Escrito Por: Enrique Kirchman
***Advertencia: Datos Importantes De La Película Son Revelados***
Últimamente me ha resultado muy difícil encontrar en series y películas nuevas en Netflix que en realidad me mantengan compenetrado y enganchado a la trama. Por lo general, empiezo alguna y a los 15 minutos estoy revisando mi celular con la pantalla del televisor en segundo plano. Eso me llevó a hacer una búsqueda un poco más exhaustiva en la plataforma, buscando series y películas fuera de la industria estadounidense, con el objetivo de encontrar historias atractivas, innovadoras y envolventes. Así me topé con «Bienvenue À Marly-Gomont» (2016) —también la pueden encontrar en Netflix como ‘El médico africano‘—, un dramedy basado en la vida del doctor congolés Seyolo Zantoko (interpretado por Marc Zinga) y su lucha por ganarse la simpatía del pueblo Marly-Gomont, en Francia, a donde recurrió, a petición de su alcalde, junto con su esposa Anne (Aïssa Maïga) y sus hijos Kamini (Bayron Lebli) y Sivi (Médina Diarra), para iniciarse formalmente en la medicina, luego de recibirse como médico.
Dirigida por Julien Rambaldi y coescrita por el mismo hijo del Dr. Zantoko, Kamini Zantoko (quien actualmente es cantante de rap), esta producción francesa aborda entre las risas, el drama y alguna que otra lagrimita, una vivencia aleccionadora a un hombre que por querer ganarse la gracia de un pueblo ignorante y, por ende, temeroso, renegó de sus orígenes africanos hasta el punto de avergonzarse del comportamiento de sus familiares.
Al ser africano, esta comunidad al norte de París era tan obtusa que sentía cierta aprensión al dejarse examinar por Zantoko, el único médico del pueblo. Preferían viajar 15 kilómetros hasta el siguiente médico, por temor a que un hombre negro los viera. Pero el reto no fue solo para Zantoko, también lo fue para sus hijos, quienes se sentían como inadaptados en el colegio y para su esposa, que estaba acostumbrada a la buena vida de la ciudad. Cabe recalcar que la familia Zantoko no era una familia de pocos recursos. Sus demás familiares tenían lazos con el entonces dictador de la República del Zaire (ahora República Democrática del Congo), Mobutu Sese Seko, pero Zantoko no quería relación con este, por lo que optó por ese pequeño trabajo en Francia, con el objetivo de obtener la ciudadanía y ejercer posteriormente con una consulta privada en París. Sin embargo, la aceptación del pueblo mantuvo al médico fiel a Marly-Gomont hasta el día de su muerte y en contra de todo pronóstico.
«Bienvenue À Marly-Gomont» es una hermosa historia que seguro los hará reír a carcajadas por los altibajos de la familia Zantoko para adaptarse, pero también los hará llorar al ver cómo esta familia, unida, logra conquistar los corazones de esta pequeña localidad. Es como la historia contraria del excelente dramedy canadiense «La Grande Séduction», en el que era un pueblo el que debía conquistar a un doctor para que no los abandonara.
En cuanto a las actuaciones, la actriz Aïssa Maïga, en el papel de Anne, fue una gran generadora de carcajadas por ser a la que más le costó hacer las paces con el pueblo y encontrarse en las situaciones más jocosas de la trama. Mientras que el actor Marc Zinga nos conmovió con los momentos más dramáticos de la historia, al hacernos empatizar rápidamente con su situación y entender por qué hacía lo que hacía, incluso renegar de su cultura por querer, erróneamente, encajar en un pueblo que no se había dado la oportunidad de conocer su bondad como ser humano.
Una de mis escenas favoritas fue cuando toda la familia Zantoko asistió a la misa del pueblo en Navidad y convirtieron el canto de Noche de Paz en un góspel africano de lo más divertido, que dejó entrever, brevemente, esa alegría y energía de la cultura africana, que contrastaba inevitablemente con la actitud más rígida de los pueblerinos. Sin duda, una gran recomendación para pasar un buen rato y también reflexionar.
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