El viernes 30 de septiembre y sábado 1 de octubre se llevó a cabo, por primera vez , el Panama Fashion Film Festival (PAFFF), una apuesta al híbrido entre moda y cine que en realidad nunca han estado separados; la diferencia es que en este caso, los atuendos son el significante estrella de las obras cinematográficas proyectadas. Tuve la oportunidad de asistir en su segundo día, gracias a la cordial invitación de Elías Jiménez, de Socialité, y pude observar en calidad de espectador y crítico, algunos de los cortos publicitarios y fashion shorts, nacionales e internacionales, que lograron pasar el escrutinio para esta primera edición del festival.
Primeramente, debo aclarar que yo no soy, en lo absoluto, un referente de moda, mas mi formación profesional me da licencia para escudriñar entre lo bueno y lo malo de las obras elegidas, además de que he podido ver cortos y producciones audiovisuales de igual formato, como campañas de Chanel dirigidas por Karl Lagerfeld, que aunque resulta una vara muy alta de medición, creo que es un buen ejemplo aspiracional.
Dicho esto, también debo aclarar que fui al festival sin ninguna expectativa. No sabía qué iba a ver, ni siquiera había visto la programación. No tenía idea de si vería un largometraje, tipo «The Devil Wears Prada» (2006) de David Frankel o «Coco Avant Chanel» (2009) de Anne Fontaine o «Yves Saint Laurent» (2014) de Jalil Lespert o «Personal Shopper» (2016) de Olivier Assayas —que en realidad no hubieran sido mala idea, y se podría tener en cuenta para proyectar en futuras ediciones como una retrospectiva de la moda—, o si vería una serie de cortos publicitarios y videoartes, como efectivamente resultó ser. Fui a ciegas, con el único propósito de conocer los nuevos emprendimientos panameños en cine, que es lo que al final me interesa.
Llegué al teatro Ateneo de Ciudad del Saber, a las 7:05 p.m., acompañado de tres amistades, con el propósito de tener una media hora de anticipación para ubicarnos en los asientos, ya que las proyecciones empezaban a las 7:30 p.m. En mi experiencia asistiendo a distintos eventos internacionales de moda —como la exposición fotográfica «Little Black Jacket» de Karl Lagerfeld/Chanel en Sao Paulo, el desfile de la colección 2013 de Ermenegildo Zegna en Milán, la histórica pasarela de la colección crucero 2016 de Chanel en el Paseo del Prado de La Habana, Cuba, y el último desfile de la colección femenina de otoño 2016 de Tommy Hilfiger junto a Gigi Hadid en Nueva York, entre otros—, me esperaba ver una pasarela urbana con el estilo distintivo de cada quien, entre los espectadores del festival; sin embargo, fueron muy pocos (entre esos me incluyo) los que decidieron romper el molde y acompañar el evento con ese toque «chic» que lo debería caracterizar por sus asistentes. En otras palabras, ¿dónde estaba la gente fashion de Panamá en el Fashion Film Festival? Estoy seguro que en otra ciudad hubiera sido un despliegue de personajes con ropas llamativas —unas envidiables, otras casi que disfraces— que al final marcan un sello de personalidad, tal cual como lo pude apreciar hace pocas semanas en la ciudad de Nueva York durante el NYFW. ¡Sí, sí! Ya sé que no es equitativo comparar una de las capitales de la moda con nuestra ciudad, pero lo traigo a colación para referirme al trabajo arduo y la gran apuesta que representa el Panama Fashion Film Festival; tal cual lo fue el IFF Panama cuando empezó hace cinco años, un festival por el que nadie apostaba por la poca cultura cinematográfica de la época, pero que ahora se ha convertido en uno de los más importantes de Latinoamérica.
Los organizadores Marie Claire Fontaine de Bueno y Elías Jiménez (también organizadores del Mercedes-Benz Fashion Week Panama, que se celebra del 13 al 15 de octubre en Atlapa) tienen un gran reto en los próximos años, y es conseguir posicionar este festival en la mente de los embajadores de moda, fashion bloggers, cineastas, publicistas, creativos, diseñadores, editores de revistas y artistas en general, locales y extranjeros, que vean en el PAFFF un trampolín de productos cinematográficos y moda.
El Ateneo estaba lleno. Una desafortunada demora para entrar al teatro casi que nos hace desistir. Hacía calor, el lounge en el exterior era muy pequeño para tanta gente (por cierto, aplausos para Omar Ledezma Ducruet y todo su equipo por las fotografías que exhibió en el lounge), por lo que nos tocó estar de pie poco más de una hora, hasta que abrieron una sola puerta de ingreso al teatro (de cuatro que creo que tiene) para poder controlar la boletería (aunque hubieran podido ser dos personas en dos puertas distintas), que evidentemente ocasionaron una aglomeración y arbitraria entrada en forma de embudo. Afortunadamente, el Ateneo tiene un muy buen acondicionamiento de aire y suficientes asientos, por lo que después pudimos ubicarnos fácil y cómodamente.
La selección de cortos.
La proyección abrió con el corto documental estadounidense «Retro Couture», dirigido por Christopher Rapalo, que habla de la industria de la moda en Miami según cinco pioneros de la ciudad. A nivel narrativo, el documental es angustiante. Empezó con una imagen de archivo de un backstage y desfile en Miami de los años 60, que estéticamente cautiva la atención, pero luego pasa a una serie de entrevistas que no se apoyan en nada en lo visual. Daba lo mismo cerrar los ojos y escuchar lo que decían los entrevistados, porque el documental no recurre a la imagen para avanzar en la narrativa. Las escenas de las entrevistas eran extremadamente largas y los testimonios eran repetitivos y redundantes. No había dinamismo para pasar de un entrevistado a otro, por lo que el mayor fallo fue su trabajo de montaje. A parte de que no parecía haber un objetivo. El hecho de que sea un documental, no significa que la narración no deba tener objetivo. ¿Qué me querían contar? La moda en Miami… ¿Qué hay con la moda en Miami? No hubo una muestra de su evolución como tal, solo cinco personas que hablaron con decorados de fondo enchecherados que tampoco aportaban a la trama. La verdad que para ser un corto, el manejo de los tiempos y ritmo interno fue muy pobre, lo cual derivaba en el aburrimiento.
Luego pasamos a ver dos excelentes cortometrajes de la marca española Bibi Lou, dirigidos por Victor Claramunt. Estos eran «Breaking Rules» y «Empathy», los cuales contaban con un extremo cuidado de la fotografía, desde sus encuadres y composición artística, hasta la iluminación, con un gran apoyo en decorados atractivos, coloridos, haciendo su evidente énfasis en la moda, pero con una historia contada de manera clara, que me recordaron un poco a la estética y personajes de Wes Anderson en películas como «Moonrise Kingdom» o «The Royal Tenenbaums». Definitivamente lo mejor de la noche.
Corto – «Breaking Rules»:
Luego pasamos a «Places, Antony Morato», con una buena propuesta estética al buscar una imagen y colorimetría vintage, pero en la cual personalmente hubiera omitido la voz en off. Los planos son interesantes, se percibe un ritmo interno y externo acorde, casi que métrico con la musicalización, con una buena selección de locaciones, pero definitivamente la voz en off mata ese fashion feeling artístico (un término que me acabo de inventar). No hacía falta el diálogo, el montaje lo hizo todo.
Corto – «Places, Antony Morato»
Otro de los cortos que llamó mi atención fue el español «Somos Ganado» («We Are Cattle»)de J. J. Torres, que se apoya en el género grotesco con imágenes de carniceros machacando cerdos y una mujer sangrienta al final, cuya escena inicial me recuerda a la insuperable película francesa «Delicatessen» de Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro. El corto inicia con una buena propuesta, pero luego me molestan sus planos y la iluminación, con los cuales se pierde el protagonismo de los atuendos.
Corto – «Somos Ganado»/»We Are Cattle»:
«The Myth Of Us» puede estar dentro de las mejores propuestas que vi también. Fue uno de los pocos con un trabajo de vestuario, maquillaje y peinado que en realidad representó dedicación y no un plano secundario. Además, se notaba un contraste entre los personajes con las locaciones ruinosas, que acentuaba y le daba protagonismo a la moda. Otro que estuvo en ese mismo nivel fue «Seres Visibles» de Frau Lamb y Jorge Andrés Rojas, que dejó ver una propuesta artística agradable y muy ligada al videoarte de la moda, a pesar de que no era necesariamente narrativa.
«Circus Glam II» me dio la impresión de un comercial de Estampa con un bajo presupuesto de producción, de formato y calidad de imagen, y de decorados. Así hubo varios cuya presentación a nivel soporte digital no se veían de calidad, lo que indican que el festival debe hacer hincapie en la calidad de video y formato en que se entreguen las propuestas a exhibir (no sé si lo habrán hecho, supongo que sí).
El que me dejó un leve sin sabor fue «Perfection Is A Fake Construct», producido por Risk Studios, un corto que apela a una estética futurista de la moda, tipo una combinación fallida de «The Fifth Element», «Star Wars», «Mad Max: Fury Road» y «The Matrix», que además denota la inexperiencia en la fotografía, con una puesta de luz muy pobre, encuadres poco atractivos y personajes carentes de originalidad y protagonismo.
Trailer – Corto «Perfection Is A Fake Construct»:
La verdad es que el Panama Fashion Film Festival, como todo inicio, se basa en el experimento, el ensayo y error. La idea es excelente, porque de hecho estos festivales se hacen en España, México y otros países. Pero debe subir la vara de medición, fomentar la competencia y el esfuerzo para que, como dije antes, sea este un trampolín de futuros cineastas o directores creativos, al igual que de diseñadores independientes y marcas. Marie Claire y Elías tienen mis felicitaciones por asumir el reto e ir acercando poco a poco a Panamá en ese otro ámbito, a veces no tan culturalmente adaptado, como lo es la moda. Definitivamente, aunque como dije, no soy referente, en Panamá estamos encasillados en cine y moda en cosas muy populares, tradicionales y que nos producen confort; creo que ya podemos ir rompiendo el molde, y esa es la labor del PAFFF.
Respecto a los realizadores, parece que la tendencia es representar la moda en el cine a través de la abstracción y el surrealismo, ambientada con derivaciones de la música electrónica y el sinsentido. En cambio, al ver en Youtube fashion short films como «Reincarnation» de Chanel o «L’Invitation Au Voyage» de Louis Vuitton, veo surrealismo, sí, pero hay una historia, arte, una idea cinematográfica clara, una propuesta estética. Uno empatiza con los personajes y, por ende, con la moda que representan.
«Reincarnation» de Chanel (Dirigido por Karl Lagerfeld):
Escrito Por: Enrique Kirchman