Escrito Por: Enrique Kirchman
Creo que la franquicia jurásica debe aceptar que lo innovador de sus películas empezó y terminó con la primera versión, «Jurassic Park», que dirigió Steven Spielberg y se estrenó 1993… Si acaso su secuela de 1997, «The Lost World: Jurassic Park» —también dirigida por Spielberg— pudo tener algo de atractivo, pero de ahí en adelante, lo único que han hecho es empañar lo que en la década de los 90 fue todo un fenómeno en cuanto a efectos visuales y sonoros, así como en una trama muy bien construida, con personajes fascinantes.
Como gran admirador de Chris Pratt, quien se ha posicionado como un héroe de acción emergente que supo convencernos y cautivarnos con «Guardians Of The Galaxy» y, recientemente, con «Avengers: Infinity War» (ya que «Guardians Of The Galaxy Vol. 2» me pareció narrativamente aburrida y rebuscada), tenía muy buenas expectativas respecto al relanzamiento de esta saga de dinosaurios y que Pratt pudiera darle el empuje que necesitaba para atrapar a una nueva generación de espectadores. Sin embargo, el problema no es Pratt, quien mantiene ese humor que lo ha llevado con éxito a cotizarse como actor, sino que el guion simplemente no lo acompañó en «Jurassic World» (2015) ni en su secuela «Jurassic World: Fallen Kingdom», que se estrenó hace poco.
El problema de esta franquicia es que lo que tenía que deslumbrarnos ya nos deslumbró en 1993. Esos efectos especiales que nos llevaban a pensar que efectivamente los personajes estaban interactuando con dinosaurios reales, nos dejaron boquiabiertos con la primera película, entonces, el único camino era ir mejorando la historia con cada secuela, traspasando tal vez la aventura de huir de unos incontrolables dinosaurios a un drama/acción que enfatizara en lo que estos animales representarían para la humanidad si existieran en nuestro presente. Pero lo que ha sucedido es que han repetido la misma historia una y otra vez, solo cambiando los personajes, y cada tanto, trayendo a alguno del pasado.
«Jurassic World» empezó con la intención de reanudar el parque de diversiones, tal cual como fue «Jurassic Park», para luego mostrarnos cómo toda la idea vuelve a desmoronarse y caer en un nuevo, pero bastante similar, caos. En «Jurassic World: Fallen Kingdom», Claire (interpretada por Bryce Dallas Howard) recluta a Owen (Pratt) para que viajen a la isla y salven a la mayor cantidad de especies de dinosaurios antes de que mueran por la erupción de un volcán, todo por petición del millonario filántropo Benjamin Lockwood (interpretado por James Cromwell). Pero cuando llegan a la isla, el grupo de cazadores mercenarios que los acompañaron tenían otra misión: capturar los dinosaurios para venderlos al mejor postor en una subasta, por petición del asistente de Lockwood, Eli Mills. Algo muy parecido sucedió en «The Lost World: Jurassic Park» (la secuela de «Jurassic Park» que se estrenó en 1997), en la que los personajes interpretados por Jeff Goldblum y Julianne Moore fueron a la isla para estudiar a los dinosaurios, mientras que un grupo de cazadores tenían la misión de capturar los dinosaurios para exhibirlos en un futuro parque que haría el sobrino de John Hammond, Peter Ludlow, quien había destituido a su tío para hacerse de su empresa InGen.
En resumidas cuentas, la franquicia ha reciclado tramas y personajes, solo que le ha cambiado los nombres. Siempre está el villano intelectual (Peter Ludlow en «The Lost World» y Eli Mills en «Fallen Kingdom»), que tiene el poder económico y la última palabra; luego está el villano ejecutor (Roland Tembo en «The Lost World» y Ken Wheatley en «Fallen Kingdom»), que recae en la figura de los cazadores mercenarios; y luego el típico desalmado, malicioso y cobarde (Dieter en «The Lost World» y el Dr. Wu en «Fallen Kingdom»)… Y, por lo general, estos tres tipos de personajes mueren violentamente en el desenlace. Se repiten casi que en todas las películas de la saga, y lo que hace falta es crear un villano más implacable, que perdure por dos o tres películas, y que en realidad represente una amenaza para los personajes principales. Por el contrario, lo que sucede siempre es que todos los villanos mueren, y siguen reemplazándolos por personajes con motivaciones y características iguales.
Hay que admitir que «Jurassic World: Fallen Kingdom» mejora en su forma de mantener el suspenso, ya que prácticamente desde el inicio hay momentos de alta tensión y buen ritmo escénico, el problema es que la trama se torna cada vez más absurda. Por si no fuera suficiente la ficción de que existan dinosaurios en pleno siglo XXI, los escritores le añaden el factor de convertirlos en armas de guerras para venderlos a personas de gran poder en el mundo. Y más allá de eso, la trama que era originalmente de dinosaurios, empieza a experimentar ahora con clonaciones humanas, al crear el supuesto «factor sorpresa» de que la nieta del millonario Lockwood, es en realidad su hija, que él clonó cuando la verdadera hija murió. O sea que la trama tomó otro camino en el que estoy seguro que querrán ahondar en una siguiente película, que en mi opinión no deberían hacer.
Ya no hay una trama que explotar con esta idea de dinosaurios habitando entre nosotros. Para explotarla habría que hacer un remake a través del cual empiecen de cero la historia y construyan una nueva línea de acción con una saga bien estructurada y personajes protagonistas y antagonistas que tengan un rol pensado a lo largo de varias películas, sin embargo, un remake a estas alturas tampoco es una opción atractiva comercialmente. Sin lugar a dudas, esta última entrega no logra deslumbrarnos, solo intenta atrapar al público juvenil e infantil (con todo y sus escenas algo violentas) con más de lo mismo… Y parece estar dándole resultado, ya que en taquilla se encuentra en la posición 18 de las películas más vistas de la historia, con una recaudación de $1,134 millones a nivel mundial.
Trailer:
2 comentarios en “{Crítica} «Jurassic World: Fallen Kingdom»: ¡Sin Novedades Narrativas!”