Escrito Por: Enrique Kirchman
***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***
He vuelto después de unos meses alejado de las críticas cinematográficas, esta vez, con el análisis fílmico de «1917», que si bien la había visto antes de las premiaciones de los Oscar, no había tenido el tiempo de escribir el artículo hasta ahora que la vi por segunda vez y quedé igualmente deslumbrado.
Coescrita y dirigida por Sam Mendes, quien ganó el máximo galardón como director por «American Beauty» (1999), además de haber dirigido las dos últimas películas de James Bond —«Skyfall» (2012) y «Spectre» (2015)—, y protagonizada por el talento emergente George Mackay («Pride» y «Captain Fantastic»), «1917» es un drama bélico que no presenta mayor complejidad en su historia. Su trama es bastante simple con una estructura dramática clara, casi que ejemplar para dictar clases de guion.
A través de un inicial plano cerrado nos muestran a dos soldados, Blake (interpretado por Dean-Charles Chapman) y Schofield (MacKay), tomando un descanso en una llanura, hasta que aparece un sargento en medio plano ordenándole a Blake que elija a un soldado, tome su equipo y lo siga. En un plano secuencia que se va abriendo de un plano medio de los soldados descansando a un plano general a medida que ambos caminan hacia donde les indica el sargento, nos van ubicando en el espacio (ya nos indicaron la temporalidad en la primera toma, a través de códigos gráficos, con la fecha 6 de abril de 1917), en lo que parece ser un campamento bélico. La conversación de ambos personajes en su caminata nos deja claro que además de compartir una guerra, también son amigos. Y a pesar de que desde el principio pensamos que Blake es el protagonista, porque el sargento se dirigió inicialmente a él, enseguida vemos cómo, sutilmente, Schofield lo rebasa y toma un paso siempre por delante de Blake, marcando su protagonismo. Sin embargo, esto no se hace evidente hasta más adelante en la historia.
A los cinco minutos de iniciada la película, se nos presenta el detonante para perturbar la paz de estos dos soldados, con lo que se activa el conflicto. El General Erinmore le indica a Blake que debe ir solo con Schofield a un pueblo llamado Croisille, donde se encuentra un grupo de 1,600 soldados comandados por el General MacKenzie y entregarle una orden directa de suspender el ataque a soldados alemanes que supuestamente se han retirado, ya que caerán en una emboscada. No conforme con que esta misión solo conlleva dos soldados a pie, estos deben hacer el recorrido en un día, para poder llegar antes del amanecer cuando el General MacKenzie planea hacer el ataque. Ese factor tiempo es el que sirve de acelerador de la trama y de nuestras emociones al preguntarnos ¿Logrará Blake y Schofield impedir el ataque a tiempo?
Ambos soldados emprenden su camino, con Schofield siempre por delante, atravesando trincheras hasta llegar a uno de los túneles enemigos, manteniendo el suspenso que supone el riesgo de la supervivencia de ambos soldados. En el minuto 28, el director nos juega una mala pasada, cuando ambos personajes se encuentran en los túneles enemigos y una bomba activada por una rata causa un derrumbe en el que Schofield queda sepultado. ¡Perdimos a Schofield! Sin embargo, este pequeño punto de inflexión se resuelve cuando Blake logra desenterrar a Schofield y lo dirige fuera del túnel. Todavía pensamos, «Blake es nuestro protagonista«, total, a él lo conocemos como el actor que interpretó a Tommen Baratheon en la serie «Game Of Thrones», sin embargo, cerca del minuto 45, con el primer punto de giro, nos damos cuenta que no es así. Un piloto de una nave enemiga se estrella en una granja donde están Blake y Schofield, y estos rescatan al enemigo de una posible muerte por quemaduras. Pero en un descuido, el piloto apuñala a Blake en el estómago y, en breves minutos, este muere. Ahora sabemos: «¡Ah! Schofield es nuestro protagonista«, porque la regla número uno del protagonista es que ESTE NUNCA MUERE hasta después de cumplido su objetivo. Ahora Schofield tiene una mayor complicación: Blake era quien sabía dónde quedaba el pueblo de Croisille, Schofield ahora debe improvisar, además de atravesar todo el camino solo.
Luego de atravesar toda clase de barreras y complicaciones (elementos cruciales en la elaboración de un guion) que impulsan las acciones del protagonista hacia delante, Schofield llega casi que por azar al sitio donde se encuentran los soldados aliados a los que debe entregarle la orden de no atacar. Pero, ya es de mañana y los soldados están a punto de ir al ataque, por lo que el tiempo se acelera y aquí nos encontramos con el segundo punto de giro que nos lleva rápidamente al clímax de la historia cuando Schofield atraviesa un campo de batalla y debe convencer al General MacKenzie de detener el ataque ante la incredulidad de este. En ese momento nos encontramos en el punto más alto de la historia, hasta que finalmente el General lee la carta que le entrega Schofield y da la orden «Mayor, detenga el ataque», con lo que el protagonista, al igual que el espectador, finalmente se relaja porque ha logrado cumplir con su objetivo y, luego, su superobjetivo, que era ubicar al hermano de su amigo Blake, que se encontraba dentro del grupo de soldados al que el acababa de salvarle la vida, para darle la noticia de su muerte.
Con este breve análisis de la estructura dramática podemos ver y entender la simplicidad de la trama: un personaje debe ir del punto A al punto B y sobrevivir frente a un conflicto de sociedad encarnado por un enemigo global durante la Primera Guerra Mundial. A diferencia de otros dramas bélicos, «1917» no tiene ese suspenso generado por constantes ataques y emboscadas entre grupos de soldados, como tal vez sí lo podemos apreciar en películas como «Saving Private Ryan» (1998) y «Dunkirk» (2017); sino que se mantiene en confrontaciones one-on-one que le dan verosimilitud a este personaje que tampoco pretendía ser Rambo.
Sin embargo, en compensación a una trama sencilla y lineal, «1917» se destaca con una fotografía formidable caracterizada especialmente por ese conjunto de planos secuencias tan bien logrados que dan la sensación de que toda la película fuera filmada en un solo plano sin cortes. El director solo parece utilizar, que yo recuerde, una sola elipsis temporal en el momento en que Schofield se enfrenta a tiros con un soldado y pierde el conocimiento, y cuando despierta, ya es de noche. El resto de la película se vale del recurso de la isocronía al igualar el tiempo de la historia con el del relato en cada plano secuencia. O sea, si Blake y Schofield duraban ocho minutos en su recorrido interno por las trincheras, este era el mismo tiempo que duraría Sam Mendes en captar ese desplazamiento de los actores Chapman y MacKay por el decorado.
Además de los planos, muy bien integrados con un set construido para poder desplazar la cámara desde las perspectivas más atractivas, la iluminación también destaca con gran dramatismo al hacer no solo uso de luz natural del sol (en las escenas en trincheras), sino aquella inquietante iluminación con luces bengala en la ciudad en ruinas que tuvo que atravesar Schofield antes de lanzarse al río.
Video – ¿Cómo lograron los planos secuencia en «1917»?
Luego está la dirección de arte en sí y los detalles en el decorado representando esa sensación de decadencia, desolación y muerte, como cuando colocaron el caballo muerto cerca de las trincheras, el perro y las vacas muertas en la granja donde murió Blake, que aunque están en segundo plano le dan ese toque de veracidad de cómo la guerra arrasó con todo, dejando desde una represa con cadáveres de soldados flotando hasta cuerpos putrefactos de animales que nada tenían que ver con la disputa de la humanidad.
Esta gran aventura cinematográfica, me atrevo a decir, que pasará a la posteridad como un verdadero clásico del género bélico, apoyado por el talento en las técnicas de realización, no solo de la fotografía y el arte, sino también en el montaje y la edición de sonido, y también por una excelente interpretación de Mackay, a quien le auguro un futuro próspero en la actuación.
También hicieron breves apariciones Benedict Cumberbatch («Doctor Strange») como el General MacKenzie, Mark Strong («Kingsman: The Secret Service») como el capitán Smith, Richard Madden («Game Of Thrones») como el teniente Blake, Andrew Scott («Pride») como el teniente Leslie y Colin Firth («The King Speech») como el General Erinmore.
Trailer: