{Crítica} «Us»: Una Historia Siniestra Con Altas Dosis De… ¡Locura!


Escrito Por: Enrique Kirchman

***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***

Hace poco, prácticamente, obligué a mi grupo más cercano de amigos a ver «Us», que para mí era una de las películas de suspenso más esperadas y prometedoras del año, especialmente, porque su director Jordan Peele ya me había cautivado con su ópera prima «Get Out» (2017), por la que se llevó el Oscar a Mejor Guion. ¡Tenía que ver su segunda propuesta de dirección y guion! La película inició con un paradigma (o introducción) bastante característico del género, apoyándose en el recurso del flashback para irnos introduciendo en el misterio de la trama poco a poco. De repente, nos encontramos frente a aquella escena detonante en la que aparecen por primera vez «los otros», esa aparente familia de cuatro que lucía desquiciadamente igual a la familia protagónica de la historia. Me refiero a aquella escena angustiante, cuando la familia está dentro de la casa, atemorizada e intimidada por aquella que esperaba misteriosamente en las penumbras de la entrada de la casa, observando detenidamente, sin emitir palabra. ¡Ahí captaron mi atención! Mis amigos y el resto de la sala estaban inquietos. Risas nerviosas, ojos entreabiertos… A ese punto, estaba emocionado de pensar que estaba por sumar otra película a mi Top 10 de thrillers. Sin embargo, a partir de esa siniestra secuencia, el tono de la película empezó a cambiar. Se convirtió en híbrido del terror y la sátira. «Us» fue tornándose en una mezcla narrativa entre lo escalofriante de «Funny Games» (2007) y «The Strangers» (2008), con lo sangrienta de «The Purge» (2013) y el tono satírico de «Zombieland» (2009). ¡Y esto no es para nada negativo!

Aunque «Get Out» tuvo leves matices de ironía y de sarcasmo que le daban un toque de humor por lo absurdo de las situaciones, el suspenso prevaleció como género. Sin embargo, en «Us», Peele se va de pecho con la comedia, sin descuidar lo extraño y siniestro de sus personajes antagónicos, cuyas acciones, aunque matizadas de humor, no dejaban de ser macabras.

Una vez más, Peele se embarca en una crítica social y política con sus obras. Mientras que la primera hacía énfasis en la discriminación racial hacia los afroamericanos, este segundo filme aborda igualmente la discriminación enfocado en la xenofobia que impera actualmente en el imaginario social de la población estadounidense, potenciada por el ímpetu de su actual presidente Donald Trump de construir un muro en la frontera con México, que evite, efectivamente, el ingreso de más inmigrantes ilegales al país. Tal vez, esa sea la resignificación de la cadena humana de los «rojos» (los dobles) que emergieron de las cloacas de la ciudad, creando una especie de «muro» que recorría todo el país.

Según una entrevista realizada a Peele, el director confirmó su intención de proyectar a través de «Us» ese temor que el ciudadano estadounidense siente por inmigrantes y por todos aquellos que son diferentes. Ese miedo de que «los otros» van a atentar contra su seguridad, los van a invadir, los van a eliminar. Y en base a ese temor injustificado, nace el rechazo.

Es curioso que durante esta administración presidencial republicana, con normativas extremas muy enfocadas en la situación inmigrante, surja una película de suspenso que aborde metafóricamente el tema a manera de crítica social, al igual que sucedió en 2001, durante la administración de George W. Bush, época en la cual también se enfatizó en leyes migratorias estrictas, mientras que en el cine, Alejandro Amenábar estrenaba una trama con analogías similares —y tal vez una de las mejores películas de suspenso que he visto— con «The Others» (Los Otros), un relato fantasmagórico protagonizado por Nicole Kidman. No sé si Peele se habrá inspirado en algún punto en la relación de Amenábar, pero me llama mucho la atención el antónimo que surge entre ambos títulos de las películas: «Us» (Nosotros) y «The Others» (Los Otros); sin dejar de lado que ambas historias terminan con un giro que resignifica el mensaje, porque los que se pensaban que estaban de un lado de la barrera (metafóricamente hablando) resultaron estar del otro lado. En otras palabras, los que pensaron que eran uno de «nosotros», terminaron siendo uno de «los otros».

«Us», sin duda, raya en el absurdo. Las risas pasan de ser nerviosas a ser genuinamente carcajadas provocadas por el humor de las escenas. Winston Duke, a quien vimos muy imponente y serio en «Black Panther», resultó ser un activo muy valioso para la comedia, y en «Us» es él, probablemente, el personaje que mayor empatía genera, más allá de que no es el protagónico. Por su parte, Lupita Nyong’o no deja de sorprendernos, especialmente por su interpretación del personaje antagónico llamado Red (Rojo), que variaba en todo sentido de su protagónico Adelaide, tanto en su tono y forma de hablar, su forma de caminar, y gesticulaciones. Y no puedo pasar por alto la actuación de los pequeños Shahadi Wright Joseph y Evan Alex, quienes interactuaron de forma natural con los demás personajes, se integraron, aportaron a la química en pantalla y al suspenso y humor de la historia, con excelentes interpretaciones en ambos personajes interpretados por cada uno. ¡Genios!

El que fue a ver «Us», como yo, guiado por la idea de ser estrictamente un thriller, tal vez salga decepcionado o enojado, principalmente, si no logró encontrar las analogías sociales y cómo el humor las potencia; los que salieron aún más sorprendido de manera positiva por lo que resultó ser en realidad, pues serán de ese grupo selecto que recordará este filme como un híbrido de culto. ¡Se las recomiendo!

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