Primera Temporada De «Runaways»: Supongo Que Marvel No Es Perfecto


Foto: Rhenzy Feliz (Alex), Lyrica Okano (Nico), Allegra Acosta (Molly), Virginia Gardner (Karolina), Ariela Barer (Gert) y Gregg Sulkin (Chase) en una escena de «Runaways».

Escrito Por: Enrique Kirchman

***Advertencia: Datos Importantes De La Serie Son Revelados***

Recientemente me percaté de que la primera temporada de «Runaways» —una serie original de Hulu— está disponible para verse en Netflix y, por tener el sello Marvel, me sentí atraído por descubrir este nuevo universo de superhéroes. Creo que a muchos nos ha pasado que, luego de hacernos adictos a la saga de los Vengadores en el cine y de ver el éxito que ha tenido en televisión «Agents Of S.H.I.E.L.D.» y las series streaming de Netflix: «Daredevil», «Jessica Jones», «Luke Cage» y «The Defenders»«Iron Fist» no la incluyo, porque me pareció pésima—, cada vez que vemos que hay un nuevo producto Marvel, corremos a verlo con la esperanza de que se convierta en otra favorita de la lista. Bueno, en mi caso, «Runaways» no corrió con la misma suerte, ya que fue una gran decepción en muchos sentidos.

Y sí, estoy de acuerdo con que no soy el target de esta serie que está evidentemente dirigida a un público adolescente menor de 16 años, pero es que aún así me parece un insulto al intelecto de chicos que buscan tramas tan complejas como las que le ofrecen los Vengadores en el cine.

Foto: Brittany Ishibashi interpreta a Tina Minoru.

En «Runaways» todo está mal. Narrativamente es un gran cliché de los típicos chicos inadaptados del colegio, con los estereotipos de los nerds, el deportista, la gótica, la chica linda, etc., que terminan uniéndose, con todas sus diferencias, por un bien común. Por otro lado, a pesar de que la premisa sobre chicos héroes que descubren sus poderes y habilidades a la misma vez que desenmascaran a sus padres villanos suena muy atractiva y envolvente, al final no es tan así. Es un solo villano que engatusó al resto. Y por si fuera poco, el relato es muy confuso desde el guion. Nos presentan pedazos de la información que en lugar de generar suspenso, generan confusión y desespero. La línea de acción principal —que es descubrir lo que los padres hacen en sus sesiones secretas— se ve truncada con líneas de relación o subtramas bastante tontas como las constantes discusiones entre padres e hijos y los enamoramientos entre los personajes adolescentes: Alex y Nico, Chase y Karolina, Karolina y Nico, y luego Chase y Gert. Sin dejar de lado que hay una intención casi forzada de insertar una relación homosexual, entre dos chicas (Karolina y Nico), que casi no tiene fundamento a lo largo de los 10 episodios de la temporada. No tengo nada en contra de que incluya personajes homosexuales en la serie, lo que me parece de mal gusto es que lo fuercen con la sola intención de atraer a un público LGBTI, con una trama sin bases.

La trama principal está tan dispersa y débil, que el hecho de que los chicos tengan poderes casi que pasa a un tercer plano, nadie le presta especial atención ni existe una explicación coherente de por qué hay quienes tienen poderes.

Foto: Gregg Sulking interpreta a Chase.

Honestamente, no hay ningún personaje ancla con el que el público pueda llegar a empatizar. Tal vez, el que produce especial atención es Chase, no solo por ser el chico apuesto de la serie, sino por esa relación de maltrato intrafamiliar que sufre de parte de un padre abusivo. A propósito de la familia, hay que reconocer que ese es el mayor acierto de la serie, el hecho de explorar distintas relaciones entre padres e hijos, desde la rebeldía adolescente, el manejo del luto, la falta de comunicación, la desconfianza, las infidelidades y cómo afectan a los hijos, el divorcio, la violencia doméstica, entre otros aspectos que de alguna u otra forma abordan en detalle y con especial importancia.

Foto: Julian McMahon interpreta al villano Jonah.

La serie cuenta con aceptables efectos especiales y visuales, pero aún así, no terminan de envolvernos en ese universo diegético. Por si fuera poco, las actuaciones dejan mucho que desear. Incluso la de Julian McMahon, como el villano Jonah, quien en su momento nos cautivó en el drama quirúrgico «Nip/Tuck», pero en esta serie no logra destacarse. La serie tiene un tratamiento de telenovela, como si se tratara de «Days Of Our Lives» en un mundo de superhéroes. El manejo de la intriga, el suspenso, las complicaciones y los puntos de giro tienen una acentuación melodramática, completamente alejada de la de un cómic. Si acaso, los personajes más atractivos, para mi gusto, son los padres de Gert —Stacey y Dale Yorkes—, cuyas actuaciones se ven más naturales, con una perceptible química en cada escena.

Sinceramente, no me dan ganas de ver la segunda temporada que se estrenó con 13 episodios el año pasado por Hulu, y aunque hay rumores de una tercera, yo le auguro una pronta cancelación definitiva.

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