Escrito Por: Enrique Kirchman
***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***
La película surcoreana «Gisaengchung» o «Parasite» (en inglés) es definitivamente lo mejor de 2019 y de lo que he visto en mucho tiempo. Lamentablemente, hice mi lista de las 50 mejores películas de la última década antes de verla y no la incluí, pero definitivamente debe estar en el top 10. Es tan buena, que estoy seguro que Hollywood no demorará en comprar los derechos para hacer su propia versión (inferior), tal como lo hicieron con la canadiense «La Grande Séduction» (2003), la española «Rec» (2007), la argentina «El Secreto De Sus Ojos» (2009) y la francesa «Intouchables» (2011), por mencionar solo algunos ejemplos. De hecho, HBO ya está en conversaciones con el director y guionista de la película, Bong Joon Ho, y con el productor de la serie «Successions» (recomendadísima, por cierto), Adam McKay, para hacer una miniserie basada «Parasite», aunque aún no se sabe si será un remake o si contará una nueva historia. Ya veremos más adelante.
Retomando la crítica, desde mi punto de vista de interés —el narrativo—, puedo decir que es extraordinario lo que Bong Joon Ho logró hacer con la estructura dramática. Por un lado, la habilidad en lograr ese híbrido de géneros, entre los que se encuentra la comedia negra, el suspenso, el misterio y el drama; sin acentuar uno ni otro, sino que produciendo transiciones lógicas, naturales e imperceptibles entre un tono narrativo y otro, apoyándose en los puntos de inflexión de la trama, para hacernos un tour empático que al final nos lleva a apoyar emocionalmente a una familia descarada, abusiva y, posteriormente, a un hombre asesino. Por otro lado, el formidable uso de las barreras, complicaciones y reveses en el guion, lo cual potencia el factor sorpresa y el suspenso en su máximo nivel, sacando reacciones genuinas en el espectador con cada punto de giro.
Bong Joon Ho vuelve a retomar temas recurrentes en sus obras, como el concepto de familia que abordó en la película fantástica «The Host» (2006) y la diferencia de clases sociales que dejó muy marcada en la original historia «Snowpiercer» (2013). Y la verdad es que según quién la vea, se pueden sacar muchas lecturas sociales de «Parasite»:
- El nivel inhumano en el que viven algunas familias de bajos recursos (mundialmente), como le pasaba a la familia de Ki-Taek, que vivía en un subsuelo donde además corrían el riesgo de sufrir inundaciones, como efectivamente les pasó.
- El desempleo.
- La mentalidad del juega vivo versus ganarse la vida honradamente.
- La brecha abismal entre clases sociales.
- La falta de apoyo e incentivo de los gobiernos a los atletas y al deporte: si observaron en la casa de Ki-Taek, la madre solía ser atleta ganadora de premios, y ahora parecía estar en el olvido.
- Por otro lado, hay quienes verán la unión familiar y el trabajo en equipo representado en esta familia de bajos recursos, versus los de clase alta, que parecían estar cada uno en su propio mundo, aislados unos de otros.
- La vergüenza de afrontar el día a día como en realidad somos, expuestos a la humillación.
En fin, hay muchísimos aspectos más que se podrían extraer de esta película y que, entre carcajadas y momentos impactantes, nos llevarán a la reflexión. Aunque, el espectador parece tomar partido por la familia de Ki-Taek, el relato nos muestra claramente ambas familias, ambas situaciones, ambas perspectivas, y somos nosotros, según nuestro pensamiento y nuestras vivencias cotidianas, que nos vamos inclinando por apoyar a aquellos con los que nos sentimos más identificados de alguna u otra forma. ¿Merecía la familia Park semejante abuso y tragedia? ¿Son los actos de la familia Kim justificados? Hay pequeñas cosas que nos llevan a rechazar a los Park: por ejemplo, el hecho de que se burlen de cómo huele Ki-Taek, momento que hace que este se dé cuenta que, a pesar de todo sus esfuerzos, no pertenece a la vida ostentosa de los Park. Su mal olor era simbolismo de su clase social. Y eso fue lo que detonó su ira y lo empujó a cometer el asesinato al final.
También se puede ver desde el punto de vista Estado vs. Sociedad. La familia Kim e, incluso, la antigua ama de llaves Moon y su esposo al que mantenía escondido en un sótano de la mansión de los Park, son un claro ejemplo de la forma en que la sociedad a veces se pega de los recursos del Estado (los dichosos subsidios), cual rémoras o sanguijuelas, para vivir, prácticamente, de forma gratuita, eludiendo deberes que todo ciudadano tiene: el pago de impuestos, por ejemplo. Los Kim son un claro ejemplo del nepotismo y las botellas de los gobiernos, que tiene personas no idóneas en sus planillas, respecto al trabajo que debieran realmente desempeñar. En otras palabras, «Parasite» es todo lo que está mal en la sociedad mundial: desde lo que funciona mal en el seno familiar, hasta en los colegios y universidades (como el caso reciente de las celebridades que pagaban altas sumas de dinero para que sus hijos ingresaran sin mucho esfuerzo a renombradas universidades de Estados Unidos), en el trabajo, en el Gobierno, en el sistema de salud, etc., etc., etc.
De todas las posibles películas que tentativamente pueden estar nominadas a los premios Oscar como lo mejor del año (los nominados se anunciarán el 13 de enero de 2020) —«Joker», «Marriage Story», «The Two Popes», «Once Upon A Time… In Hollywood», «The Irishman» y «1917» (siendo esta última la única que no he visto y que pareciera ser la mayor competencia)— «Parasite» es la única que en realidad reúne todos los elementos para salir victoriosa, no solo como la Mejor Película En Idioma Extanjero, sino como la Mejor Película del Año. A nivel actoral, todo el elenco fue fantástico. La química entre la familia Kim, cuando estaban los cuatro juntos, fluía de forma natural y dinámica, casi como si fuera improvisado, cada uno con una característica psicológica particular. El actor Kang-Ho Song, quien interpretó al padre Ki-Taek, debe ser reconocido con una nominación como Mejor Actor, ya que su performance fue de lo mejor de la película, de la mano con Hye-jin Jang, que hizo el papel de su esposa, y Woo-sik Choi y So-dam Park, quienes hicieron un increíble trabajo como los hijos.
Desde el punto de vista fotográfico, la imagen es prolija y bien cuidada. Hay composición, una imagen en todo momento balanceada, sin planos azarosos ni movimientos erráticos. Todo está pensado de forma matemáticamente exacta. Sin duda, una joya del cine, que pasará a la historia como uno de los grandes aportes de Corea del Sur al arte cinematográfico mundial.
Termino el artículo, contando mi experiencia en la sala de cine en Panamá. Primeramente, me sorprendió que hayan traído la película a salas comerciales y, aunque la fueron sacando de algunos cines rápidamente, no imaginé ver tanta gente en la tanda de 9:00 p.m. Desde adolescentes, hasta familias y gente solitaria, asistieron a verla como si de «Star Wars» se tratara, y eso nos da pie a pensar que Panamá está entrenando su ojo, que estamos cada vez más abiertos a otro cine que no sea el hollywoodense y que Cinépolis, Cinemark y el resto de exhibidores deben seguir apostando a este tipo de películas. Creo que al ver que se llenaban las pocas salas en que la dejaron, se dieron cuenta del error que habían cometido de retirarla de otros lados. La verdad es que no solo se llenó, sino que la gente la disfrutó. ¡Bravo! Ahora falta que los realizadores panameños reflexionemos acerca del nivel narrativo y cinematográfico de estas películas que compiten para lo Mejor del Cine en Idioma Extranjero en los Oscar y festivales importantes, y nos preguntemos: ¿Estamos nosotros dando el 100% en nuestras producciones nacionales? ¿Estamos a ese nivel de competencia? Tenemos que seguir puliéndonos, autocriticándonos (constructivamente), autoanalizándonos, ver más cine, escudriañar historias… esos son los estándares a los que debemos apuntar.
Trailer:
Eres un escritor de primera categoría👌
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