Escrito Por: Enrique Kirchman
***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***
«Breaking Bad» es, probablemente, una de las mejores series dramáticas de todos los tiempos. La construcción de sus personajes, su arco de transformación a lo largo de las temporadas, la dirección de arte, la excelente fotografía (similar al estilo de los filmes de los hermanos Coen)con planos y angulaciones inusuales y la subjetividad de la cámara, además de una historia que, de principio a fin, dentro de ese universo diegético, es 100% verosímil; la dejan por encima de otros dramas —incluso de «Game Of Thrones»—, por la épica moderna que aborda, con un final que solo podía ser de esa manera. ¡Es un fenómeno único! ¡Tal vez irrepetible! Porque aún cuando hay otras muy buenas series con temas similares —como «Ozark» y «Good Girls»—, no llegan a igualar la calidad audiovisual de «Breaking Bad», que fue casi como una película que duró cinco años o temporadas.
Con ese preámbulo, nos preguntamos ¿qué tan necesaria era la secuela cinematográfica de «El Camino»? A mi parecer, como vi sugerido por críticos estadounidenses, esta película secuela/spin-off, protagonizada por el personaje Jesse Pinkman (interpretado por Aaron Paul) no desprestigia la serie, pero tampoco le aporta nada. O sea, la hubiesen podido no hacer, y el sentimiento sería el mismo.
Como es muy común en las tramas, a veces nos enfocamos tanto en la historia del personaje principal, que a la hora de concluirlas, dejamos algunas subtramas o vidas de personajes secundarios sin cerrar formalmente o con lo que se conoce con «finales abiertos». Tal vez, algunos espectadores sintieron que eso había ocurrido con la historia de Jesse… que había quedado inconclusa… Pero yo creo que la vida de Jesse, dado el personaje que era, debía quedar inconclusa, confusa e impredecible. Jesse Pinkman era en la serie lo que en inglés se le llama «damage goods«. Estaba quebrado, no tenía arreglo. Era un chico adicto que seguiría engañando a todo el que lo rodeara para seguir drogándose y, para rematar, lo que Walter White le hizo lo terminó de dañar psicológicamente, por lo que su final sería siempre errante y perturbado.
Haberle dado un final feliz a Jesse en «El Camino», medio que empaña la crudeza del final de «Breaking Bad». Walter White no tuvo, obviamente, un final feliz. Tampoco lo tuvo su familia, incluyendo a su cuñado Hank. Jesse era obvio que tampoco lo tendría, estaba mentalmente inestable. Sin embargo, en «El Camino» lo vemos más sobrio y menos errante. Es como que quisieron redimirlo y, hasta cierto punto, eso atenta contra la magistral intervención de Jesse en la serie. Su personalidad era muy distinta.
Por otro lado, su personaje no es del tipo de personaje que funciona como protagónico. La magia de Jesse radicaba en su mancuerna contrastada con Walter White. Esa diferencia de personalidades entre el genio y un pupilo impertinente y tonto. Dejarlo solo como quien lleve adelante una trama, funciona en lo superficial, que es «escapar de la policía», pero si nos ponemos a ver, Jesse no generó ninguna subtrama interesante en «El Camino» que le diera dimensión a su personaje. Mas bien, utilizaron los flashbacks para explicar algunos baches con apariciones de viejos y queridos personajes de la serie como Mike (Jonathan Banks), Todd (Jesse Plemons), Jane (Krysten Ritter) y el mismo Walter White (Bryan Cranston) al final, para darle valor a esta historia innecesaria.
Y, por cierto, ¿por qué la titularon «El Camino», si el auto El Camino desaparece en el primer acto de la película? ¿Solo por la referencia obvia del camino que debía atravesar para huir de la policía hasta Canadá? Ese título también quedó medio sin fundamento.
Definitivamente, no fue una mala película, pero no me ató para nada a la serie. Pudieron ponerle otro nombre a los personajes y sería cualquier trama sin ninguna originalidad. De momentos, incluso, es hasta lenta y aburrida. Tal vez ha pasado mucho tiempo y ya no sentimos la misma empatía por Jesse. Nos habíamos hecho la idea de que estaría inconsciente en alguna casa abandonada con una aguja en el brazo. Y así lo debieron dejar.
Quienes no la han visto, puede verla por Netflix.
Trailer: