Indiscutiblemente, la serie británica «Downton Abbey» es una excelente producción televisiva que resalta su costoso presupuesto, episodio tras episodio (tal vez ese es el motivo por el cual solo sean nueve por temporada), en el cual destaca su dirección de arte, tanto por las locaciones y decorados, como por los vestuarios y maquillajes de los personajes. Su trama ha sido cuidadosamente hilada desde el inicio, entrelazando momentos históricos importantes que empezaron por el hundimiento del Titanic, atravesando por la Primera Guerra Mundial, hasta llegar a detalles más sociales como los primeros indicios de liberación femenina. Tiene intriga, suspenso, humor y, por supuesto, mucho drama (y melodrama), pero en esta quinta temporada me parece que se han quedado dando vueltas alrededor de los mismos tópicos, repitiendo situaciones (tanto arriba como abajo del castillo de Downton) que se hacen un poco cansonas al espectador, además de utilizar como principales líneas de acción, aspectos tan poco interesantes, que podrían ser terciarios en la trama. Parece que la ausencia de Matthew Crawley, Lady Sybil y la señora O’Brien sí mermó, después de todo. Porque los guionistas han tenido que echar para atrás, para poder arrancar nuevamente con las tramas de sus personajes principales. Veamos de qué manera el guion ha ido decayendo.
1. La liberación femenina ha desembocado en la promiscuidad de Lady Mary.
Antes de unirse en matrimonio a Matthew, Lady Mary siempre estuvo en busca del mejor prospecto para ser su marido, pero parece que luego de la repentina muerte de su esposo, no pasó mucho tiempo cuando ya estaba en miras de su reemplazo. En esta quinta temporada la hemos visto aceptar propuestas indecentes de Tony Gillingham, coquetear con Charles Blake y, sin duda alguna, se solidificará una relación con Henry Talbot, quien apareció en el episodio nueve de final de temporada (y especial de Navidad), cuyo personaje fue interpretado por Matthew Goode; un excelente actor que no fue debidamente aprovechado en este episodio. En definitiva, los amores de Mary y sus indecisiones se han tornado un poco molestas para ver en pantalla, y creo que es hora que el personaje lo adornen con otros atributos más que basar su vida solo en elegir a su próximo pretendiente. A parte de que ya aparenta ser una refinada b*tch.
2. No se puede concentrar la mala suerte en los mismos personajes.
Desde el inicio de la serie sabemos quiénes son los mártires de la historia y quienes son los ganadores. Lady Mary, Robert Crawley y su madre Violet, por lo general son siempre vencedores, por más problemas y situaciones vergonzosas en las que se vean involucrados. Sin embargo, hay un puñado de personajes a los que parece que siempre les persigue la tragedia, y esto se vuelve también cansón para el espectador. De vez en cuando hay que darles un respiro. Me refiero, por un lado, a Lady Edith, quien parece que por cada tres pretendientes que gana su hermana, ella pierde uno. Nunca encuentra el amor, parece siempre estar triste y amargada, envuelta en una tragedia. En esta temporada tuvo una leve alegría al poder recuperar a su hija, a quien había dado en adopción a una familia de granjeros, sin embargo, siempre vive con la condena de no poder gritar a los cuatro vientos de que esa es su hija; ni siquiera a su familia. Por otro lado tenemos a Anna y Bates, quienes desde el inicio parecen estar destinados a nunca estar juntos. Aún cuando se casaron contra viento y marea, la prisión y las sospechas de asesinato siguen rondándolos: antes era Bates, por supuestamente asesinar a su exmujer, ahora es a Anna, por supuestamente haber asesinado a su violador. Es un deja vu en cada temporada.
3. ¿Cuál es el propósito de Barrow?
Otro elemento recurrente en cada temporada es la maldad de Barrow pero, ¿por qué? ¿Qué es lo que quiere Barrow? ¿Es envidia que le tiene a quienes sí han encontrado el amor? ¿Es envidia profesional? Está justificada la maldad, si lo que desea es seguir escalando posiciones dentro de Downton, pero sabemos que no va a pasar más de allí, al menos que se muera Carson, entonces, ¿por qué insiste en hacerle la vida de cuadritos a Anna, Bates y Baxter? Sabemos que Barrow tiene ciertas represiones por su homosexualidad un tanto oculta, pero que en el fondo no es una mala persona. Lo hemos visto ayudar a varios de sus compañeros, por lo que considero que ya le saquen ese rol de villano sin causa, y le agreguen otra motivación a su personaje (un novio, tal vez).
4. Hacen de lo cotidiano una línea de acción principal.
En temporadas pasadas, la trama tenía como línea principal historias de mayor relevancia, como el peligro de perder Downton, los estragos de la Primera Guerra Mundial o el encarcelamiento de Bates. En esta quinta temporada, por el contrario, siento que se han quedado atrapados en nimiedades y aspectos mucho más «telenovelescos». Por ejemplo: Lady Mary no sabe si tener sexo o no con Tony, Robert se siente mal porque el pueblo ha elegido a Carson para que presida la construcción de un monumento, Violet contrata una nueva sirvienta que no se lleva bien con su mayordomo, Cora se entera que Edith tiene una hija, Violet recibe una propuesta amorosa de un príncipe ruso, Tom empieza una amistad con una profesora que siempre tiene algo que decir, entre otras cosas. No hubo en realidad un hilo conductor desde el episodio 1 hasta el 9, que nos mantuviera con ganas de seguir viendo hasta lo último.
5. Este fue el peor final de temporada.
Hasta ahora, creo que lo que más me había gustado de los finales de temporada es que invitaban a grandes actores como Shirley MacLaine y Paul Giamatti, que le agregaban un extra de diversión, buena actuación y drama. En este final de temporada, el invitado especial fue Matthew Goode, que como ya dije es un excelente actor, pero su aparición fue casi secundaria, aunque dieron pie a que podría volver en la sexta. Más allá de eso, esta temporada no tuvo un final que nos dejara con ganas de ver la siguiente. Fue un especial de Navidad soso, que se basó en la sirvienta Denker que no sabe cocinar y debe buscar ayuda de Daisy para impresionar a Violet y su mayordomo que le hace bullying; una amante misteriosa y un hijo bastardo de Lord Sinderby que se aparecen sin previo aviso en una fiesta privada de la familia; un día de cacería en el que no pasó nada; la despedida de Tom que se va con su hija a Boston y la venganza de los Crawley del grosero mayordomo de Lord Sinderby. No hubo nada concluyente, salvo que se pudo comprobar que Bates no mató al violador de Anna y que Anna fue liberada, y que Robert y Tom apoyaron a Edith en su decisión de adoptar de vuelta a su hija Marigold. Por lo demás, no me quedó ningún enganche que me haga querer seguir viendo la próxima temporada.
Se puede decir que lo único conmovedor de este noveno episodio y que en realidad fue gratificante ver, fue cuando Carson le propone matrimonio (con extrema caballerosidad) a la señora Hughes, quien temía envejecer pobre y sola. Esa escena fue realmente apreciable, porque ambos son personajes muy queridos por los espectadores, y da gusto ver que a su edad, puedan encontrarse unos con otros y no estar solos. Tal vez, esas alegrías son las que queremos ver en otros personajes, y heredarle el sufrimiento a otros que por lo general no lo tienen. Lo cierto es que la sexta temporada debe venir con un gran giro, algo crucial, y tal vez lo mejor sería adelantarse un poco en el tiempo: a la época del cine sonoro, la gran depresión de Estados Unidos y a empezar a ventilar los primeros indicios de la Segunda Guerra Mundial, especialmente ahora que Rose se ha casado con una familia judía, en la que puede recaer gran parte del drama si eso ocurre.
Escrito Por: Enrique Kirchman
Qué pena que una serie tan excelente en todos los aspectos tenga seguidores… que hagan éste tipo de comentarios. Me da la sensación de que no entiendes muy bien qué tipo de serie es ésta, ni por qué la trama y el hilo de acción son como son.
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