
Escrito Por: Enrique Kirchman
***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***
Si existiera la categoría de Mejor Dúo en los premios Oscar, Mahershala Ali («Moonlight») y Viggo Mortensen («Captain Fantastic»), sin duda, ganarían este año por sus interpretaciones del pianista afroamericano Don Shirley y su conductor italoamericano Tony Lip en la película «Green Book», ya que la química entre ambos personajes, a pesar de ser tan opuestos, resulta cautivadora, divertida y emotiva. Basada en una historia real, la trama se ambienta en la década de 1960, cuando Shirley realizó una serie de conciertos por Estados Unidos, incluyendo algunas ciudades del sur, donde el racismo estaba a flor de piel, por lo que contrató los servicios de Tony ‘Lip’ Vallelonga —un bravucón que trabajaba como seguridad en el club nocturno Copacabana, en Nueva York— para que fungiera como su guardaespaldas y conductor.
A través de una narrativa exquisita que oscila entre el humor, el drama y una penosa realidad histórica que parece no haberse erradicado, «Green Book» es una road movie que profundiza en la relación de dos hombres completamente distintos. Por un lado, Tony era un hombre tosco, rudo, vulgar y con prejuicios, pero con valores, entre los que se hacen evidente su fidelidad (con su esposa, con su jefe y sus principios) y su compromiso y responsabilidad. Era un hombre de gustos simples, en los cuales encontraba satisfacción, alegría y felicidad. En el otro extremo tenemos a Don Shirley, un músico prodigioso que tuvo el privilegio de desarrollar su talento, educarse y vivir como muy pocos afroamericanos de su época. Sin embargo, ese privilegio lo mantuvo en un limbo social y emocional al sentirse que no pertenecía a ninguna parte. Esto nos queda claro en aquella escena en que Tony compara su vida mundana con «el castillo» en el que vive Shirley, a lo que este responde enojado y bajándose del auto:
«Sí, vivo en un castillo, Tony. ¡Solo! Y la gente blanca adinerada me paga por tocar el piano para ellos, porque los hace sentir cultos. Pero tan pronto me bajo del escenario, vuelvo a ser solo otro negro para ellos, porque esa es su verdadera cultura. Y sufro ese desaire solo, porque no soy aceptado por mi propia gente, porque tampoco soy como ellos. Así que, si no soy lo suficientemente negro ni lo suficientemente blanco ni lo suficientemente hombre, entonces, dime Tony, ¿qué soy?».

Don Shirley, a pesar de codearse con la élite de la sociedad estadounidense —incluso tenía contacto directo con Bobby Kennedy— no era aceptado como parte de la comunidad blanca, por ser afrodescendiente. Irónicamente, el hecho de haber tenido la oportunidad de superación, respecto al resto de la población negra del país, provocaba siempre el rechazo de su propia gente, aparte de que Shirley parecía no sentirse a gusto con los comportamientos mundanos de su gente, como comer pollo frito de KFC y escuchar música de Chubby Checker y Aretha Franklin. Por otro lado, también era objeto de discriminación sexual, porque a pesar de haber estado casado con una tal Jean C. Hill (de quien se divorció), Shirley era homosexual, de ahí que dijera que para algunos tampoco era lo suficientemente hombre.
Shirley no era ingenuo. Estaba consciente de lo que le esperaba en aquella gira por el sur. A pesar de ser invitado de honor, le tocaba usar un baño en pésimas condiciones, especial para personas de color, que se encontraba en el exterior del local; le daban un camerino que en realidad era un depósito para artículos de limpieza y le prohibían, incluso, comer dentro de los restaurantes de los hoteles donde se presentaba. ¿Por qué alguien se sometería a todos estos malos tratos? Sorprendentemente, Don Shirley no fue el único músico que atravesó por estas penosas situaciones. En una escena, Oleg (el chelista del trío de Don Shirley) le cuenta a Tony que al legendario cantante Nat King Cole (de canciones como Unforgettable) le sucedió algo peor. Durante su presentación en el Auditorio Municipal de Birmingham (hoy conocido como Auditorio Boutwell) en Alabama, el 10 de abril de 1956, cuando Cole interpretaba su tercera canción, miembros del Ku Klux Klan se abalanzaron al escenario y lo golpearon repetidas veces frente a 4,000 espectadores. Años después, Shirley eligió hacer aquella gira por el sur, a pesar de todo, con la intención de cambiar la mentalidad, tanto de las personas blancas y sus formas de discriminación, como de sus hermanos negros, para darles una esperanza y ánimo.
«Ser genio no es suficiente, hace falta coraje para cambiar el corazón de la gente» – Oleg (chelista)
El director Peter Farrelly —conocido por dirigir comedias como «Dumb & Dumber» y «There’s Something About Mary»— se aprovecha de esta hermosa relación entre estos dos personajes para repasar las vicisitudes que los afroamericanos vivieron en el siglo XX y que todavía hoy se ven en la sociedad estadounidense con enfrentamientos entre las autoridades policiales y personas de color, tal como le sucedió a Tony y a Shirley cuando los detuvieron dos policías. Pero el director también deja claro que ese comportamiento racista que se ha percibido en las autoridades no puede generalizarse a todo el cuerpo policial, como muchas veces sucede, y esto nos queda claro en la escena cercana al final cuando un policía detiene a Tony y a Shirley durante una fuerte nevada, de regreso a Nueva York, y mientras ellos temían otra reacción racista, el oficial, amablemente, les advierte sobre una llanta pinchada y les ayuda a cambiarla.
«Green Book» hace alusión a una guía turística de portada verde que efectivamente circuló entre 1936 y 1966 para orientar a personas afroamericanas sobre aquellos lugares que no los discriminaban, como hoteles, restaurantes, clubes nocturnos, barberías y salones de belleza, entre otros sitios. En la película, Tony Lip utilizó este librito, al que popularmente llamaban ‘libro verde’ —pero que en realidad se llamaba ‘El libro verde para motoristas negros’—, para saber en qué lugares Shirley no correría riesgo de ser agredido. Era muy utilizado por aquellos afroamericanos de clase media que optaron por comprar auto para evitar la discriminación y los malos tratos en los transportes públicos, pero luego, debían saber en qué lugares podían hospedarse, comer o hacer turismo para no ser agredidos por ser negros.

«Green Book» se destaca por una estructura narrativa clásica muy bien contada, cautivante, con ritmo escénico y dinamismo en sus diálogos que la hacen un placer de ver. Viggo Mortensen nos deslumbra con una interpretación realmente divertida, con quien rápidamente empatizamos y Mahershala Ali lo complementa a la perfección con ese polo opuesto estirado logrando un engranaje audiovisual lleno de mensajes de vida. La película ha sido nominada a cinco premios Oscar 2019: Mejor Película, Mejor Actor para Mortensen, Mejor Actor de Reparto para Ali, Mejor Guion Original y Mejor Edición, y sinceramente, es mi elección para ser la mejor película de 2019, el mejor actor de reparto para Ali y el mejor guion original… Mortensen, sin duda, está en la competencia para poder salir como mejor actor, pero se las ve un poco difícil contra Rami Malek (por «Bohemian Rhapsody») y Christian Bale (por «Vice»). En cuanto a la edición, creo que «Vice» le lleva un poco de ventaja. Me parece que Farrelly debió haber sido elegido como mejor director, ya que sin duda, nos entregó una obra digna de su carrera. Confíen en que verán una de las mejores películas del año.
Trailer:
Era la mejor del año aunque tampoco una maravilla.
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