, a pesar de que su otra hija, Mary, era lesbiana.

Pero lo más interesante de «Vice» es que nos muestra ese mundo macabro de Washington, con el mismo estilo cruel que ya habíamos visto en la serie «House Of Cards», incluso involucrando al espectador en la última escena, cuando Cheney le habla directamente al espectador, tal cual lo hacía Frank Underwood (interpretado por Kevin Spacey) en la serie, haciéndolo cómplice de todo lo que se le acusa haber hecho durante su época como vicepresidente. Ahora entiendo de dónde surgió la idea de Frank Underwood. Duh! Nos asusta saber que de una reunión entre dos personas en una oficina de la Casa Blanca, puede desatarse una gran guerra, como le insinuó Donald Rumsfeld (Steve Carell) a un recién llegado Cheney cuando Nixon se reunión con Kissinger para decidir la invasión a Cambodia en la que murieron miles de personas. ¡Y todo se decidió en aquella reunión entre Nixon y Kissinger! Eso nos habla del nivel de poder que se respira en Washington, en la Casa Blanca, y cómo ese poder muchas veces cae en las manos equivocadas, llámese Cheney, llámese Bush, llámese Trump.

Foto: A la izquierda, el verdadero Dick Cheney; a la derecha, Christian Bale encarna al personaje.

No podemos pasar por alto otro de los grandes aciertos de la película: el trabajo del maquillaje y las actuaciones. Un complemento esencial para estas interpretaciones. No solo vimos un gran parecido en Sam Rockwell como George W. Bush y un cambio radical en Amy Adams como Lynne Cheney; lo más impresionante es que nos olvidamos que era Christian Bale el que hacía de Dick Cheney. Para mí, Cheney se tragó a Bale. No solo se ocultó detrás del maquillaje, sino en su tono de voz, las pausas para hablar, la expresividad… Bale simplemente desapareció dentro del personaje y se transformó en su totalidad, y eso para mí lo hace el mayor contendiente en la categoría de Mejor Actor de los Oscar contra Rami Malek (por «Bohemian Rhapsody») y Bradley Cooper (por «A Star Is Born»). Amy Adams y Steve Carell también fueron de mis favoritos con sus actuaciones, incluso las breves apariciones de Tyler Perry como Colin Powell.

Atrevida, cómica, interesante… «Vice» sabe mantener nuestro interés, aunque requiere de nuestra agilidad mental para procesar mucha información en poco tiempo y ver muchas imágenes sugerentes. Tiene momentos gloriosos, como cuando muestran a Cheney con su familia, retirado de la vida pública, como si se tratara de un video de propaganda política, en lo que sugieren como un happy ending, insinuando que lo mejor hubiese sido que Cheney nunca hubiese vuelto a la política como vicepresidente. Es inevitable reírse cuando aparecen los créditos finales como si la película se acabara ahí, pero luego los cortan y siguen con la escena cuando Cheney recibe la llamada de Bush. Ja,ja… ¡Genial! Sin embargo, tiene una corta parte, en la secuencia en que Cheney está por aceptar ser parte de la nómina presidencial de Bush, en que la trama se hace medio lenta y tediosa, pero afortunadamente luego de que muestran los ataques a las Torres Gemelas, se vuelve a despertar  el interés hasta el final.

De las ocho nominaciones a los Oscar, realmente considero que «Vice» pudiera salir triunfadora por Mejor Edición, Mejor Maquillaje, Mejor Guion Original, Mejor Actriz de Reparto para Amy Adams y Mejor Actor para Christian Bale… En cuanto a Mejor Película, Mejor Actor de Reparto y Mejor Director, creo que no lleva tanto chance, ya que tendrá que verse con «Roma» de Alfonso Cuarón y un sólido Mahershala Ali como actor de reparto por «Green Book».

Pero sin duda, vale la pena verla…

Rating: 

Trailer:

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